Ayoze torpedea el homenaje del Espanyol a Calzón

BarcelonaEl Villarreal torpedeó el homenaje del delegado con más historia de la Liga. La fiesta que el Espanyol le preparó a José María Calzón para sus cuatro décadas en el cargo quedó incompleta tras ver cómo el conjunto amarillo le remontaba el gol inicial de Jofre (1-2). En una noche que acabó tensionada por el arbitraje de Quintero González, los blanquiazules volvieron a desperdiciar una valiosa ventaja.

El Espanyol revivió ante el Villarreal buena parte de las sensaciones que registró en el Santiago Bernabéu. El dominio lo llevó el conjunto amarillo, que pese a generar menos avisos de los que fabricó el Madrid amenazó con la frecuencia suficiente la portería blanquiazul para exigir a Joan Garcia un par de buenas intervenciones. Las más peligrosas de los primeros minutos las fabricó Ilias. Primero obligó al portero de Sallent a dar un estirón delicioso para despejar en el larguero un remate de cabeza. El extremo marroquí, que se convirtió en un auténtico quebradero de cabeza para la defensa del Espanyol, volvió a tener el primero en una acción individual en la que se hizo un autopase, con sotana incluida en Oliván, para acabar chutando con poco ángulo. Juan, de nuevo, se mostró seguro bajo palos.

El Espanyol, espeso con el balón, vivió replegado en su tercio de campo y acumuló el máximo número de efectivos posibles en las zonas interiores para no conceder ninguna rendija a los hábiles atacantes amarillos. Los blanquiazules sufrieron por contener a las asociaciones entre Akhomach, Comesaña, Baena y Ayoze, pero siempre encontraron una cabeza o una pierna amiga para sacar el peligro. Y, como ocurrió en el Bernabéu, Jofre volvió a sacar petróleo de la nada. El extremo recogió un fantástico desplazamiento con la mano de Joan Garcia y lideró un contragolpe que sólo Ayoze pudo detener a pocos metros del área rival. El público del RCDE Stadium protestó, y con razón, una falta que solo se castigó con la amarilla cuando el canterano españolista estaba a pocos metros de entrar en el área en lo que habría sido una acción de mayor peligro. El árbitro perdonó la expulsión a Ayoze, una decisión que perjudicó a los blanquiazules, ya que acabaría siendo clave para el Villarreal.

Antes, sin embargo, el Espanyol abrió la lata en esa misma falta: en una jugada de pizarra, le sirvieron en corto a Jofre, que desde una posición centrada en la frontal remató de primeras. Como le ocurrió al Bernabéu, volvió a ver portería gracias a un rebote de un defensa. Era su primer gol en Primera y llegó en el primer disparo a portería del Espanyol. Pero la alegría volvió a ser efímera. Un partido más. También en el tiempo añadido, Ayoze firmó el empate tras rematar un preciso centro de Baena en una falta lateral. Ambos jugadores volvieron a asociarse a la segunda mitad para fabricar el gol de la remontada amarillenta.

Cuatro atacantes y demasiado desorden

El segundo tanto llegó cuando el Espanyol parecía más cómodo y jugaba con continuidad en terreno rival. Con paciencia, el Villarreal acabó consiguiendo imponer su talento entre líneas para acabar decantando el partido a su favor. Manolo González, viendo que su equipo no encontraba soluciones por dentro, buscó argumentos en el banquillo para revolucionar sus ataques. El Espanyol se rompió con la entrada de Romero, Cheddira, Cardona y el debutante Ünüvar, que dejó algunos detalles que hacen presagiar que tendrá más minutos en las próximas jornadas. Sobre todo porque el Espanyol no va precisamente sobrado de jugadores con su desequilibrio.

Los blanquiazules pasaron de no conseguir atacar en prácticamente todo el primer tiempo a acabar provocando un atasco en ataque por el cúmulo de efectivos con el que acabó el partido. Demasiados atacantes y demasiado desorden. Dos extremos sintomáticos para un equipo que sigue echando de menos equilibrio en medio del campo a la hora de ordenar sus ataques. No ayudó el arbitraje de Quintero González, que trastocó al Espanyol perdonando una clara falta de Bailly en la frontal y enseñando un carrusel de amarillas injustificadas. La frustración en la grada se personalizó con un energúmeno que echó una botella al árbitro, y que justo después fue identificado por la seguridad del estadio.