Laporta y el contrapeso de Giró

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Celebración de Joan Laporta

Lo de Jaume Giró no es ni un adiós, porque no ha llegado ni a ser directivo. La noticia que avanzaba ayer este diario tiene varias lecturas. En primer lugar, es grave que el directivo más importante de los que acompañaban a Joan Laporta no acabe formando parte de la junta. Era la figura con más renombre, con muchos contactos dentro del ámbito económico, muy conectado con la élite barcelonesa y madrileña. Laporta, en una astuta estrategia para no desgastarse, supo dar protagonismo a Giró -y saciar su cuota de ego- durante la larga campaña, y el ex director general de la Fundación La Caixa fue, junto con Maria Elena Fort y Rafa Yuste, uno de los pocos nombres que tuvieron presencia mediática. “Tardará seis meses en engancharse con Laporta”, decía un buen amigo que les conoce bien a los dos. Al final, ni seis días han pasado antes de que sus caminos se separen, según aseguraban ayer en un comunicado de la candidatura, “por motivos profesionales”.

Ante la situación delicada que tiene el Barça a nivel financiero, se esperaba que la figura de este licenciado en ciencias de la información por la Universidad de Navarra fuera destacada. La partida que tiene que jugar el Barça en el tablero económico es casi tan importante como la que se jugará sobre el césped y, de golpe, antes de tomar posesión y justo mientras se cerraban los famosos avales, el hombre llamado a convertirse en vicepresidente económico baja del barco antes de zarpar. Para ir a Londres, dicen.

Ahora bien, dicho esto, a día de hoy, mucho más importante que los directivos son los ejecutivos. El fútbol moderno tiende hacia esto y el Barça tiene que tener los mejores ejecutivos y que la junta marque la hoja de ruta, limitándose a supervisar el engranaje, ofreciendo al club contactos y conocimiento. El directivo de hoy no tiene nada que ver con el de hace 20 años y, si según apuntan varias fuentes Giró quería tener un papel activo a la hora de tomar decisiones, lo mejor que podía pasarle a Laporta es que esto suceda ahora y no dentro de seis meses, como vaticinaba mi amigo.

Dicho esto, un último apunte, y no menos importante. Giró quizás ambicionaba un rol que no le correspondía porque, en caso de haberlo concedido, habría entrado en conflicto con el nuevo CEO y las figuras que formarán parte del comité de dirección; sin embargo, visto el perfil de la nueva junta, su figura podía ser relevante para hacer contrapeso con Laporta cuando lleguen los malos momentos. Tener alguien con carácter y trayectoria para llevar la contraria al presidente es imprescindible. Si no es Giró, que sea alguien más, pero Laporta necesitará una junta que, más que tomar decisiones, sepa hacerlo tocar con los pies en el suelo cuando vengan mal dadas, porque, tal como está el país, este momento llegará. Ya se encargarán de que llegue.

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