Cuaderno de vacaciones para mujeres feministas (1)

Pasa de cocinar y de la operación bikini y regálate orgasmos

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24/07/2025
Escritora, guionista y comunicadora
2 min

Actividad 1. Relajación. Haz vacaciones. Pero de verdad. Si vas con alguien, especialmente si es tu pareja hombre y llevas los meses anteriores con la carga mental a tope, porque se ha hecho el sueco y el finlandés y te lo has cargado todo a ti en la espalda, dedícate a supervisar dónde vas y punto. Y si no te gusta la propuesta, míralo fijamente, di "no me gusta, quiero ir a tal sitio, busca y ya me dices".

Actividad 2. Inacción. Pasa de cocinar. Compra comida preparada. Si te lo puedes permitir, ve a restaurantes. O roba fiambreras de los congeladores de los amigos a los que las madres patriarcales proveen de vez en cuando. De las amigas no, que ellas están igual que tú.

Actividad 3. Fija la mirada. Cuando alguien te hable de la operación bikini, míralo fijamente y hazle saber que tu hija ha superado una bulimia. Y si te dice "Ay, perdona, lo siento", le dices que tú más. O también puedes mirarla fijamente a los ojos y recordarle que después de la pandemia los casos de trastorno de la conducta alimentaria subieron un 61%. Y que haces nudismo. No necesitas operación bikini.

Actividad 4. Disfruta. Liga tanto como te dé la gana sin pensar si pareces una perdida. Parécelo. O pasa olímpicamente de ligar si te da pereza. O si no te apetece. Está muy bien cogerse vacaciones de sexo con otras personas, pero no te olvides de ti. Los orgasmos con una misma cuando hay tiempo son una de las mejores experiencias que se pueden tener de vacaciones. Mírate a ti fijamente a los ojos y adelante.

Material necesario. No olvides comprar diez cajitas de tapones para las orejas y pon una en cada bolso que tengas: el de piel azul, la cesta para la playa, el minibolso para los conciertos y festivales, la totebag que hace que parezcas culta y moderna, la mochila nevera para pasar el día en una cala en bolas, el bolso amarillo, y el marrón y todos los demás. Nunca se sabe cuándo te puede caer encima un comentario machista que te arruinará el día ("Niña, no te pongas nerviosa, solo quería ser simpático", que es una frase que se nos dice por infinitos motivos y que nos pone infinitamente de mala leche). En modo normal le responderías, pero estás de vacaciones y no vale la pena que un Antonio cualquiera te haga subir el nivel de cortisol. Míralo fijamente y ponte los tapones en las orejas para no oírlo. Da media vuelta. Olvídate. Ya no existe. ¡Magia!

Ah. Y haz correr este artículo entre tus amigas feministas.

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