Primera División

Más de 400 operaciones, sogas en el cuello y muchas lágrimas: vida y milagros del arquitecto del Girona

La obra de Quique Cárcel en el Girona, el proyecto de su vida, cumple diez años

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Quique Cárcel, director deportivo del Girona, tendrá que tomar muchas decisiones este verano.

GeronaQuique Cárcel fue presentado como director deportivo del Girona el jueves 3 de julio del 2014. "El club se está haciendo histórico en Segunda A. Pocos equipos han encadenado siete años, por algo será", valoraba, sin llegar a intuir ni el solar en el que había aterrizado ni todo lo que vendría en una década inimaginable. "Debemos buscar realismo y hacer las cosas bien hechas", matizaba, apretado por una caja fuerte llena de telarañas, lejos de los cien millones de presupuesto de los que dispone actualmente. Fue en la miseria económica cuando se atrevió a volar la imaginación, plasmando un talante que aún se mantiene: dar oportunidades a futbolistas que no pasaban por un buen momento con la esperanza de que Montilivi les despertara. Creó una identidad diseñando buenos vestuarios, alimentando el compañerismo y el sentimiento de pertenencia hacia un club, el Girona, que lo tenía todo por hacer.

Diez años después, los gerundenses flotan de felicidad. En este período de tiempo ha pasado de todo. Y de todo, significa de todo. Dos ascensos a Primera, una clasificación para la Champions histórica y otras dos permanencias en la élite definen el glamour. Pero antes, Cárcel masticó arena hasta convertir a los rojiblancos en un gigante de la categoría de plata cuando solo era un invitado de lujo al fútbol profesional que sobrevivía como podía. Perdió dos play-offs de ascenso antes de degustar el caviar por primera vez; perdió un par más, con el añadido de un cruel descenso hacia el infierno, antes de repetir gloria entre los mejores. Cárcel ha perdido pelo, pero no energía. Y ha ganado un título, la Supercopa de Catalunya.

El director deportivo barcelonés tiene mil aventuras que contar. Buenas, claro, y malas. De la satisfacción por haber sabido convertir un proyecto ganador, hecho a medida, acompañado por personas de su confianza, en la cara más cruda, la de las faltas de respeto a las redes sociales, el desgaste o los planteamientos de arrancarlo todo a amasar barro. El club gerundense es el club de su vida, pero unos minutos más tarde de su presentación, aquel lejano 2014, tanteó con el entonces presidente, Francesc Rebled, su rescisión porque no se veía "capaz de trabajar en la misma línea" que el Gerona llevaba". Suerte que no fue a más, porque, probablemente, ni unos ni otros habrían tenido el impacto por sí solos que han tenido yendo de la mano.

Es difícil olvidar la primera decisión: pedir a tres capitanes, Jandro, Juanlu y David García, que se bajaran el sueldo porque el contrato firmado no podía afrontarse. Cárcel nunca ha sido un hombre de grandes celebraciones; más bien ha sufrido, y Montilivi, en eso, tiene la piel endurecida. También en la euforia, cuando no celebró el primer ascenso como hubiera deseado, porque en la cabeza tenía las reuniones que realizaría al día siguiente, donde negaría a alguno de los héroes su continuidad en la plantilla. Tomar decisiones va con el cargo, sí, pero algunas son demasiado dolorosas cuando los proyectos están rodeados de relaciones personales y confianza entre las personas. Hacer daño es inevitable. Cárcel, persona de la máxima confianza de los propietarios, que siempre ha rechazado las ofertas que ha recibido, ha aprendido a liberarse ya ser feliz. Pero le ha costado.

Más de 400 movimientos

Vamos a las cifras. ¿Cuántas operaciones ha cerrado? Más de 400 entre traspasos, rescisiones, cesiones que llegan, cesiones que vuelven y finalizaciones de contrato, según el portal Transfermarkt. ¿Cuánto dinero ha recibido? Unos 78 millones de euros. ¿Cuántos ha invertido? Unos 79. Números casi idénticos. El primer movimiento fue la cesión de Jonás Ramalho. El primer traspaso llegaría un año después, cuando se pagaron unos 150.000 euros al Llagostera por Alcalá. En ese momento, fue el fichaje más caro de la historia del Girona, que este verano ha invertido ya unos 12 millones en Ladislav Krejci, que se ha quedado con el particular trofeo del fichaje más caro, y 9 por Abel Ruiz. La Champions y sus historias.

El Girona ha jugado 453 partidos en estos diez años, con puntos álgidos evidentes como son siempre las victorias, algunas llamativas como las conseguidas ante Barça y Madrid. La exigencia ha comportado asteriscos, como parte del entorno rojiblanco confundiera expectativas y entendiera como fracasos temporadas que en otros tiempos habrían sido inolvidables. Cuando uno se acostumbra al caviar ya no quiere más, pero eso no justifica los excesos hacia la figura de un director deportivo que, por si no tenía suficiente con el peso de la derrota, ha tenido que convivir con la toxicidad de las redes sociales. "En casa hemos llorado mucho [tiene una hija y un hijo]. Yo paré de mirarlas, pero los hijos son jóvenes, tienen móvil y han visto de todo. Bromas de muy mal gusto. Sogas en el cuello [se le rompe" la voz recordando esos momentos con la familia] Fue complicado. También para mi mujer. Es la persona que siempre ha estado a mi lado.¡Adelante, Girona! Las claves del éxito.

Conectar con Míchel, un entrenador que ha mejorado la era vivida con Machín, impidió que se marchara, tal y como ha reconocido en muchísimas ocasiones. Cárcel se había vaciado y con la figura del técnico madrileño volvió a llenarse. Ahora tiene trabajo, pero mantiene la humildad y los pies en el suelo: disfrutará de la Champions, faltaría, aunque sabe que el gran objetivo es mantener al Girona en Primera División para consolidarlo. Su obra, el proyecto de su vida en el club de su vida, todavía tiene capítulos por escribir.

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