La fe del Girona mueve montañas en Vila-real
Una volea de Krejci en el minuto 97 permite contrarrestar la exhibición ofensiva de Álex Baena
GIRONAHan pasado tres temporadas, pero en Montilivi todo el mundo recuerda las tardes de gloria de Álex Baena, clave en el ascenso a Primera del 2022. El mediapunta andaluz no ha sido el causante de la derrota gerundense, porque un instante de épica protagonizado por Ladislav Krejci en el minuto 97 ha permitido un empate de oro para el Girona en Villarreal (2-2). Un merecido empate y de fe, que da continuidad a la buena dinámica en la Liga: los gerundenses han sumado 10 de los últimos 12 puntos en juego.
Baena explica en grande la diferencia entre tener futbolistas con talento por delante y no tenerlos. En un escenario especial como La Cerámica, donde los de Míchel se situaron líderes de la Primera División el año pasado por primera vez en su historia, el conjunto gerundense maldijo durante lo que pareció una eternidad la falta de pólvora de los sus nuevos delanteros. Lo relevante que ha hecho Miovski ha sido intentar algún remate, no hacerlo. Lo más destacado de Danjuma ha sido un gran corte haciendo la cobertura defensiva. El neerlandés, de hecho, fue sustituido en el descanso. Lo ha reemplazado Abel Ruiz, también invisible. Entre los tres atacantes, el Girona no ha gozado de ningún remate. Nada que ver con el curso pasado, en el que podía permitirse el lujo de plantear partidos a tumba abierta. Ahora cuando lo hace sufre más, pero el espíritu le ayuda.
Nada hacía presagiar el desenlace final, porque Baena se había encargado de destrozar un tanto por ciento muy elevado de las opciones rojiblancas. En la primera parte desbordó por la banda, poniéndola para el remate de Pino, que disparó al palo. El rebote lo ha cazado Barry, sin oposición. En la segunda, menos de un minuto después del inicio, destrozó la jugada con una finta y envió el balón a la escuadra de Gazzaniga. El 2-0 en el minuto 46 parecía definitivo.
Porque lo único que lo había intentado de verdad es Bryan Gil, sin cómplices. Suya ha sido la primera gran ocasión, con un disparo rechazado por Conde. En menor grado, también Miguel, que ha acabado con problemas físicos. Hasta que Míchel ha llamado a la delantera nostálgica del pasado, la formada por Portu y Cristhian Stuani. Es increíble cómo siguen dando guerra. Ninguno de los atacantes del Girona es Baena o Savinho o Dovbyk, pero el conjunto gerundense ya puede sentirse afortunado con lo que transmite su pareja ofensiva favorita. Ni uno ni otro se dan por vencidos. Juegan con el corazón en la mano, valorando lo que les ha costado estar donde están, y eso compensa muchas cosas. Nadie defiende mejor al club que ellos.
Van de Beek ha reducido las diferencias con un remate desde la frontal. Aún había esperanza. Y sólo por este hecho, el Girona ha sumado autoestima. El final es digno de los finales clásicos de los partidos disputados por los rojiblancos. Aquellos en los que puede ocurrir cualquier cosa, en los que ningún escenario es descartable. Misto emocional incluido, con un gol anulado a Stuani en el minuto 90. Cualquier otro se habría destrempado, pero no los de Montilivi, que tocaron el cielo con la aparición de Krejci.
- Villarreal: Diego Conde, Kiko Femenía, Albiol, Costa, Cardona, Santi Comesaña, Parejo (Denis Suárez, 78'), Yeremy Pino (Cabanes, 72'), Baena (Navarro, 95'), Gueye y Barry (Gerard Moreno, 72'). Entrenador: Marcelino García Toral.
- Girona: Gazzaniga, Arnau (Blind, 73'), David López, Krejci, Miguel, Romeo, Iván Martín (Jhon Solís, 59'), Van de Beek (Portu, 73'), Bryan Gil, Danjuma (Abel Ruiz, 46 ') y Miovski (Stuani, 59'). Entrenador: Míchel Sánchez.
- Goles: 1-0 Barry (23'), 2-0 Baena (46'), 2-1 Van de Beek (66') y 2-2 Krejci (97').
- Árbitro: Ortiz Arias (Comité Madrileño).
- Tarjetas amarillas: Krejci (19'), Bryan Gil (31'), Cardona (40'), Marcelino García Toral (82'), Albiol (85'), Miguel (85'), Van de Beek (93'), Blind (94') y Portu (98').
- Tarjetas rojas: Ninguna.
- Estadio: La Cerámica.