"Trabajar con un psicólogo me ayuda a normalizar tener malos días"
Abel Ruiz, delantero del Girona, conversa con el ARA sobre la importancia de la salud mental
GIRONAHaciendo una búsqueda rápida en Google con las palabras clave "hermanos Obama, Atlético de Madrid", no cuesta nada encontrar la huella de dos de las joyas de la cantera colchonera que llamaron la atención, por su desarrollo físico y su superioridad sobre los adversarios, en la Liga Promises de 2012, en categoría alevín. Por lo que hay que rascar un poco más es para recordar que el MVP de ese torneo fue Abel Ruiz. "Sí, es verdad. Era el primer gran evento que salía por la televisión, con lo que hacía mucha ilusión. Entonces jugaba en el Valencia, tenía 12 años, y allí el Barça se fijó en mí", recuerda el actual delantero del Girona. "Fue una época muy bonita, disfrutamos mucho jugando. Allí tan sólo pensábamos en pasarlo bien, ninguno de los chavales que había imaginaba ser profesional. Los padres nos lo decían: «Diviértete». Y eso hacíamos" .
Ya instalado de pleno derecho en la élite, el futbolista defiende que para que las cosas salgan, intenta vivir al máximo cada entrenamiento y cada partido como lo hacía cuando era pequeño "Creo que entender el fútbol de ese modo es el secreto" del éxito. Sólo así puedes conseguir que todo fluya. disfrutas cada pelota, estás mucho más cerca de hacerlo mejor".
Los Obama acabaron siendo un juguete roto, y un ejemplo de que no es recomendable generar expectativas gigantes a edades tan pequeñas. "No se puede dar nada por hecho. Puedes apuntar alto, pero esta profesión pide constancia, un trabajo increíble y una gran mentalidad. puedes tener las cualidades que quieras. La cabeza lo es todo, todo. Este es un mundo de mucha presión y la exigencia no se coge días libres. que lo vivió en primera persona, porque su nombre ocupó muchas portadas durante la época azulgrana, que le destinaban a tener un futuro brillante. "Al principio te sorprende. Y no negaré que gusta, recibir elogios. Pero no sabes la magnitud que hay detrás. Porque en el fondo, están poniendo esperanzas sobre alguien que no se da cuenta de que son reales hasta que se hace mayor".
El jugador del Girona no esconde la mirada durante la conversación con el ARA y transmite claridad en sus reflexiones También, cuando reconoce que nunca le ha asustado tomar decisiones, aunque fueran incómodas o dolorosas. "He vivido momentos malos, pero siempre me he levantado. Me he marchado de casa a los 12 años o con 20 he dejado al Barça para ir al Braga. No es fácil irme del Barça, pero acerté. Y soy. feliz". De Portugal aterrizó en un Girona de Champions. "Esta fue sencilla", aclara, y sonríe. "Ya me quería el año pasado, pero no se cerró. Le seguí mucho por la televisión mientras pensaba que podría haber estado ahí. y que no siempre haya funcionado. Ha habido muchos cambios, y se necesita una adaptación", justifica, antes de cerrar la primera vuelta en Vitoria este sábado contra el Alavés (14 horas, Movistar).
Exigencia disparada
"Cuando consigues un hito de la hostia, te acostumbras a estar siempre allí. Ocurre con todo. Pero el Girona tiene que ir paso a paso, porque lo que me han explicado es que el club se pasó un montón de 'años en Segunda y ahora se está consolidando en Primera. el entorno encima, como Miovski o Danjuma, por no hincharse a goles como lo hacían Dovbyk o Savinho. En 15 partidos, ha hecho 3. "Me considero un delantero muy completo. Nunca he hecho 20 goles, pero hago goles. Y aporto muchas cosas que van más allá del gol. Soy un jugador de equipo, que trabaja, se esfuerza y está en período de crecimiento. No necesito que me pongan más exigencia;
El delantero trabaja con un psicólogo desde hace años. "Sí, sí, es muy importante. Me ayuda a tener la cabeza donde debo tenerla y me permite saltar al terreno de juego y destapar la botella para que salga el gas. Si estás bloqueado o encogido, es muy complicado que las cosas vayan bien. Cuando no tienes un buen día, la mente te puede jugar malas pasadas. profesional ayuda a entenderlo", comenta quien tiene la palabra resiliencia tatuada en el brazo. "Define quién soy y lo que me ha pasado. Siempre he dado la vuelta a las malas situaciones y estoy orgulloso".
Ruiz nació en Almussafes, un municipio del País Valenciano donde siguen viviendo sus familiares directos. "Afortunadamente, no fue castigado por la DANA, pero sí tengo muchos amigos de los pueblos de alrededor que se quedaron sin casa y sin coche. Fue terrible: es inevitable pensar que podía haberle pasado a mi familia", describe , después de haber ido presencialmente a ayudar en todo lo que pudo. Uno de los estadios de Almussafes lleva su nombre. "En ese campo empecé a jugar al fútbol. Es un reconocimiento muy bonito, mucho. Allí empieza esta historia". Una historia que hoy sigue en Girona.