Fútbol - Mundial de Clubs

Cenicienta del Mundial de Clubes: "reyes del mundo" a cambio de 80 euros a la semana

El Auckland City, donde juega el catalán Gerard Garriga, ha encajado 16 goles en dos partidos

Myer Bevan, jugador del Auckland City, lamentándose durante el partido contra Benfica.
Arnau Segura
23/06/2025
4 min

Barcelona"Estos días queremos en chárter. Es una barbaridad. Llegas al aeropuerto y no pasas por donde pasa la gente normal. El autobús te deja en la puerta del avión, y el avión es una pasada. Puedes pedir lo que quieras. Cuando llegas y bajas del avión, tienes el autobús esperándote en la coche y después te pones de coche y después te pones de coche y después de la policía. por detrás. Ves cómo cortan la autopista y los coches hacen cola para que nosotros pasemos. Te sientes el rey del mundo. Garriga es centrocampista de Cenicienta del nuevo Mundial de Clubes: el Auckland City neozelandés, un club amateur que reivindica que está representando el 99% del fútbol mundial. En la primera jornada perdió por 10-0 ante el Bayern de Múnic. El viernes, por 6-0 ante el Benfica. Este martes cierra la fase de grupos contra el Boca Juniors.

Garriga había jugado en Primera y Segunda catalana con el Alpicat contra el Balaguer, el Martinenc y el Rubí. Hasta que en el 2017 decidió marcharse de casa para aprender inglés y desconectar del fútbol: "Necesitaba parar, porque no estaba disfrutando". La idea era ir a Londres, pero un amigo le escribió desde Nueva Zelanda y le sedujeron las playas y las montañas y, sobre todo, la idea de irse tan lejos: "Más lejos ya no se puede ir". Se marchó por tres o seis meses, y pronto hará ocho años que cogió el primer vuelo.

Gerard Garriga durante el Mundial de Clubs de la FIFA.
Gerard Garriga durante el Mundial de Clubs de la FIFA.

Irradia alegría, pero en los primeros meses fueron duros. Lloró mucho. Habla de la soledad: "Me lo tomaba como una experiencia de vida, pero muchísimos días pensaba: «¿Por qué me estoy levantando a las cinco de la mañana para ir a limpiar un baño que está hecho mierda? ¿He estudiado cuatro años de carrera y un máster para estar aquí solo haciendo esto?»". La distancia le duele: su abuelo murió en el 2022 y no pudo despedirse. El jueves se reencontró con sus padres y su hermana, porque han ido a ver los partidos ante Benfica y Boca: no se veían desde septiembre.

Garriga juega en el Auckland desde el 2022. Es el equipo hegemónico del fútbol de Oceanía desde que los clubs australianos emigraron a Asia: ha ganado las cuatro últimas Champions League del territorio, con un MVP para el catalán. Es el club del mundo que más veces ha disputado el Mundial, pero los jugadores no son profesionales: entrenan tres o cuatro tardes por semana y la federación neozelandesa marca un sueldo máximo de unos ochenta euros a la semana para proteger la liga de la especulación. Los jugadores tienen otro trabajo. De hecho, varios han tenido que pedir vacaciones para jugar el Mundial. Algunos no pudieron jugar la Champions porque no tenían suficientes días de permiso. Garriga trabaja en el club, con un contrato de treinta horas: entrena la base y realiza actos con jóvenes. En Nueva Zelanda el deporte rey no es el fútbol, ​​sino el rugby.

"Estar en el Mundial no es ni algo que pudiera llegar a soñar. Estar aquí es superbonito. No es normal y hay que disfrutarlo. Pasa una vez en la vida y tenemos mucha suerte de vivirlo", dice. Admite que nunca había perdido 10-0, la goleada más contundente de la historia de la competición, y que durante algunos tramos del duelo el sueño se convirtió en una "pesadilla". "Disfrutas más el después y el recuerdo de estar allí, porque en el campo se sufre", reconoce. Pero recalca que Auckland no hizo el ridículo contra el Bayern. "A nadie le hace gracia perder por tantos goles, pero muestra un poco la realidad. Estos clubs son una barbaridad, nos multiplican por cien el valor y por mil los sueldos", explica.

Equipos doscientas veces más valiosos

En realidad el Bayern multiplica por doscientos el valor del Auckland en Transfermarkt: 900 millones a 4,5. Benfica y Boca Juniors, por ochenta y dieciocho. Dice que el Auckland podría jugar en Primera o Segunda Federación, y que perder uno de los tres partidos por poco sería un éxito. Es uno de los futbolistas más valiosos del equipo: 200.000 euros. "Transfermarkt debería ingresar el dinero que dice que vale cada jugador", dice riendo. Ha ganado cientos de seguidores en Instagram por el Mundial, pero aún no llega a los 2.500.

Garriga no logró ninguna camiseta del Bayern porque tuvo que ir a hacerse el control antidoping, pero allí pudo compartir muchos minutos con Serge Gnabry y Harry Kane. Atesora dos fotos de por vida. Mientras esperaban hablaban de sus historias. Ellos le escuchaban con cara de asombro. "No te tratan como a un aficionado. Te tratan como a un compañero de profesión", dice. También guarda un eterno recuerdo del partido ante el Benfica: la camiseta de Nicolás Otamendi, campeón del Mundial con Leo Messi.

El Mundial y el sueño del Auckland ya acaban. "Después del partido contra el Boca volveremos al anonimato y todo el mundo se olvidará de nosotros. Ya nadie se acordará más de nosotros. Es nuestra realidad. A mí ya me va bien, porque me gusta estar tranquilo".

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