Fútbol - Mundial de Clubs

El PSG de Luis Enrique destroza al Real Madrid

En menos de media hora de partido, el conjunto parisino resuelve las semifinales del Mundial de Clubs (4-0)

Ousmane Dembélé celebra el segundo tanto del PSG ante el Real Madrid en las semifinales del Mundial de Clubs, disputadas en el MetLife Stadium de Nueva Jersey.
10/07/2025
2 min

BarcelonaEl Real Madrid de Xabi Alonso y Kylian Mbappé fue un juguete roto en manos del PSG. El conjunto de Luis Enrique se zampó a los blancos (4-0) y disputará la final del Mundial de Clubs el domingo ante el Chelsea. Si la goleada no fue mayor fue gracias a Thibaut Courtois y que el conjunto parisino iba tan sobrado que se permitió bajar el ritmo.

Aunque los blancos empezaron con una primera aproximación a la portería de Donnarumma, fue tan sólo un espejismo, un oasis en medio del desierto. No habían transcurrido ni cinco minutos que Courtois, un héroe que con una defensa de feria no puede llegar a todas partes, ya había hecho un gran doble paro: primero a un remate desde el vértice del área de Fabián y, a continuación, a un disparo a bocajarro de Dembélé. Tan sólo dos minutos después, el PSG volvió a la carga. Doué se escurrió entre sus defensores y dio un pase al corazón del área. Asencio, que lleva un Mundial de Clubes para olvidar, se durmió. Dembélé, voraz en la presión, le manchó el balón y se lo cedió a Fabián, que, ahora sí, vio portería.

Luis Enrique ha convertido a Dembélé en un futbolista diez veces mejor de lo que vimos durante seis infaustas temporadas vistiendo de azulgrana. El 10 del PSG volvería a ser protagonista pronto mordiendo a un Rüdiger que, al intentar dar un pase hacia atrás, dio una llufa que casi prende fuego al césped del MetLife Stadium. Dembélé lo aprovechó para apoderarse del balón y, con la zurda, conectar un disparo raso ajustado al palo que superó a Courtois. No se había llegado en el minuto 10 que los parisinos ya ganaban por dos goles de diferencia. Todo lo miraba Xabi Alonso desde el banquillo, pidiendo calma a sus desacertados pupilos y enfundado en un polo de color negro, seguramente anticipando el duelo.

La sangría no se detendría aquí. El Real Madrid era un garabato, una broma de mal gusto, ante un PSG que castigaba ferozmente cada fallo de los blancos. En el minuto 24, en una salida inmaculada al contragolpe, un cohete llamado Achraf asistiría a Fabián, que marcaría un doblete pese a la estéril oposición de un Fede Valverde desesperado. Con el 3-0 en el marcador y una superioridad pasmosa del combinado francés se llegaría al descanso. En la reanudación, Xabi Alonso aplicó algunos cambios tácticos y los blancos tuvieron más el balón, pero apenas crearon ocasiones. Sin embargo, Gonzalo Ramos, tras una acción genial de Barcola, haría aún más profunda la herida con el cuarto. Paliza de las que duelen. Directa en el corazón del madridismo.

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