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Jamón, entradas y mariscadas: así invertía Negreira el dinero que cobraba del Barça

Hacienda no encontró pruebas de que los pagos hubieran servido para influir decisiones arbitrales

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Enriquez Negreira, durante un partido de los años 80

BarcelonaAntes de que el caso Negreira llegara a manos de la jueza, los primeros que lo investigaron fueron los funcionarios de Hacienda. Detectaron que la empresa de la que era titular el ex árbitro José María Enríquez Negreira, Dasnil 95, había pasado de facturar medio millón anual a quedarse prácticamente sin ingresos. Era una investigación rutinaria hasta que se dieron cuenta de que el dinero llegaba mayoritariamente del Barça, de manera continuada y a lo largo de los años. Además, el que fue vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), y que ahora está delicado de salud, no supo justificar los trabajos realizados. Es aquí cuando se pone en marcha toda la maquinaria que ha conducido este asunto hacia los tribunales. Hacienda sospechó desde el principio que, detrás de los pagos del Barça, había el interés de influir en las decisiones arbitrales. Ahora bien, en su informe de conclusiones, los funcionarios de la Agencia Tributaria admitían que no tenían "ninguna prueba". Solo "indicios". A pesar de todo, la Fiscalía sostiene en su denuncia que el dinero, que se convirtió en una "auténtica remuneración" para Negreira, era para "favorecer" al Barça.

Después de que saliera a la luz la investigación, el caso llegaba finalmente a manos del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona –en concreto de la jueza que refuerza este juzgado, Sílvia López Mejía–, que admitió a trámite la denuncia contra el Barça y los expresidentes Josep Maria Bartomeu y Sandro Rosell. Es en este punto cuando las diferentes partes –tanto los acusados como los que se han presentado como acusación– tienen acceso a la documentación que ha recopilado hasta ahora la Fiscalía. Se trata de un volumen de más de 1.500 páginas con facturas, correos e informes, entre otros; y poco a poco se van conociendo los detalles.

Uno de los hechos que más ha llamado la atención son los obsequios que Enríquez Negreira hizo a los colegiados. Según detalla El Mundo, Hacienda tiene constancia de ello porque el ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros intentó desgravarse el IVA de estas facturas. Una petición que, e su día –mucho antes de que empezara la investigación–, Hacienda denegó.

10.000 en jamones y mariscadas de hasta 2.000 euros

Según la información publicada, Negreira adquirió productos relacionados con el arbitraje, como por ejemplo 1.500 tarjetas amarillas y rojas, personalizadas, que iban acompañadas del portatarjetas correspondiente. También compró centenares de monedas de plástico, que se usan para hacer los sorteos de campo al inicio de los partidos. Pero había otros gastos que también iban a nombre de Dasnil 95, como por ejemplo jamones. En concreto, compró por un importe de 10.000 euros. La cuestión gastronómica era importante para el vicepresidente, puesto que invitó a árbitros a comer en marisquerías conocidas de Madrid y Barcelona en las que llegaba a pagar hasta 2.000 euros por servicio.

Los otros obsequios eran para ir a la playa (sombrillas, palas de tenis o bolsas para enfriar bebidas), artículos domésticos (sacacorchos, sandwicheras, tostadoras) y otros objetos personales (mantas, pantalones, bolígrafos y punteros láser). Y también hay otra partida importante destinada a la compra de entradas, por ejemplo de finales de Copa. En este último punto, Negreira declaró a Hacienda que eran "atenciones por compromisos suyos", sin dar más detalles, y aseguraba que en muchos casos los destinatarios le devolvían el importe de las entradas por medio de una transferencia.

Los cinco encargos que el Barça hizo a Negreira

En paralelo, y según ha detallado Efe, durante la declaración de Negreira en la Agencia Tributaria, explicó que el Barça le hizo cinco encargos. De entrada, solicitar que el Comité de Competición –encargado de las sanciones disciplinarias– no estuviera formado íntegramente por jueces madrileños. También, disponer de un interlocutor con la Federación Española (RFEF) que cuidara las relaciones institucionales. En tercer lugar, asesoramiento sobre qué tarjetas amarillas o rojas podían ser recurridas. Por otro lado, informar o avisar de cualquier visita institucional de la RFEF o el CTA. I, por último, mantener informado al club azulgrana de posibles intereses o desavenencias entre la Federación y la Liga, incluidos los candidatos a presidir la patronal de clubes.

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