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Jorge Messi admite que su hijo quiere volver al Barça: ¿qué hace falta para hacerlo realidad?

El padre y representante del futbolista visita a Joan Laporta en su casa

Leo Messi, en un partido reciente del PSG contra el Angers
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BarcelonaJorge Messi ha visitado a Joan Laporta este lunes de Segunda Pascua para hablar del futuro de su hijo. El padre del astro argentino ha ido a ver al presidente del Barça a su domicilio de la Avinguda Diagonal para tratar un regreso que tanto el futbolista como el mandatario azulgrana desean después del traumático y sorprendente adiós de hace dos veranos. El encuentro, avanzado por el periodista Toni Juanmartí, se produce un día antes de que la Liga acepte el plan de viabilidad que el club ha presentado en términos de fair play financiero, pero con la mayoría de las operaciones de mercado –inscripciones y renovaciones incluidas– todavía por hacer.

A la salida de la reunión, Jorge Messi ha sido preguntado por los periodistas que lo esperaban a la puerta del inmueble de Laporta y se ha mostrado prudente en todas sus respuestas, pero ha admitido que su hijo quiere volver al Barça después de dos temporadas de exilio en el PSG, donde ha acabado abucheado por un sector importante de la afición. "Nos encantaría que Leo volviera a Barcelona, por supuesto. Esta es su opción preferida. Pero ya lo veremos, todavía tenemos que hablar de muchas cosas. Confío en que pueda ser así", ha declarado el padre del mejor futbolista de la historia, que tiene otras ofertas sobre la mesa y no querría atrasar su decisión muchos días más. Ni de lejos querría repetir la secuencia de hace dos veranos, cuando aterrizó en Barcelona para rubricar un nuevo contrato como azulgrana y se encontró con una negativa que no se esperaba.

¿Qué tiene que hacer el Barça para hacer realidad el regreso de Leo Messi?

El Barça hizo una proyección ambiciosa hace unas semanas de cara a este mercado de verano. Las cosas no han cambiado: sigue excedido, con una masa salarial por encima del límite. Y como el Barça quiere hacer fichajes, incluyendo el de Messi, pidió a la Liga volver a la norma 1:1. Es decir, dejar de estar excedido y poder destinar cada euro que se obtenga por la salida de un futbolista a encontrarle un relevo. Para lograr el objetivo, había que recortar bastante el gasto. A esto se comprometía la institución a través del plan de viabilidad. A primera vista, la Liga veía "coherente" la propuesta, si bien pidió más documentos al Barça antes de validarla. En las oficinas esperan una respuesta inminente y están convencidos de que será afirmativa. Es cuestión de horas.

Ahora bien, que se apruebe el plan de viabilidad no implica que Messi tenga vía libre para volver al Barça. A estas alturas de la película todo el mundo sabe que Laporta, como se ha demostrado con la última reunión con el padre del jugador, está sudando la gota gorda para convencerlos. Pero con el plan no hay bastante. Es solo un primer paso. A partir de aquí, el Barça tendrá que empezar a hacer lugar en el vestuario, vendiendo jugadores y generando más margen salarial.

El dinero, a falta de más palancas, sale de dos apartados. El primero, lo que se ahorra el club en salarios. Y el segundo, el beneficio que se haya obtenido en caso de traspaso. O sea, la cifra ingresada menos la que quedaba pendiente de amortizar de su fichaje –que es cero en el caso de los jugadores que han venido libres o que se han formado en el plantel–. Además, hay una cola de operaciones que se tienen que hacer de manera inminente y que rivalizarán con la llegada de Messi. Sobre todo las inscripciones de Gavi y Araujo. También se tienen que validar las renovaciones de Sergi Roberto, Marcos Alonso e Iñaki Peña. Y, para acabar, el fichaje de Iñigo Martínez, central del Athletic Club que llega libre y que ya se ha comprometido –a pesar de que no se ha hecho oficial– con el Barça.

La importancia de recibir el sí de la Liga se entiende mejor con un ejemplo. Mientras el Barça esté excedido, la hipotética venta de Ansu Fati por 50 millones haría que el club solo pudiera destinar a fichajes un 40% de este dinero y un 20% de su ficha. En cambio, con la norma 1:1 todo lo que se ingrese y lo que se ahorre de salario se podría destinar a buscarle uno o varios recambios. Messi depende de esto, por bajo que sea el salario que acepte tener. Y esto, como depende de la voluntad de jugadores y otros clubes, necesita tiempo. Un tiempo que el argentino y su padre querrían acortar al máximo, con la presión que supone, además, tener una oferta multimillonaria del fútbol saudí, que ya ha conquistado a Cristiano Ronaldo y va camino de hacerlo con Benzema, con una vigencia limitada.

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