Mateu Alemany: el gestor de moda que le dijo no a Florentino Pérez

El ejecutivo mallorquín liderará la estructura deportiva del Barça

Mateu Alemany con Joan Laporta
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BarcelonaMateu Alemany Font es un hombre de fútbol. No hay un solo director deportivo de Primera División que no lo conozca. "La verdad es que tiene muy buena fama", admite al ARA un ex secretario técnico con sobrada experiencia en la élite. "Todas las referencias que tengo de él son buenas", afirma otro ex compañero de aventuras. Nacido en Andraitx (Mallorca) hace 58 años, Alemany lleva más de dos décadas en un negocio marcado por los egos en el que los tratos a menudo se cierran en sobremesas y pasillos, mezclando el talonario con dosis justas de populismo. Acuerdos con entrenadores y futbolistas, pero también con los estamentos que rigen los torneos oficiales. Por eso Joan Laporta, que en su regreso al Barça quiere que la entidad "recupere el peso específico en las instituciones", apuesta por él como hombre fuerte del área deportiva. Tiene un buen recuerdo de él y valora su experiencia polivalente. "Ha sido presidente, presidente ejecutivo, secretario técnico y director deportivo con éxito", afirmó sobre Alemany en diciembre, cuando todavía era candidato. Ahora, avalado por los más de 30.000 socios que le han hecho confianza en las urnas, ya puede anunciar que este abogado con pasado glorioso en el Mallorca y en el Valencia formará parte de su equipo.

Los inicios de Alemany en el fútbol se remontan al 1990, cuando entró a trabajar en la gerencia del club balear. En tres años ascendió hasta la dirección general. Y en diez, después de que el mítico equipo de Héctor Cúper se convirtiera en una de las revelaciones de la Liga, Florentino Pérez lo quiso reclutar para el Real Madrid, que venía de sumar su octava Copa de Europa. Rechazó la propuesta, pero a cambio se quedó con la presidencia del Mallorca, que con él en el palco de Son Moix frecuentó las competiciones europeas y levantó una Copa con Gregorio Manzano en el banquillo y Samuel Eto'o –cedido por el Madrid– en la delantera. Fue entonces cuando conoció a Laporta, que para fichar al camerunés para el Barça se ganó su favor para negociar con Florentino, que acabó aceptando que el ariete no volvería a la capital y que se marcharía al eterno rival a cambio de 21 millones. Un año más tarde de ese traspaso, Alemany abandonó el Mallorca. En 2010, después de otra breve etapa como mandatario, se deshizo de las acciones.

Bienio de éxito en el Valencia de Lim

"Es un trabajador incansable que encuentra soluciones para todos los plazos y no se mete demasiado en temas técnicos, a pesar de que sabe", dice al ARA Eduardo Basigalup, ex segundo entrenador de Cúper en Mallorca, sobre la que será una pieza clave en la reconstrucción deportiva del Barça. "Creo que Laporta acierta confiando en un perfil como el suyo para gestionar la situación actual del club", opina. En la misma línea va Vicent Chilet, que explicó al diario Levante la última gran etapa deportiva del Valencia, el argumento más reciente de la buena fama de Alemany en los despachos del fútbol. Después de la época a primera línea en el Mallorca y de intentar sin éxito derribar a Ángel María Villar con una candidatura para presidir la Federación Española de Fútbol, el ejecutivo acabó en Mestalla gracias a la buena relación que tiene con Javier Tebas (LFP), que se lo recomendó a Peter Lim, propietario de la institución che, para que gestionara la parte deportiva. "Alemany cogió a un Valencia decadente y aprovechó un vacío de poder para devolver a la entidad a su nivel de exigencia", dice Chilet, que sitúa la contratación de Marcelino como entrenador como punto de partida de un bienio (2017-2019) en el que el equipo "duplicó su valor de mercado" y ganó una Copa contra el Barça de Messi (2-1).

Ese éxito en Sevilla supuso el cénit del binomio Marcelino-Alemany en el Valencia. Pero poco después, Lim, que había quedado al margen de las decisiones deportivas durante dos años, decidió hacer caja con algunos jugadores, y el técnico abandonó el barco. Alemany, disconforme con todo ello, también se marcharía meses más tarde. En la capital del Túria todavía lo echan de menos. "En comparación con la situación que hay hoy en Mestalla, se añora su gestión o que hiciera ruedas de prensa cada 15 días para responder sobre temas delicados", aprecia en este sentido David Albelda, excapitán valencianista. Alemany, que ya está en Barcelona a punto para ponerse a trabajar, ha tardado un año y medio en encontrar otro proyecto. Con él, el Barça tendrá un gestor experimentado para negociar incorporaciones, traspasos y renovaciones, pero también un interlocutor reconocido en los organismos de decisión. Entrará en las oficinas azulgranas una vez Laporta y su junta depositen el aval y tomen posesión.

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