El fichaje que cambió la vida de Raphinha

Enviado especial a Newcastle"Todos los jugadores profesionales deberían tener algo de amateurismo. Me refiero al espíritu que desarrolla un jugador cuando juega por nada, sin esperar ninguna recompensa más allá de la victoria. Raphinha es un claro ejemplo, no ha perdido nada de lo que se consigue cuando se juega por diversión", decía hace cinco años Marcelo Bielsa. En una ciudad trabajadora que nunca ningún turista pisaría si no fuera por el fútbol, ​​Raphinha lo dio persiguiendo su sueño: triunfar en el fútbol. Hoy regresa a una ciudad similar a Leeds, Newcastle. Ciudades conocidas por sus equipos de fútbol, ​​o con suerte, por algún grupo musical.

Ciudades donde el fútbol lo es todo. Como lo es en la vida de Raphinha, el capitán que nunca deja de trabajar. "Cuando era adolescente había días que pasaba hambre. He llegado a pedir dinero para comprar comida", ha explicado a veces el jugador nacido en Porto Alegre. Durante muchos años parecía no llegar a jugar con la selección. Llegó. Parecía que no iba a jugar la Champions. La jugó y con acierto, porque fue el máximo goleador la pasada temporada, con 13 goles. Ahora quiere ganarla. "Es un reto personal, la Champions. Pienso darlo todo para ganarla", decía este verano en una entrevista en Brasil en la revista Placar. "Nos hizo daño caer en las semifinales, pero sabemos que vamos por el buen camino", añadía. La herida de la prórroga de San Siro sigue abierta y espolea a toda una generación de jugadores. Tanto el club como los futbolistas sueñan con ese trofeo tanto como los aficionados.

El debut llega a St. James' Park, donde hace dos décadas el Barça sufrió en manos de jugadores como Faustino Asprilla. Un estadio inglés de los de toda la vida, como los que Raphinha conoció al fichar por el Leeds. Aquel fichaje le cambió la vida. "Ya lo teníamos fichado. Se veía que era un buen jugador y yo personalmente le había ido a ver en directo en un partido del Lille contra el Celtic. Pero por cosas del mercado de fichajes no se pudo sacar adelante la operación hasta el último día de mercado. No se podía dudar y no dudamos de que le ficharíamos", recuerda Gaby Ruiz. "Lo primero que nos preguntó era cuáles serían las cargas de trabajo en los entrenamientos. Pensamos que quizá quería escaquearse, pero todo lo contrario. Quería trabajar más que los demás. Descubrimos a un deportista obsesionado por cuidarse, entrenar, competir. Y una persona excelente", añade. En Leeds Raphinha explotó a las órdenes del técnico más meticuloso y obsesivo del fútbol moderno, Bielsa. Ya había jugado bien en Portugal y en el Lille, pero fue en el club inglés cuando media Europa se fijó en ese jugador eléctrico y valiente. Aunque también lo pasó mal el año en que Bielsa se fue despedido –su sustituto, Jesse March, llegó a ponerlo de lateral–, Raphinha guarda un buen recuerdo de Inglaterra.

Marcar en el campo del Newcastle

Ahora vuelve convertido en el capitán de un Barça que se estrena sin lesionado Lamine Yamal. Ante el Valencia el equipo ya demostró que puede golear y agradar. Raphinha ha sufrido mucho por llegar hasta aquí, en la Champions, en la lista de favoritos para el Balón de Oro. "He pensado en renunciar muchas veces. Algunas críticas me hicieron dudar de mí mismo, de mi capacidad, de si realmente merecía estar donde estaba –decía a Placar hace unos meses–. La gente a veces no entiende hasta qué punto el jugador debe dar, tanto defensiva como ofensivamente. El fútbol de hoy es muy intenso y el delantero no siempre llegará con fuerza para finalizar", añadía. Sabe que le toca trabajar muy intensamente, como hizo al Leeds, cuando el esfuerzo significó recibir dos llamadas soñadas: la del Barça y la de la selección brasileña, que le convocó por primera vez cuando jugaba en Elland Road. Cosas de la vida italiano, porque tiene antepasados ​​de este país, y jugar a su selección. escenario donde ya ha marcado con el Manchester United, aunque habrá que ver si dispone de minutos. Por delante hay un Raphinha que también ha marcado en el estadio del Newcastle, en un triunfo 1-2 con el Leeds. me importa es la de mi familia, mis compañeros y mis entrenadores. Nadie me ha regalado nunca nada. Siempre he conseguido las cosas con mucho trabajo y dedicación", defiende. Para soñar en la Champions, hay que picar piedra. Y Raphinha lo sabe. Si en el Leeds celebró una permanencia cruzando el terreno de juego de rodillas en señal de agradecimiento, ahora quiere cruzar el césped del estadio de Budapest de rodillas para celebrar el título. en Newcastle.