RCD Espanyol

El lobo solitario arquitecto del descenso amenaza ahora con rematar al Espanyol

Los blanquiazules visitan el Valladolid de Domingo Catoira, su director deportivo la pasada temporada

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Domingo Catoira fichó como director deportivo del Valladolid dos meses después de ser cesado en el Espanyol

BarcelonaEl Espanyol decidirá a José Zorrilla si merece o no una última oportunidad para acabar el curso en posiciones de ascenso directo. Una victoria este sábado (18.30 h, LaLiga TV Hypermotion) reavivaría a los blanquiazules, mientras que una derrota les alejaría a nueve puntos de los castellanos cuando quedarían nueve por disputar. En Valladolid, el Espanyol se reencontrará con el arquitecto de su último descenso, Domingo Catoira, que tomó las riendas del área deportiva del club dirigido por Ronaldo Nazario mes y medio después de ser cesado de la entidad espanyolista.

Catoira, que llegó al club blanquiazul en el 2018 como secretario técnico de Rufete, sólo duró una temporada en la que era su estreno como máximo responsable deportivo. “Es un buen secretario técnico, pero una dirección deportiva te come si no tienes un buen equipo de trabajo con el que contrastar opiniones y recibes crítica interna. Se vio desbordado porque iba a lo suyo”, explica al ARA un antiguo empleado del Espanyol que tuvo un contacto estrecho con Catoira. “Antes de él, el área deportiva iba a cenar varias veces para analizarlo antes de tomar una decisión. Con Catoira esto no existía, no gestionó bien el entorno”.

Una de las decisiones que más dudas generó internamente en la entidad, de hecho, fue no incorporar ninguna mano derecha ni reforzar el área deportiva -como sí había hecho su antecesor, Rufete, y también hizo posteriormente el suyo sucesor, Garagarza-. “Me sorprendió que no pidiera ni llevara a ninguna persona a su equipo de trabajo, decía que no lo necesitaba. Le faltó una estructura más potente para poder ir más al por menor a la hora de controlar a muchos jugadores”, comenta una fuente. “Puedes tener personas haciendo informes, pero es necesario personal con capacidad para tomar decisiones y suficiente peso específico de cara a la propiedad. Si el último día del mercado de verano estás encerrado en el despacho reunido con Chen Yansheng no puedes hablar con representantes ni hacer una radiografía del mercado. Es muy difícil gestionarlo a nivel operativo. Una sola persona no podía controlarlo todo y realizar todo el trabajo”, comenta otra persona que también le trató directamente y que lo describe como un “lobo solitario”. "El cargo no sólo implica hacer plantillas, sino también crear equipos de trabajo donde se cuiden a las personas y se les dé recursos, como ocurre en otros clubs", añaden.

La responsabilidad de Chen y Diego Martínez

Pese al rumbo escogido por Catoira, no todas las críticas le señalan a él. “En verano no tuvo mucho margen para decidir a quién llevar y por cuánto dinero. Tuvo muchas limitaciones a la hora de hacer la plantilla, aunque fue su error, por inexperiencia, no plantarse ante algunas situaciones. Si no incorporó antes a jugadores como César Montes, Denis Suárez y Pacheco no fue por decisión propia”, detallan. Las limitaciones impuestas del fair play aplazaron hasta enero algunas incorporaciones necesarias. “Si entre mayo y julio echas a dieciséis jugadores, es imposible hacer un equipo. Se dio demasiado poder al entrenador, un error en un club como el Espanyol”, añaden. Diego Martínez decidió no renovar a dos líderes del vestuario como David López y Diego López. Ni técnico ni director deportivo supieron gestionar tampoco el serial RDT: "Le devaluaron comunicando mal, era un jugador que no podía salir del club por menos de 25 millones", sentencian.

Otro de los reproches más destacados a la dirección de Catoira es no haber sido capaz de controlar la comunicación de los objetivos de la entidad. “Con la incorporación de Diego Martínez se vendió que el equipo tenía que luchar por Europa y quizás éste no era el mensaje a vender. Hacía falta más prudencia, pero el club no tenía a nadie que se preocupara”, sentencian. Menos de un año después, Catoira acaricia el ascenso con un Valladolid que puede acabar de rematar al Espanyol.

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