Juegos Olímpicos

Los Juegos Olímpicos se ponen en marcha en Fukushima, la ciudad convertida en un símbolo

La zona que vivió el tsunami de 2011 ha sido el escenario del primer evento de los Juegos, un partido de softbol

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Minori Naito, del Japón, jugando contra Australia en el primer acontecimiento de los Juegos Olímpicos de Tokyo.

BarcelonaCinco años después de ver como se apagaba la llama olímpica en Río de Janeiro, los Juegos Olímpicos de Tokio se han puesto en marcha con los primeros acontecimientos de su calendario. A pesar de que la ceremonia inaugural será este viernes, los Juegos se han estrenado a las dos de la madrugada hora catalana con el partido de softbol entre Japón y Australia, que ha terminado con victoria local (8-1). El softbol, el béisbol y el fútbol son los tres deportes con partidos programados durante las 48 horas anteriores a la inauguración oficial. Después de estos partidos, se han jugado dos más con triunfos de Estados Unidos sobre Italia (2-0) y de Canadá sobre México (4-0). También ha empezado la competición de fútbol femenino con la derrota de las campeonas del mundo, Estados Unidos, ante las suecas por 3-0, el triunfo del Reino Unido contra Chile (2-0) y la goleada del Brasil contra China (5-0).

En este caso, las autoridades han querido que el partido de softbol, una variante del béisbol al que solo juegan mujeres en el programa olímpico, fuera de manera simbólica en el estadio Azuma de la ciudad de Fukushima. A pesar de que inicialmente se valoró permitir el 50% de espectadores, puesto que el covid-19 no está tan extendido en Fukushima como en Tokio, el partido ha sido finalmente a puerta cerrada, más allá de algunas autoridades como la presidenta del comité organizador, Seiko Hashimoto. Tanto el softbol como el béisbol, dos deportes muy populares en Japón, regresan al programa olímpico por primera vez desde el año 2008, cuando las japonesas ganaron la medalla de oro en la final contra los Estados Unidos.

Reika Utsugi, la seleccionadora japonesa, se ha mostrado emocionada de poder debutar a Fukushima. "Cuando se vivió la tragedia fue como si golpearan mi segunda casa, fue muy duro", recordaba Utsugi. Nacida en China, llegó a Japón en los años 90 para jugar a softbol, se nacionalizó en el país y se quedó para siempre. "Me alegré mucho al saber que podríamos jugar aquí", ha dicho antes del contundente triunfo de sus jugadoras.

La elección de Fukushima no es casualidad. Cuando Tokio fue elegida como sede de los Juegos en 2013, el gobierno japonés había convertido el proyecto en un símbolo del renacimiento después de la tragedia vivida en esta ciudad, donde primero un terremoto y después un tsunami provocaron una catástrofe al quedar afectada la central nuclear de la región. Más de 18.000 personas perdieron la vida. La llegada de la pandemia en 2020 provocó que los Juegos fueran aplazados un año y se pusieran en marcha justo 10 años después de una tragedia que todavía provoca fuertes debates en la sociedad japonesa, tanto por la gestión del gobierno como por el papel que tendría que tener la energía nuclear en el país donde se lanzaron las dos primeras bombas atómicas sobre población civil, en 1945.

Yoshihide Suga, el primer ministro que ha tomado el relevo de Shinzo Abe, ha defendido que la cita olímpica se convertirá en el símbolo del renacimiento tanto de los hechos del 2011 como de la pandemia. El covid-19, sin embargo, ha provocado que los Juegos se hagan sin público, con la mayor parte de la población en contra de que se hayan sacado adelante y con numerosos casos positivos en la villa olímpica que han encendido las luces de alarma entre los organizadores.

La decisión de llevar algunos partidos de softbol, béisbol y fútbol a Fukushima ha generado debates entre los ciudadanos de esta ciudad y los familiares de los supervivientes, divididos entre los que lo ven con buenos ojos y los que creen que el gobierno utiliza su dolor a favor de sus intereses. Dos de los políticos más populares de los últimos 40 años en Japón, de hecho, se han enemistado alrededor del debate sobre la energía nuclear. Junicho Koizumi, primer ministro del 2001 al 2006, se ha convertido en uno de los grandes críticos después de los hechos de Fukushima y ha acusado Shinzo Abe y Yoshihide Suga de "venderse al grupo de presión de empresas nucleares". Japón paró todos sus reactores nucleares después de los hechos de 2011, y actualmente ha reiniciado 9 de los 42 que hay en total al país. El gobierno de Suga prevé que en 2030 ya sean 30 los reactores en funcionamiento.

En Fukushima, muchos vecinos han criticado invertir más de 10.000 millones de euros en los Juegos Olímpicos, cuando todavía queda trabajo por hacer en la zona. El gobierno todavía tiene grandes almacenes con un montón de tierra contaminada guardada en más de 6,5 millones de sacos negros, población en viviendas provisionales y polémicas como la de este año cuando anunció que vertería al mar agua contaminada que había tratado, al considerar que los niveles de contaminación son bajos. La medida fue parada después de las quejas de los pescadores de la zona y organizaciones ecologistas. El gobierno había llegado a crear una mascota divertida para explicar en las redes sociales que verter el agua al mar no era una tragedia. La mascota, Mr. Tritium, no tuvo buen recibimiento y duró poco. Sean Burnie, uno de los portavoces de Greenpeace, presentó un informe en el que se demostraba que en algunas zonas de Fukushima los niveles de radiación todavía son demasiado altos, y cuestionaba que "se quiera mostrar la presencia de los Juegos en Fukushima como un símbolo del renacimiento, cuando todavía quedan unos 40 años de trabajo para acabar el trabajo en la zona del reactor nuclear". Según Burnie, "se suponía que la zona donde descansan los atletas estaría 100% limpia de restos nucleares y se ha detectado un nivel de radiación preocupante en algunas zonas".

El Japón-Australia de softbol, primer acontecimiento de los Juegos Olímpicos de Tokio
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