Doble éxtasis en Girona

Miles de gerundenses salen a la calle para homenajear al Bàsquet Girona y al Girona FC, que comparten rúa por la ciudad

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Se jugadores del Girona celebrando el ascenso en Primera

GIRONALa plantilla del Girona entró en las instalaciones del aeropuerto de Tenerife Sur de madrugada. No había lugar para el silencio, en aquel espacio, porque de hecho el fiestón ya había empezado en el césped de un estadio que formará parte del imaginario colectivo como el lugar en que el equipo de Míchel hizo las paces con él mismo. "Solo nosotros sabemos cómo de mal lo hemos pasado todo este tiempo", se oía. Y es muy cierto, porque hasta este domingo las lágrimas significaban tristeza. Pero esto ya se ha acabado: la ciudad llora de alegría por un 19 de junio insuperable.

"¿Dónde está el escenario?", cantaban los futbolistas en el vestuario y más tarde en el avión, haciendo referencia al hecho de que en Tenerife prácticamente daban por hecho su ascenso, porque lo tenían todo preparado. Se perdió la cuenta de los abrazos que se iban produciendo, entre jugadores, directivos, familiares, socios y cualquiera que pasaba por allá. Nadie se lo quiso perder: tampoco Marcelo Claure y Pere Guardiola, dos de los accionistas. Hacía tres años que esperaban destapar botellas y vivir lo que hasta ahora vivían los otros. Demasiado tiempo, especialmente por los méritos realizados durante el trayecto. Un aspecto que no olvidan, aunque actualmente la memoria tenga fecha de caducidad. Que no haya para Juanpe y Borja García, que pueden decir en voz alta que son los únicos futbolistas que han participado en todos los ascensos a la élite de la historia del club. "Es una pasada", decían. Tal como dice el eslogan de la camiseta conmemorativa, "uns tossuts de Primera".

Generaciones enteras llenan las calles de la ciudad acompañando al Girona y al Bàsquet Girona en un desfile inolvidable. Quién les iba a decir que conseguirían no tan solo subir ni hacerlo en la misma temporada, dos gestas que por sí solas ya se tienen que inmortalizar, sino celebrar un doble ascenso el mismo día, en un margen cortísimo de horas. No podían celebrarlo por separado, porque una cosa así lo más probable es que no se repita nunca más. El acto sale y acaba en Montilivi, y pasa por Fontajau y el Ayuntamiento. Pero en realidad se vive en cada calle, plaza y avenida. Se vive en el interior de unos aficionados que en estos momentos se sienten los más afortunados del mundo y que ya hicieron suyas las calles durante la noche del domingo, saliendo en masa y ocupando la plaza del Vi.

Discursos emotivos

50 aficionados del Girona se presentaron a las 6 de la mañana en el aeropuerto para recibir como requería al equipo de Míchel, emocionado ante las muestras de aprecio y los cánticos de "Míchel catalán". El técnico ha remarcado la tarea de sus ayudantes –salió en la rueda de prensa posterior con todos ellos– dedicándoles unas bonitas palabras. "Juntos podemos con todo, sabía que este sería nuestro año", confiesa. Caso aparte el de Quique Cárcel, que acumula un currículum envidiable: también es protagonista directo de los dos ascensos a Primera. Su discurso fue emotivo, recordando a los técnicos que no soportaron el peso que suponía el hecho de competir con la brillante época de Pablo Machín, en especial Eusebio. Hoy es un hombre feliz.

El centro de todas las miradas, sin embargo, es para Marc Gasol y Cristhian Stuani. Que Fontajau vuelva a ser de ACB no es exclusivamente gracias al pívot catalán, pero casi. Con una implicación fuera de cualquier duda, Gasol ha transformado el baloncesto masculino de la ciudad. "La admiración es total, ya no hay más palabras. Sin él no estaríamos aquí", razona Albert Sàbat, uno de sus compañeros. Al otro lado de la ciudad, Stuani ha liderado el regreso a la élite del fútbol, estableciendo los fundamentos del proyecto. El uruguayo, horas antes de la victoria en Tenerife, antes de salir del hotel de concentración, concretamente a las 16.56 horas, escribió en un papel que harían historia. Cumplió con el primer gol y hoy lo ha hecho público en las redes sociales.

Los pequeños y pequeñas que se han puesto las camisetas los buscaban, satisfechos de coincidir tan solo en una mirada y conservar el momento especial por siempre jamás. Ellos, que se encargarán de llenar Fontajau y Montilivi cuando sean adultos, vivieron una jornada que sirve para amar a los dos clubes. Porque así es como se crean los vínculos. Desde la proximidad y la voluntad de estar en los momentos buenos y malos. Compartiendo experiencias, invirtiendo tiempo. Hay pocos sentimientos que valgan tanto la pena como el hecho de formar parte de aquello en lo que crees. Este lunes, en Girona, no hay divisiones. Todo el mundo está unido. 

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