El instructor de la "locura" que sacó Mbappé de quicio
El Barça sublima la técnica del fuera de juego gracias en buena parte a Heiko Westermann, uno de los ayudantes de Hansi Flick
BarcelonaCuando Hansi Flick negoció sus condiciones para ser el nuevo entrenador del Barça, de entrada logró que el club catalán, que sufría –y sigue sufriendo– una grave crisis económica, haz un esfuerzo por reclutar a dos de los asistentes a los que había conocido en diferentes aventuras. Así, Marcus Sorg y Toni Tapalović aterrizaron en Barcelona después de un tiempo en paro y empezaron a trabajar desde dentro en la reconstrucción de un equipo que ya habían escudriñado desde la distancia. Con el primero, exdelantero de equipos modestos alemanes y aprendiz de Joachim Löw en los banquillos, Flick había coincidido en la selección absoluta. Y con el segundo, exportero de equipos de la Bundesliga, había compartido éxitos (y fatigas) en el Bayern. Pero faltaban piezas para completar elstaff y el nuevo preparador barcelonista pidió una ayuda extra: fichar a Heiko Westermann, un excentral de quien tenía excelentes referencias por su trabajo en las categorías inferiores de Die Mannschaft.
Esta antepenúltima incorporación –posteriormente han llegado dos scouters alemanes en el cuerpo técnico– ha servido para que el libreto de Flick haya hecho un clic muy importante. Y no sólo porque hable español gracias a la temporada que fue jugador del Betis (2015-2016), sino porque ha sabido transmitir a los defensas azulgranas las virtudes de jugar con el riesgo del fuera de juego. Sedes son gran parte de los consejos que recogen Iñigo Martínez, Pau Cubarsí o Jules Koundé para dar el paso adelante necesario para inhabilitar a los delanteros rivales que intentan desmarcarse a sus espaldas. En el último clásico, resuelto con un 0-4 muy doloroso para el Real Madrid, la receta sacó de quicio al equipo blanco y, muy concretamente, Kylian Mbappé. Y es que de los doce fueras de juego provocados, ocho los cometió el astro francés, que incluso se hizo viral para celebrar un gol que el VAR invalidó por ese motivo.
En las once jornadas de Liga disputadas, el Barça suma un total de 77 orsales favorables. El dato es una animalada porque dobla a la del segundo equipo de la élite europea en este ranking (el Brighton), pero sobre todo demuestra la capacidad de Flick y su equipo para haber consolidado una idea fija: defender hacia delante aunque comporte muchos riesgos . "Los de atrás, más que disfrutar, sufrimos. Siempre tienes que estar alerta. En cualquier momento se puede complicar la cosa y un error tuyo se convierte en un gol. Disfrutamos cuando ya vas 3-1 o 4-1", va definir en este sentido, en una entrevista en TV3, a Iñigo Martínez, que es el defensa que suele dirigir la línea del fuera de juego con los partidos en marcha. El vasco y sus compañeros de cobertura son los ejecutores de una "locura" – es como la definen desde el vestuario– que Westermann cocina con varios ingredientes. De entrada, mira a los partidos desde la grada y se comunica con el banquillo durante los 90 minutos para corregir movimientos. Algo que también le permite recopilar información de los jugadores para, con el apoyo de los analistas de vídeo, trabajarla después en los entrenamientos.
Un "obsesivo" del fuera de juego que analizaba los rivales
A Xavi Torres, ex jugador azulgrana y excompañero de Westermann en el Betis, no le sorprende ese espíritu empírico. Consultado por el ARA, el centrocampista valenciano, que pertenece ahora al Lugo, reconoce que el técnico alemán ya era "obsesivo" con los fueras de juego en su etapa compartida en el Villamarín. "Era el típico defensa futbolero. Miraba muchos partidos y estudiaba a los rivales antes de enfrentarse a ellos. Estuvo sólo un año en el Betis, pero era como un capitán más. Siempre quería mejorar y procuraba adelantarse a los peligros de cada oponente", recuerda Torres. Todo cuadra con los ejercicios que encarga para que los defensas y centrocampistas de cobertura del Barça se perfilen bien para dejar en fuera de juego a los atacantes que quieren cogerles la espalda. Rutinas que los futbolistas repiten cada semana y les focalizan más en los pasadores que en los receptores. Porque es en el momento del pase cuando hay que realizar el movimiento clave para inhabilitar al oponente que se desmarca. Este domingo, en el derbi contra el Espanyol, la mano de Westermann y el libreto de Flick volverán a latir en Montjuïc.