Fútbol

El trágico destino del jugador que el Barça descartó

El Barça se reencuentra con el Oviedo, 25 años después, club donde jugaba el malogrado Peter Dubovsky

Peter Dubovsky, jugador del Oviedo, murió en la mesa de operaciones mientras los médicos intentaban detener la hemorragia cerebral que le sobrevino tras sufrir un accidente durante las vacaciones en Tailandia.
24/09/2025
4 min

Barcelona"Fue un terremoto, un choque, una hostia de realidad tremenda", explica el periodista Sergio Cortina reviviendo la caída de su Oviedo: de Primera e incluso Europa a Tercera, a estar a un centímetro de desaparecer. Este jueves el equipo asturiano vuelve a recibir al Barça, 25 temporadas después de los dos últimos partidos: un 2-3 culé en el Tartiere y un 0-1 asturiano en el Camp Nou, con Carles Rexach en el banquillo y Richard Dutruel en la portería. Otros tiempos. Aquel vía crucis llevó al Oviedo a jugar contra equipos de barrios de la ciudad o de pueblos de alrededor, incluso en campos de tierra convertidos en fangares. En 2013 perdió por 4 a 1 contra el filial del Sporting de Gijón. En el 2014, por 1 a 4.

Cortina recuerda que la situación era tan delicada que un entrenador instaló su despacho en un lavabo del estadio porque el Oviedo debía tanto dinero que incluso le cortaba la luz. "Si un día nevaba, tenía que bajar a la gente con palas para quitar la nieve", añade el autor de Saliendo de la calle Oscura. El equipo "por fin" ha terminado de salir y la ciudad vuelve a saborear una realidad que ya parecía restringida al pasado, a los álbumes de fotos. Muchos aún recuerdan aquella victoria ante el Barça por 3-0 del 15 de abril del 2000. En los banquillos, Luis Aragonés y Louis van Gaal. No jugó, pero una de las grandes estrellas de ese Oviedo era Peter Dubovsky. Moriría dos meses después.

Josep Maria Minguella, agente de jugadores, lo había descubierto en 1993. Lo propuso al Barça y le dijeron que no. Le propuso al Madrid y le dijeron que sí. Ya habían cerrado el fichaje y las condiciones, años y sueldo, con el director técnico y fueron a ver al presidente, Ramón Mendoza, para presentarle el acuerdo. "Dijo que no: «Eso no puede ser. Un jugador del Madrid no puede ganar tan poco». Cogió un papel y escribió unas cifras. No eran las que se pagan ahora, pero subió bastante, eh. Es la única vez que me ha pasado algo así. Yo estaba acostumbrado a negociar con Núñez, a quien decías de". "Regresamos al hotel y le dijimos al jugador que habíamos conseguido que le aumentaran el sueldo", dice riendo. El Madrid, obligado a romper la hegemonía del Dream Team, pagó 500 millones de pesetas. Cruyff dijo que el fichaje de Romário era "mucho mejor y más barato". Mendoza le respondió: "No me interesa lo que diga ese sujeto".

Dubovsky, procedente del Slovan de Bratislava, aterrizó en Madrid con 21 años, como un delantero de presente y futuro. Pero en el Bernabéu no funcionó. Dos años después, ya descartado, salió hacia el Oviedo. En Tartiere recuperó la sonrisa y el fútbol y se convirtió en el ídolo de la afición. Era una persona muy fría, tanto que se le conocía como el príncipe del hielo, tanto que incluso algunas tardes se le silbaba porque transmitía apatía, indolencia y desesperaba a la grada, pero era un futbolista mágico, un 10 con una izquierda de seda. Una vez un entrenador, Ivica Brzic, le dijo a un compañero suyo: "Es tipo raro, pero dale el balón".

Las vacaciones fatídicas en Tailandia de Peter Dubovsky

El verano del 2000 se fue de vacaciones a Tailandia con su novia, Aurelia, y su hermano y su cuñada. Le encantaban los destinos exóticos y la fotografía: el día 23 de junio, mientras retrataba las cataratas Na Muang, en la isla de Ko Samui, a más de 10.000 kilómetros de Oviedo, patinó y cayó al vacío desde unos veinte metros. "Estaba consciente y nos hablaba. Le dolía la zona de la pelvis, pero en ningún momento sospechamos que el golpe en la cabeza fuera una hemorragia interna que acabaría con su vida unas horas después", recordó su pareja a El Mundo. Dicen que mientras se debatía entre la vida y la muerte, repetía que quería volver a casa. Cayó en un sitio de muy difícil acceso: los equipos de emergencias tardaron cuatro o cinco horas en llegar y ya no había nada que hacer. Tenía 28 años.

Se había llevado un anillo para pedir matrimonio a su novia. Su muerte conmocionó al universo futbolístico y sobre todo a Oviedo. Mirando atrás es el fin de los años brillantes y el inicio de los años oscuros: al año siguiente el equipo caería en Segunda. Los compañeros hablan de la amargura de entrar en el vestuario y ver a su perchero tan vacío, huérfano. "Ayer, en la playa, bajo el calor, me quedé helado y un poco solo", escribió el exazulgrana Xabier Eskurza, compañero en el Oviedo, al día siguiente de su muerte en El País. Explicaba que cada vez que volvía al País Vasco le pedía anchoas, "con la frecuencia de que sólo puede permitirse un amigo".

Hoy todavía habla de Dubovsky con melancolía: "La sensación que tuve yo fue de incredulidad. El funeral fue terrible y los sentimientos ya fueron más de dolor, pero al principio, después de colgar, sobre todo era: «Buah, esto es un sueño, eso no puede pasar, eso no ha pasado, eso no es posible, eso no es posible," Han pasado 25 años desde su muerte, tan dramática y tan drástica. "Si pienso en él me viene la tristeza de la vida que se perdió. Cuando empiezas a recordar te venden imágenes y es como volver a verlo. Parece que le esté viendo otra vez. Pero sobre todo queda la tristeza de la pérdida". También queda el legado imborrable de un jugador convertido en leyenda, en símbolo de una afición que ha vuelto del barro.

stats