El impacto de la pandemia

Un agosto a vida o muerte para el turismo

A pesar de los buenos datos de junio, el sector da julio por perdido y teme que el golpe sea definitivo

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Terrazas prácticamente vacías un mediodía a la Rambla de Barcelona, a pesar de las ofertas y la presencia de los camareros esperando para ofrecer el menú.

Barcelona“El mes de agosto es el que marcará el futuro de muchas empresas”. Ni un gráfico que hace meses que va hacia arriba es capaz de remontar el ánimo de un sector que, en este caso en voz del vicepresidente de Pimec Turismo, Daniel Brasé, anticipa una segunda temporada turística que, si se salva, será por los pelos. 

Cerca de un millón de personas pernoctaron en algún establecimiento hotelero catalán en el mes de junio, una cifra más de seis veces superior a la de un año atrás y que desde agosto de 2020 no registraba nada parecido. Ni siquiera entonces se había conseguido atraer a los 302.000 turistas extranjeros que, según el Instituto Nacional de Estadística, se alojaron en junio en Catalunya, que de hecho es la mejor cifra en toda la pandemia. Igual que el número de establecimientos abiertos, que volvía a acercarse a los 2.000 en todo el Principat. Este conjunto de datos, sin embargo, se ha quedado atrasado y no prevé todo lo que tiene en suspenso, de nuevo, en el sector turístico: la variante delta, la quinta oleada de contagios y las nuevas recomendaciones de no viajar a Catalunya. 

"En el mes de junio pintaba que este sería un verano de recuperación y más o menos bueno, pero todo ha caído: estas últimas semanas se han cancelado muchas reservas y se han tenido que bajar mucho los precios para intentar tener una ocupación digna", afirma Enrique Alcántara, presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur).

No es de extrañar, pues, que la Federación Española de empresas de Distribución en la Hostelería y la Restauración (Fedishoreca) haya celebrado este viernes haber vivido en junio el mejor mes de toda la pandemia, al mismo tiempo que avisaba que prevé recaídas en la actividad para el mes de julio. O que Exceltur, la asociación de la que forman parte los presidentes de las grandes compañías turísticas del Estado, rebajara ya a mediados de mes las expectativas de recuperación económica del sector para el tercer trimestre, datos que había lanzado cuando todo indicaba que estábamos saliendo de la rueda. 

Esta corrección a la baja, razonaban entonces desde la entidad, estaba influida “por el retraso en el inicio de la llegada de británicos en España hasta la última decena de julio" y "por el freno y la tendencia al retraso" que ya se detectaba en el ritmo de reservas de los mercados francés, alemán e italiano.

Pero la última decena de julio está prácticamente agotada y la situación no parece mejorar. De hecho, según el vicepresidente de Pimec Turismo, Daniel Brasé, el sector no ha conseguido recuperarse este mes. Es cierto, dice, que los fines de semana ha repuntado la actividad, pero también lo es que entre semana “no se ha hecho nada”. Y lo poco que se ha hecho ha sido con turismo doméstico, que es consabido que no supone un impacto tan elevado para los negocios como lo es el turismo extranjero. 

La esperanza de las reservas a última hora

Es por todo esto que los ojos miran hacia agosto, un mes clave para el turismo y que de momento presenta más interrogantes que certezas. En primer lugar, por la nueva dinámica detectada en el sector de reservar a última hora. Pero, en segundo lugar, porque, como explica Brasé, este mes puede ser una tabla de salvación o el golpe definitivo para muchas empresas.

"En el verano es cuando se hace caja para todo el año, y es el segundo que no estaremos bien", resume Alcántara, de Apartur. Esta caja, además, será crucial para "todo lo que se tendrá que pagar en septiembre", coincide el portavoz de Pimec Turismo. Habla de los créditos ICO o de la posibilidad que se extinga el mecanismo de los ERTE . “En función de cómo vaya el mes de agosto nos podemos encontrar que las empresas que han aguantado y se han agarrado a verano como si fuera un salvavidas quizás acaban perdiendolo”, lamenta. 

De momento, desde Booking llegan pequeñas buenas noticias: según esta plataforma de reserva de hoteles, este verano el gasto medio por reserva está un 90% por encima del del año pasado. Son casi 600 euros ante los poco más de 300 de entonces. Es cierto que, según sus datos, lo que más triunfará será el turismo interno, pero Barcelona se cuela entre las ciudades más visitadas y Catalunya entre los destinos más demandados. El sector turístico no hace más que esperar que así sea, porque, si agosto no compensa un poco el vacío que deja julio –concluye Brasé–, el otoño puede ser mucho peor que el del año pasado.

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