Riqui Puig: del éxtasis al quirófano
El centrocampista vallesano clasifica a los Galaxy para la final de la MLS, pero se lesiona de gravedad
BarcelonaRiqui Puig se ha encontrado a sí mismo en la Mayor League Soccer. Tras no conseguir la continuidad en los planes de ninguno de los entrenadores que tuvo en el primer equipo del Barça (Ernesto Valverde, Quique Setién, Ronald Koeman y Xavi Hernández), el talentoso interior de Matadepera se ha convertido en uno de los mejores jugadores de la liga de fútbol estadounidense. Es uno de los mástiles de Los Ángeles Galaxy, una de las franquicias más potentes de la competición, y buena prueba de esta máxima es el papel fundamental que ha tenido en la clasificación del conjunto californiano para la final de la MLS. Una asistencia suya hizo que Dejan Joveljić marcara el gol decisivo en la final de conferencia contra los Seattle Sounders (1-0). La diana provocó el delirio en las gradas.
La cara B de este papel decisivo es que Puig jugó el tramo final del duelo con el físico gravemente afectado. Media hora antes del pitido que llevaba los Galaxy en la finalísima de la liga, el centrocampista catalán sufrió una rotura del ligamento cruzado de su rodilla izquierda. Es decir, ha pasado del delirio al quirófano, ya que necesitará intervención para volver a competir. la final del próximo 7 de diciembre contra los Red Bulls de Nueva York. A los 25 años, tendrá que empezar a pensar en la próxima temporada. y Larsson
La asistencia heroica de Riqui Puig tiene muchos precedentes en el mundo del fútbol. De hecho, existe la expresión "el gol de la almohada" para referirse a que un jugador lesionado sea capaz igualmente de batir al portero rival. Uno de los más recordados es el que hizo Martín Palermo, entonces delantero de Boca Juniors, en noviembre de 1999. Marcó su gol número 100 con la camiseta xeneize con los ligamentos cruzados de la rodilla derecha rotas. Pese a ello, Palermo fue capaz de controlar el balón con el pie derecho a pase de Juan Román Riquelme y fusilar al portero con la pierna izquierda. Durante la celebración del gol, Palermo hizo evidente su cojera y, cuatro minutos más tarde, tuvo que marcharse con camilla del terreno de juego.
Un precedente más reciente y cercano es el de Henrik Larsson, quien jugó 40 minutos del clásico del Camp Nou (3-0) entre el Barça y el Real Madrid de noviembre del 2004 con el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda rota. En un primer momento, parecía que el mal del sueco sólo tenía que ver con el cartílago, pero durante la operación para solucionar esta rotura vieron que la gravedad de la lesión era bastante mayor.