RCD Espanyol

El Espanyol tampoco entiende el lenguaje más simple

Ramis debuta en el banquillo blanquiazul con un empate en Huesca pese a firmar únicamente un disparo a portería

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Cabrera rehusó con el brazo una disputa ante Obeng en el empate del Espanyol en Huesca
  • FICHA TÉCNICA DEL PARTIDO
  • Huesca: Álvaro Fernández; Nieto, Pulido, Blasco; Valentín (Tresaco, 89'), Mier (Lombardo, 68'), Sielva, Javi Martínez, Loureiro (Vilarrasa, 68'); Joaquín Muñoz (Vallejo, 73') y Obeng (Bolívar, 68'). Entrenador: Antonio Hidalgo
  • Español: Pacheco; Omar (Óscar Gil, 86'), Sergi Gómez, Cabrera, Brian Oliván (Ramos, 46'); Salvi (Jofre, 59'), Expósito (Bare, 59'), Gragera, Puado; Pere Milla (Keita Baldé, 86') y Braithwaite. Entrenador: Luis Miguel Ramis
  • Goles: 0-1 Puado (54'), 1-1 Vilarrasa (78')
  • Árbitro: Fuentes Molina (Comité Valenciano)
  • Tarjetas amarillas: Brian Oliván (32'), Expósito (38'), Blasco (53'), Valentín (64'), Gragera (93'), Keidi Bare (95'), Óscar Gil (96')
  • Tarjetas rojas: ninguna
  • Estadio: El Alcoraz, 7.303 espectadores

Si el lenguaje futbolístico más complejo no funcionaba, el más simple tampoco da mejor resultado. El Espanyol se marchó de Huesca tras salvar un punto (1-1) ante un rival en descenso que le complicó bastante la vida y que mereció mucho más. La era Luis Miguel Ramis empezó con sensaciones bastante preocupantes. Tiene trabajo, el nuevo técnico, que necesita dar la vuelta a un equipo que se ha olvidado de jugar y de sumar. Una dinámica preocupante que aleja a los blanquiazules de las primeras posiciones. De entrada, el cambio en el banquillo no ha resultado ser un revulsivo.

En su primera alineación, Ramis optó por un once bastante conservador, con un doble pivote conservador formado por Gragera y Expósito que dejaba bastante claras sus intenciones. Pocas invenciones, un equipo que no salió a presionar, sino que esperó en medio del campo y planteó dos líneas de cuatro bien juntas para no conceder espacios. El objetivo principal estaba claro: no encajar. El Espanyol, ordenado en un 4-4-2, procuró no complicarse demasiado la vida, proponiendo un juego más pragmático que con Luis García para minimizar errores.

Durante prácticamente toda la primera mitad, el Espanyol cedió la iniciativa a un Huesca que, pese a no llegar a generar ocasiones claras, sí puso intención y ganas y dispuso de algunos remates altos que no encontraron portería por poco. Sobre todo por la banda derecha, con Gerard Valentín llevando de cabeza a Brian Oliván, los aragoneses buscaron con más insistencia un gol que se les resistió. El Espanyol, bastante protegido, no tuvo ideas en el centro del campo para construir ni demasiadas ganas de arriesgar. De hecho, podría afirmarse que durante buena parte del partido los blanquiazules se sintieron cómodos renunciando a atacar.

Un solo disparo del Espanyol a portería

El Espanyol, que durante tanto tiempo había maldecido actuaciones desafortunadas o, directamente, incomprensibles del VAR, celebró esta vez dos interpretaciones a su favor. La primera, justo antes del descanso: no se castigó un rechace de Cabrera con el brazo cuando era el último hombre frente a Obeng. Una jugada polémica en la que probablemente se consideró que el uruguayo barrió el balón teniendo la mano en el suelo. Justo después de la reanudación, el Espanyol logró abrir la lata después de que el árbitro señalara penalti por manos de Blasco en una acción que fue revisada por un ligero empujón previo de Braithwaite que el árbitro consideró insuficiente. Puado no perdonó desde los once metros y firmó su noveno gol de este curso. De hecho, fue el único disparo a portería del Espanyol en todo el partido. Un dato que resume el encuentro.

Con la ventaja, sin embargo, el Espanyol mantuvo el mismo guion tacaño. Lejos de ir a buscar el segundo, permitió que el Huesca fuese creciendo a base de ocasiones. Pacheco, estirando el pie, evitó el empate en un clarísimo remate de Valentín. Sin embargo, los aragoneses acabaron encontrando el 1-1 en la tercera revisión del VAR de la noche: Vilarrasa recibió en posición dudosa un pase dentro del área de Pulido, pero la revisión de las imágenes confirmó que, por milímetros, Keidi Bare le habilitó. Posición muy justa, casi en el límite, pero correcta a ojos del VAR, que dio por bueno el gol. El tanto, todo sea dicho, hacía justicia a los méritos de los locales, que habían buscado el gol con más insistencia. Empate y gracias, porque en el tramo final Gragera salvó un gol bajo palos y Pacheco tuvo bastante trabajo.

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