El Espanyol pierde el miedo a los leones

BarcelonaEl Espanyol pierde el miedo a los leones. Los blanquiazules sumaron un punto ante el Athletic Club (1-1) en un partido en el que se adelantaron gracias a un gol de pícaro de Roberto Fernández que neutralizó a Sancet en el tramo final. Cornellà-El Prat volvió a ser un fortín para secar a uno de los equipos más en forma de la Liga y firmar un empate que mantiene a los de Manolo González una semana más fuera del descenso, a un punto del Valencia.

El Espanyol tenía claro que no podía perder el orden ante uno de los ataques más peligrosos del campeonato. Manolo González recuperó a Urko en un doble pívot junto a Lozano, con Král ligeramente más adelantado. La idea era clara: no dejar pensar con claridad a Sancet, uno de los jugadores más inspirados del Athletic. El guión funcionó y provocó que los vascos buscaran alternativas por las bandas. Allí, Omar volvió a sobresalir neutralizando a un Berenguer que en la primera vuelta había desmontado a placer la defensa blanquiazul.

Más problemas tuvo Romero, que necesitó la ayuda de Cabrera para secar a un Iñaki Williams que, una vez más, volvió a denunciar un episodio de racismo en Cornellà-El Prat. Pero esta vez la víctima no fue él. "Le han dicho puto moro a Maroan en un córner", explicó el capitán del Athletic tras el partido. El episodio se produjo cinco años después de que una docena de espectadores le dedicaran insultos de este tipo. El partido se detuvo unos minutos, y acto seguido el Espanyol censuró los hechos. "Condenamos rotundamente, de nuevo, de nuevo.

A diferencia de lo que ocurrió en San Mamés, esta vez la defensa españolista logró imponerse al ataque de los leones. Los de Ernesto Valverde tuvieron el dominio del balón, pero la posesión no les sirvió mucho para dañar al conjunto perico, que lleva algunas semanas mejorando significativamente sus prestaciones defensivas: desde la derrota en Montilivi del 23 de noviembre, sólo uno de los diez rivales posteriores, la Real Sociedad, le ha marcado dos o más goles. El plan defensivo de Manolo González volvió a funcionar gracias a la solidaridad y generosidad de todo el equipo. Y si todo fallaba, allí estaba Joan Garcia para despejar con una gran mano los disparos de Maroan e Iñaki Williams bajo la atenta mirada del seleccionador español Luis de la Fuente, presente en el palco del RCDE Stadium.

La gran carencia de los locales volvió a ser, un partido más, la capacidad para generar peligro y finalizarlo con acierto. Durante bastantes minutos volvió a añorar a un centrocampista con buen pie que filtrara pasadas por dentro, ya que todo el peligro se concentró por los lados. Sin embargo, quien tuvo más ocasiones en el primer tiempo fue el Espanyol, que logró fabricarse algunas opciones interesantes en varios contragolpes. Jofre probó los guantes de Unai Simón con un disparo escorado, mientras que Puado y Romero lo intentaron con dos remates desviados.

Roberto Fernández firma un gol de pícaro

El plan de partido no cambió en la reanudación: el Athletic siguió intentando rodear al Espanyol en su área, pero a los blanquiazules no les tembló el pulso y mantuvieron el orden defensivo. Además, dieron un paso adelante. Roberto Fernández, el más listo de la clase, sacó petróleo tras presionar a Unai Simón, que se durmió controlando un balón en su área pequeña y no se dio cuenta de que le podían mangar la cartera. Un despiste que saldrá a los resúmenes de la jornada, y que la astucia del punta andaluz supo castigar firmando su segundo gol con el Espanyol.

Ernesto Valverde movió ficha dando entrada a Nico Williams y otras piezas para intentar romper el muro españolista. Manolo González también tuvo que hacerlo, en este caso por necesidad: unos problemas físicos de Urko que desnudaron el centro del campo. Sin el centrocampista vasco, el Espanyol perdió presencia por dentro, lo que aprovechó el Athletic para empatar, a un cuarto de hora del final, con un remate afortunado de Sancet que Calero desvió con el trasero. Los leones despertaron en el tramo final, pero el Espanyol no se asustó con su rugido y acabó conservando el empate.