Apuntes en caliente

Sí, Xavi, es una vergüenza: los apuntes del Barça - Villarreal

Durísima derrota del equipo azulgrana en el primer partido en Montjuïc después de 38 días

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Xavi Hernández hablando en la cámara tras el penalti no concedido.

BarcelonaDurísima derrota del Barça ante el Villarreal en casa. Durísima. Con polémica servida y dos goles en el descuento para hacer enorme la herida. A continuación, unos apuntes en caliente.

Una vergüenza. Sí, Xavi, sí lo es. El egarense tiene razón para que el penalti que el otro día se señaló en contra del Girona en el campo del Mallorca es lo mismo que Munuera Montero y el VAR le quitaron al Barça contra el Villarreal. Pelotazos en el brazo como la que recibió Comesaña dentro del área de Jörgensen se han silbado decenas de veces, en esta Liga. ¿Por qué esta resulta que no? ¿Por qué no existe un criterio claro para poner en práctica en cada jugada similar? Por otra parte, vergüenza quizás no (porque el equipo compitió), pero miedo sí hace, ver a un rival de la zona baja marchando de tu casa con nada menos que cinco goles en el zurrón. Ahora mismo, el Barça es un flan a diez puntos del Madrid. A este paso solo nos quedarán palancas y obras por celebrar. Qué largo puede hacerse el curso...

Es un humano privilegiado. Gündogan lo juega absolutamente todo en un equipo que es un manojo de dudas y, claro está, por fuerza debe acusarlo. Es muy diferente rendir sin demasiadas complicidades construidas en la medular que hacerlo en el City de Guardiola, en el que todo el mundo sabía lo que tenía que hacer. En el Barça de Xavi, el alemán ha encarnado todos los papeles, por lo que ha tendido a desdibujarse. Llegó para sumar cerebro a los tres cuartos de campo y ha tenido que reinventarse para ayudar en funciones que ni Romeo ni De Jong son capaces de ejercer. No obstante, el talento siempre sobresale, y Gündogan va camino de superar sus mejores números en goles y asistencias. Si el Barça soñó con remontar ante el Villarreal fue gracias a él. Qué manera de desperdiciarlo.

Y Lamine Yamal, ¿qué? Si afirmamos que el joven de Rocafonda es el mejor delantero del Barça, ya no nos ponemos rojos. Sí, mejor que Lewandowski (otro partido sin gol y con sustitución), mejor que João Félix (la gran niña de los ojos de Laporta), mucho mejor que Raphinha (un extremo que no se va de nadie), mejor que Vitor Roque (30 +31 millones a ritmo de pretemporada) y mejor que Ferran Torres (más ganas que talento). No debemos cansarnos de decir que es un futbolista nacido en 2007 y que a su edad (16 añitos) debería estar disputando partidos como juvenil de primer año. ¿Se imaginan el curso sin ese hallazgo? Yo sí, y por eso celebro tanto que haya caído del cielo. Gloria siempre en La Masia. La misma escuela, por cierto, que formó Ilias Akhomach, una perla que hoy en día se gana la vida en el Villarreal después de pasar meses castigado por un lío de despachos. Marcó contra su antiguo club y, encima, pidió perdón.

Ilias Akhomach durante su primer partido ante el Barça en Barcelona.

Banalizar el acoso. Antes de asistir al delirio del primer partido en Montjuïc después de 38 días, nos esperábamos el comunicado del Barça por la exclusiva del ARA sobre los trapicheos con el NFT de Alexia Putellas. En primer lugar, porque querer matar al mensajero es un procedimiento típico del departamento de comunicación que dirige Alex Santos. Y, en segundo, porque es lógico que el club quiera contrarrestar una información que habla bastante mal de Barça Vision, el cajón de sastre que ha permitido elevar el techo salarial y sanear el balance económico a ojos de la Liga, del auditor y del socio. Lo que no es admisible es tachar cuatro mensajes de WhatsApp, cuatro, de "acoso telefónico". Banalizar algo tan grave solo para intentar desacreditar el trabajo de un diario es miserable.

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