El insólito caso del club catalán que juega en Francia (y podría jugar en el Caribe o en África)
El Bossòst aranés es el único equipo de fútbol de Cataluña que compite fuera de España
BarcelonaEn un paraje natural incomparable, a orillas del río Garona y con vistas de las montañas de bosques verdes de las que antes se extraía zinc y ahora viven huesos pardos, juega uno de los equipos más singulares del fútbol catalán: la Union Esportiva Bossòst. "Somos el club más internacional de España", proclama su presidente, Miguel Almansa, que también es el farmacéutico de Bossòst, un pueblo del Valle de Arán, en el terçó de Quate Lòcs, de poco más de mil habitantes. Este pequeño municipio aranés se ubica en el noroeste de Cataluña, pero lleva vida enfocado hacia Francia, en la región de Occitania, en lugar de mirar hacia Lleida, cuya provincia forma parte.
La UE Bossòst es un reflejo de esta tendencia histórica: desde sus inicios, en los años 20 del siglo pasado, el club está afiliado a la Federación Francesa de Fútbol (FFF). Así lo decidió su fundador, Manuel Huguet, secretario y contable de una de las minas del pueblo, acondicionado por la orografía y el clima del valle. "Hace cien años, no existía el túnel de Vielha y el puerto de la Bonaigua se cerraba durante varios meses. En invierno, cuando nevaba, no se podía llegar a Catalunya en modo alguno, y la única relación social y comercial de Bossòst era con Francia. De ahí que nos federáramos", explica al ARA Almansa, que desde Derry City norirlandés, el Swansea galés o el Mónaco, juega fuera de su país. Es un caso único en España. "No nos hemos planteado cambiarlo. Para desplazarnos, está mucho más cerca a Francia. En Catalunya, jugaríamos en Lleida, que está a dos horas y media, mientras que para ir a Toulouse tardamos una y media", argumenta.
La geografía de Bossòst determina también la identidad y la lengua de sus habitantes, que hablan catalán, castellano y aranés, obligatorio en la escuela y cooficial en Cataluña. "Somos catalanes y occitanos. Aquí hay mucho sentimiento occitano", afirma Almansa, que hace unos años logró que el combinado nacional de esta región, que en el 2006 organizó el primero Mundial de selecciones sin país, jugara el partido de fiesta mayor del pueblo. Actualmente, la Union Esportiva Bossòst (el nombre oficial es en aranés) compite en la tercera liga departamental de la Alta Garona, equivalente a una Tercera Catalana, uno de los últimos niveles del fútbol francés. Es un equipo completamente amateur: los jugadores no cobran, los directivos se encargan de cortar la hierba y pintar las líneas del campo, de césped natural, y el club se financia mediante subvenciones, la lotería y las cuotas de sus socios, de 32 euros. Sin embargo, este fin de semana debuta en la prestigiosa Copa de Francia. El último campeón fue el PSG, que levantó también la Champions League hace unos meses.
¿Del Pirineo Occidental al Caribe?
La Copa de Francia es una competición que disputan todos los clubes afiliados a la FFF, por modestos que sean, y también los mejores equipos de los territorios de ultramar franceses: Nueva Caledonia y la Polinesia francesa (Oceanía), la isla de La Reunión y Mayotte (África) y la Guayana francesa, Guadalupe, Martinica, Saint-Martin (América). Por tanto, es un torneo que se juega en cuatro continentes diferentes y que empareja a clubes de lo más exóticos con conjuntos de la metrópoli, generalmente no profesionales. "Es una utopía, pero haciéndolo muy muy bien podríamos jugar en el Caribe o en Tahití", comenta riendo Almansa. Para llegar, el Bossòst, que nunca ha pasado de la tercera ronda, debería superar varias eliminatorias regionales y tener mucha suerte en el sorteo.
Este año, debuta en el campo del Cabo Jeunes 31 de Toulouse, de una categoría por encima de ellos. "Nos jode que el partido se juegue el domingo por la tarde porque somos de un pueblo turístico, dedicado a la hostelería y al comercio (sobre todo de tabaco y alcohol), y muchos de nuestros futbolistas trabajan en restaurantes", se lamenta Almansa, que fue jugador del conjunto verdiblanco desde los 16 hasta los 42 años. Lleva más de media vida en el Bossòst, un club que está profundamente arraigado en el municipio y que lo promociona donde juega. "Con la desaparición del Les y del Vielha, somos el único equipo aranés en activo. Cuando hablas de fútbol en Aran, todo el mundo piensa en nosotros. Y en el sur de Francia, se conoce a Bossòst por sus supermercados y por su equipo", reivindica el presidente del club de fútbol más internacional de Catalunya.