Piqué abre la caja de Pandora: el Barça se arremanga con las rebajas salariales
El club estudiará fórmulas para ajustar también los emolumentos de Griezmann y Coutinho
BarcelonaUna vez confirmada la reformulación del contrato de Gerard Piqué hasta junio de 2024, el Barça quiere anunciar pronto las adecuaciones de los otros capitanes: Sergio Busquets, Sergi Roberto y Jordi Alba. El director de fútbol azulgrana, Mateu Alemany, lidera desde el Camp Nou las negociaciones con los asesores de los tres futbolistas de La Masía, cuyo gesto salarial se hace imprescindible para seguir liberando masa antes del 31 de agosto. A pesar de la traumática salida de Leo Messi, el Barça continúa excediendo los límites según la normativa vigente de la Liga (el famoso fair play) y necesita continuar adelgazando una nómina que está sobredimensionada. Así lo reconoció Joan Laporta hace pocos días en rueda de prensa.
De los tres afectados que hay bajo el foco, el único que no se ha manifestado públicamente es quien a partir de ahora, fruto del adiós de Messi, llevará el brazalete de primer capitán. En su decimocuarto ejercicio en el primer equipo, Busquets está a punto de dar luz verde a la tercera reformulación salarial desde que el coronavirus golpeó las cuentas del Barça. En la primera, en pleno confinamiento domiciliario en 2020, el vallesano y sus compañeros renunciaron al 12% de sus honorarios para hacer frente a la bajada de ingresos. Más adelante, ya con la directiva de Bartomeu fuera del palco, acordó un aplazamiento del 43% de los fijos más un 100% de los variables. Es lo que le tocó según su posición en la escala salarial después de una larga negociación con la gestora. "Si no ponéis vuestro grano de arena, tendremos que ir a concurso de acreedores y entonces no cobrará nadie", se apuntaba desde la institución en los momentos de máxima tensión en las conversaciones. Ahora, con Laporta en la presidencia y una vez ya se ha esfumado la incógnita con Messi, Busquets hará otro esfuerzo que, como avanzó Laporta el lunes, estará centrado en primas y variables, que pueden ir hasta el 30% del total del contrato. La idea es renunciar a alguna de las cláusulas previstas a cambio de garantizar el cobro de otras.
Una fórmula similar a la que se ha seguido con Piqué –cuyo representante legal está en contacto con los de los otros implicados– servirá tanto para Busquets como para Jordi Alba, que renunciarán a primas colectivas de fácil cumplimiento (como ir a la Champions) y las compensarán haciendo que las variables vinculadas al rendimiento (jugar determinados partidos) sean menos exigentes. Si no hay sorpresas, el acuerdo se anunciará la semana que viene. Más verde está la negociación con Sergi Roberto. De entrada, porque sus condiciones de partida son bastante más bajas que las de los otros tres compañeros a los cuales la junta reclama una ayuda. A pesar de que tiene más de 10 futbolistas delante en la escalera salarial, el de Reus acepta que tendrá que cobrar menos si quiere renovar su contrato, que vence el 2022. Ahora bien, de momento no está de acuerdo con la propuesta que tiene sobre de la mesa: hasta la 2024 dejando de ganar un 40% de lo que ingresa ahora.
Roberto no quiere irse del Barça y siente que se tiene que estrechar el cinturón para ayudar al club en materia económica. Así lo expresó él mismo en una entrevista en La Vanguardia: "Nosotros queremos colaborar desde el primer minuto, pero se ha hablado mucho sin saber nada y nos han caído varapalos que no entendemos". El centrocampista catalán puso palabras a un punto de vista compartido por Jordi Alba, otro de los jugadores señalados con silbidos por la afición tanto en el Gamper como el pasado domingo contra la Real Sociedad: "Me duele que se digan mentiras, a pesar de que habría estado bien que hubiéramos hablado antes con el club de todo este asunto". Las dos quejas entroncan con el timing de unas negociaciones que se iniciaron hace pocos días, muy poco teniendo en cuenta el tiempo que hace que el primer equipo está excedido a nivel salarial. De hecho, internamente los capitanes expresan cierto malestar porque creen que se les ha culpabilizado más a ellos –por el hecho de ser de la casa– que a otros jugadores que suponen un lastre económico mayor y que, ahora que Messi ya no está, todo apunta a que seguirán en el equipo.
Sin Messi cambia todo
La queja apunta directamente a dos nombres: Antoine Griezmann y Philippe Coutinho, los dos jugadores que tienen ahora mismo la ficha más alta de la plantilla. Hasta hace pocos días estaban fuera del foco porque la dirección deportiva les buscaba una salida para poder acomodar el nuevo contrato de Messi. El delantero francés estuvo sobre la mesa como parte de un intercambio con el Atlético de Madrid con Saúl Ñíguez, que se acabó descartando, mientras que el brasileño no ha tenido propuestas en todo el verano porque ha estado lesionado y tiene un salario elevado. Ahora, sin embargo, y siempre que no haya ofertas que cambien el escenario, Koeman tiene que contar con ellos hasta el punto que es una posibilidad que Coutinho se ponga la camiseta con el 10. Por eso la intención de la dirección deportiva es plantearles también a ellos una reformulación de condiciones una vez se acabe de cerrar la de los capitanes y se avance por fin en las salidas de Umtiti y Pjanic, dos jugadores igualmente con sueldo de crac. Griezmann vivía tranquilo porque el club le dijo que no le tocaría los emolumentos, pero todo apunta a que las urgencias económicas también repercutirán en su bolsillo.
Con Ousmane Dembélé, lesionado hasta noviembre, también hay conversaciones pendientes para renovarlo a la baja, a pesar de que es una opción que agote su contrato para marchar libre el verano que viene. En principio, Ter Stegen y De Jong quedarán fuera de esta primera línea de ajuste a pesar de ser de los que más cobran. Sus ingresos están repartidos con lógica pandémica en virtud de las renovaciones que firmaron en otoño del año pasado.