Banco Central Europeo

El BCE quiere guardarse una bala en la recámara contra Trump

El organismo bancario prevé mantener los tipos de interés al 2% y tener margen de maniobra frente a una potencial guerra comercial

Christine Lagarde en una imagen de archivo.
23/07/2025
3 min

BruselasEl Banco Central Europeo (BCE) quiere evitar dar ningún paso en falso y pretende guardarse una bala en la recámara frente a una potencial guerra comercial de la Unión Europea con Estados Unidos. La presidenta de la entidad bancaria, Christine Lagarde, ha constatado en más de una ocasión la "incertidumbre" que supone Donald Trump en la Casa Blanca para la economía de la zona euro y, en pleno conflicto arancelario, lo más probable es que el consejo de gobierno del BCE no toque los tipos de interés en los encuentros que mantendrá este jueves, según prevén.

Lagarde ya sugirió en la última rueda de prensa del consejo de gobierno que los recortes del precio del dinero se detendrían –al menos de forma temporal–, y será la primera vez que descarta recortarlos en todo este 2025. De hecho, la entidad bancaria lleva siete veces consecutivas rebajando los tipos de interés, hasta situarlos en el 2%.

Los motivos que sustentan esta decisión son sobre todo dos: la inflación ya está bajo control (alrededor del 2%) y el BCE quiere tener margen de maniobra frente a un potencial estallido de la guerra comercial entre Estados Unidos y la UE. Trump alargó la tregua parcial en el club europeo y ha aplazado una supuesta decisión definitiva hasta el 1 de agosto. En caso de que no se llegue a un acuerdo, Washington amenaza con aplicar un 30% de tasas de importación a los productos europeos, un gravamen que los líderes europeos ya han avisado de que en la práctica significaría el fin del comercio entre ambas potencias.

Cabe recordar que los tipos de interés son la principal herramienta de la que dispone el BCE para intentar frenar el aumento de precios –si los sube, como en plena crisis inflacionista– o para impulsar la economía –si los baja, como en momentos de recesión–. Por tanto, en los peores de los escenarios, Lagarde aún tendría la posibilidad de reaccionar y disminuir más la tasa de los tipos de interés para tratar de aligerar las consecuencias de una guerra comercial con Estados Unidos y estimular la actividad económica.

Tal y como apuntó Lagarde en la última rueda de prensa del consejo de gobierno del BCE, "si se produce una escalada de las tensiones comerciales, el crecimiento y la inflación se situarían por debajo de lo previsto; y, en cambio, si las tensiones se resuelven con un resultado favorable, el crecimiento y, en un grado más bajo, la inflación se sitúa". De esta forma, lo más probable es que, si hay acuerdo entre Bruselas y Washington, el BCE se decante por unas políticas más estrictas; pero si Trump acaba aplicando el 30% de los aranceles, optaría por continuar recortando los tipos.

El BCE hace estas proyecciones porque la UE tiene superávit comercial con Estados Unidos y, por tanto, lo más lógico es que un incremento de los aranceles por parte de la Casa Blanca sobre todo frene la economía de la zona euro.

El objetivo principal del incremento de los tipos de interés del BCE era apaciguar la crisis de precios que sufrió la zona euro. En poco más de un año, el organismo bancario subió el precio del dinero de forma abrupta, hasta que hace dos veranos alcanzó el 4,5%. Sin embargo, a medida que la tendencia inflacionista se ha ido frenando, también ha bajado el precio del dinero. De hecho, ahora ya se encuentra en torno al 2%, que es la meta que se impuso la propia institución comunitaria.

Según las previsiones económicas del BCE, la zona euro alcanzará este año este objetivo y se quedará justo en el 2% de inflación. En cuanto a 2026, la tasa de precios incrementaría hasta un 1,6%, y en 2027 registraría un pequeño repunte, hasta alcanzar de nuevo el 2%. Por el contrario, la inflación subyacente –la que no tiene en cuenta los productos más volátiles, como los alimentos frescos o los productos energéticos– se mantendrá ligeramente por encima. Este año, en el 2,4%, y en el 1,9% en 2026 y 2027. Por otra parte, el BCE prevé que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) de los países de la moneda única se mantendrá modesto y se situará en torno a un punto porcentual: en 2025 en el 0,9%, el 2 el 1,3%.

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