Fútbol

"Por estadística hay futbolistas gays en la Liga"

Paloma Pujol, 'freestyler', habla de la homosexualidad en el fútbol: está normalizada en el femenino, pero en el masculino es un tabú

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Un banderí de córner con la bandera LGTBI+

BarcelonaNunca ningún futbolista de la Liga ha dicho que era gay. En toda la historia del fútbol masculino, en el ámbito mundial, solo ocho jugadores han decidido hablar abiertamente de su homosexualidad. El deporte rey todavía es uno de los reductos –y parece que indestructible– de la homofobia. Mientras que el femenino se ha convertido en un espacio donde la homosexualidad está más normalizada, en el masculino es un tabú que demuestra que queda mucho trabajo por hacer.

"Para mí nunca ha habido otra opción que no fuera tratar con naturalidad mi homosexualidad", afirma Paloma Pujol, cinco veces campeona del mundo de footbag (deporte que consiste en tocar una pelota llena de semillas o arena con los pies sin dejar que caiga al suelo) y una de las ponentes del primer congreso de Mujer y Deporte (IWISC) organizado por la UFEC. "Si tuviera un superpoder ahora mismo cogería a varios futbolistas, tanto en activo como retirados, pero que sean muy famosos, y haría que expresaran que son simpatizantes del colectivo LGTBI. El día que los futbolistas empiecen a hacerlo por iniciativa propia se empezarán a normalizar estas situaciones", dice la campeona de España en freestyle, que admite que la situación en el deporte femenino y en el masculino es casi opuesta.

Paloma Pujol, futbolista de freestyle

El goteo de deportistas masculinos de diferentes disciplinas que han decidido hablar abiertamente de su homosexualidad es más constante que hace años, pero todavía hay deportes, como el fútbol, en el que los casos se pueden contar con los dedos. "De hecho, es más fácil salir del armario cuando practicas un deporte individual, porque no necesitas la aprobación de quien tienes al lado", reflexiona Pujol. Las presiones de organizaciones, equipos, compañeros e incluso la que uno mismo se impone han hecho que hasta este año solo ocho futbolistas hayan empezado a abonar el camino.

En cambio, en el deporte femenino la situación es diferente. "En el fútbol femenino, por ejemplo, tenemos a Mapi León, que lo dice a gritos y lo explica orgullosa, y después hay otras que tienen miedo de lo que pueda pasar. Seguramente, a estas que no quieren hablar en su casa les han dicho que hay que tener cuidado con estos temas. Hay casas en las que, en vez de vivirlo con naturalidad, piensan: 'Ey, a la gente no le interesa lo que haces en tu vida privada siempre que juegues bien a fútbol'. Ya sé que es mi vida privada, pero si soy una persona pública, me voy de vacaciones y quiero hacerme una foto con mi novia, pues quiero darle total normalidad. Si ella fuera un chico, lo haría todo tan normal", reclama Pujol.

"La sociedad ve a dos chicas juntas y no lo percibe como una cosa fea, porque estamos en una sociedad patriarcal", radiografía la freestyler. "Los chicos lo ven y piensan: 'Es agradable a mis ojos'. En cambio, piensan que ver a dos chicos no lo es. El día que vean que no todo gira a su alrededor y sean conscientes de que el resto son personas con derecho de querer y hacer lo que quieran verán que es una cosa que existe en el mundo y que no tiene ninguna relación con ellos ni lo que piensan, y que no tienen ningún derecho de juzgarlo", recalca.

Los referentes son necesarios

"Yo, en mi vida y en las redes, soy abiertamente homosexual y me encuentro a niñas de 12-13 años que me escriben y me dicen: 'No sé si soy lesbiana'. Siempre les pregunto por qué dudan de lo que sienten. Y me dicen que juegan a fútbol y algunas de sus compañeras de equipo ya empiezan a decir que les gustan los chicos o las chicas, y ellas todavía no lo saben y entonces deciden preguntarme a mí porque hablo sobre ello abiertamente. Son muy importantes los referentes porque, si no, estas niñas no tendrían a quién preguntar", confiesa Paloma.

Los referentes hacen que las niñas y los niños vean "que lo que hacen está bien". "Por estadística, hay futbolistas gays en la Liga, y que uno de ellos salga del armario es muy necesario", reclama Paloma. "Es cierto que yo a veces me pregunto si un futbolista superfamoso que saliera del armario podría llegar a temer por su vida. Creo que el aficionado medio lo aceptaría, tanto si se posiciona a favor como en contra, pero hay radicales también y aquí ya no sé. Creo que si un futbolista retirado fuera gay y sufriera una enfermedad terminal, entonces sí lo diría".

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