Cine

100 años de la señora Fletcher, la señora Potts y la señora Marple

El 16 de octubre, Angela Lansbury habría sido centenaria

Angela Langsbury, en una imagen de archivo
16/10/2025
4 min

BarcelonaAngela Lansbury aguantaba con estoico sentido del humor la eterna confusión que le acompañó cuarenta años. Lo llaman el síndrome de la popularidad, consistente en que miles y miles de personas de todo el mundo estén convencidas de que no eres tú misma sino el personaje que has interpretado y que te ha hecho entrar, cada día durante meses y años, en las salas de estar de millones de personas y de familias en todo el mundo. Son conocidos los casos de actores y actrices a los que han insultado por la calle porque uno de sus papeles más populares ha sido el de un estafador, un mafioso o un maltratador.

En nuestro país, las teleseries han sido un interesante caldo de cultivo sociológico en este tema. Cuando Miquel Cors fue Antonio de Poble Nou, más de uno, de dos y de tres le reprocharon, en plena calle, su actitud intolerable con Rosa, su esposa en la ficción. Lo mismo les ocurrió a Joan Massotkleiner (el pérfido August de Secretos de familia) ya David Bagès, a quien le costó bastante trabajo deshacerse de los matices viscosos de su Amadeu Cabanilles de Niza de poder. Los malvados generan este tipo de reacciones viscerales, pero la bondad y la bondad también pueden excitar, en el extremo contrario, la emotividad del público. El gran Alan Rickman se hacía cruces de cómo le amaban los pequeños espectadores de todo el mundo. Cuando se cruzaban con él, le miraban con incredulidad y susurraban "Mira, es en Severus". Harry Potter, cómo no, uno de los más importantes y fecundos generadores de emociones de las últimas décadas. ¿Y Jessica Fletcher? Pues es sin duda el personaje más querido de Angela Lansbury. La escritora de novela negra que estuvo más de diez años, entre 1984 y 1996, chocando con todo tipo de crímenes por donde iba. Hoy, en la era de los memes, muchos se acuerdan y sacan punta a esta tan improbable circunstancia vital: la maldición de la Fletcher. Si la veías en tu pueblo o cerca de tu casa, podías empezar a temblar. Faltaba poco para que se produjera un crimen. En el mejor de los casos, un robo. Pero solía tocar el premio gordo del asesinato.

Angela Lansbury como Jessica Fletcher.

¿Y cómo llegó al papel? Fue su marido, el productor Peter Shaw, quien tuvo la idea de la serie. ¿Quién era la actriz ideal? Y sí, era ella. Un perfil que no surgía de la nada, evidentemente. Lansbury acababa de encadenar a dos personajes que serían definitivos para desequilibrar la balanza a su favor. Dos papeles surgidos de la fértil imaginación de Agatha Christie. La alcoholizada y divertidísima escritora de novela romántica Salomé Otterburne en Muerte en el Nilo (1978) y, por supuesto, la señora Marple a El espejo roto (1980). Esta última, junto a Hércules Poirot, las dos creaciones más recordadas de Christie y con un largo recorrido televisivo y cinematográfico. Buenas inspiraciones, todas juntas, para que Lansbury se luciera a gusto con su señora Fletcher. ¿Quién no recuerda la inconfundible sintonía de los títulos de crédito?

Cuando los tiempos de Se ha escrito un crimen ya se aproximaban a su fin, Lansbury aceptó un rol que para algunos fue inesperado. Dobló a la señora Potts, la tetera animada de La bella y la bestia (1991), quizás el filme más importante de la historia de la factoría Disney. La que cambió el rumbo errático de la productora en los años ochenta y que supuso una auténtica bomba en todo el mundo. Lansbury se reivindicó como una cantante de primera división. Pero cantar no era extraño para ella, la inolvidable señorita Lovett del estreno de Sweeney Todd en Londres. Puede recuperar el montaje en Filmin, es una maravilla. ¡Ah! Y tampoco fue La bella y la bestia su debut con Disney. Cómo olvidar La bruja novel (1971), esa brillante mezcla de animación y personajes de carne y hueso en los que una bruja aficionada debe hacerse cargo de tres niños a los que la evacuación de su pueblo durante la Segunda Guerra Mundial ha dejado desvalidos. La actriz, acostumbrada a roles secundarios pero fundamentales para los filmes que interpretaba –El mensajero del miedo, Luz de gas, Los tres mosqueteros–, había asumido a un protagonista muy exigente. Y se había salido con mucho éxito. Sin embargo, no era la interpretación la faceta más exigente de su vida. Su vida personal transcurrió morada de rémoras de complicada digestión. Su hijo lidiaba con la adicción a las drogas y su hija perteneció a la secta de Charles Manson, que se hizo mundial y tristemente famosa por estar detrás del asesinato de la actriz Sharon Tate, en verano de 1969.

La actriz Angela Lansbury (centro) ensaya para el musical 'Gypsy' en el Piccadilly Theatre de Londres, junto a Zan Charisse (izquierda) y Barrie Ingham (derecha), el 16 de mayo de 1973.

Siempre que se lo preguntaban, Angela Lansbury explicaba que había vivido una vida plena. Si estuvo llena o no sólo lo sabía ella. De larga sí lo fue, sin duda. La actriz falleció el 11 de octubre de 2022, sólo cuatro días antes de cumplir 97 años. Casi centenaria, sí. En 2014 recibió un Oscar honorífico que reconocía toda su carrera, pero quien fue Miss Fletcher, Miss Potts, Mrs. Lovett y Miss Marple decía adiós con el pleno convencimiento de haber recibido el premio más importante de todos. La estima infinita de los millones de espectadores a los que había hecho disfrutar de lo lindo.

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