Bruselas descarta medidas comunes inmediatas para bajar la factura de la luz

A medio plazo la Comisión acoge la propuesta española de crear una reserva estratégica de gas

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Una mujer pasa por ante las banderas de la sede de la Comisión  Europea en Bruselas.

BruselasLa Comisión Europea no tiene nuevas soluciones para hacer bajar de manera urgente el precio de la electricidad en Europa. A pesar de las peticiones de gobiernos como el español, Bruselas ha presentado este miércoles una guía de medidas que los gobiernos pueden emprender a escala estatal, una especie de caja de herramientas que, en realidad, buena parte de los gobiernos europeos ya han implementado. A corto plazo, el ejecutivo comunitario se centra en esquemas de apoyo para colectivos vulnerables, recortes de impuestos como por ejemplo el IVA o autorizar atrasos de pagos temporales. Es a medio plazo cuando la Comisión acoge propuestas como la española de crear una reserva de gas estratégica que permitiría evitar situaciones como la producida este año en un futuro, pero no resuelve el problema presente.

Todavía hay otra propuesta española que la Comisión Europea accede a "explorar", pero también a medio plazo. Se trata de una compra conjunta de gas, inspirada en la compra conjunta de vacunas que ha hecho el ejecutivo comunitario durante la pandemia y en realidad vinculada a la creación de la reserva estratégica. Pero, en este sentido, fuentes europeas reconocen que aunque se hiciera de manera urgente e inmediata, una compra conjunta de gas ahora mismo estaría sujeta a los precios actuales de mercado y, por lo tanto, seguiría saliendo cara. Además, según ha explicado la comisaria de Energía, Kadri Simson, la compra sería voluntaria, a pesar de que todavía quedan meses para saber si se llega a concretar. En resumen, pues, España ha conseguido situar el problema en el centro del debate europeo, pero Bruselas no tiene soluciones inmediatas, sino todo lo contrario. El ejecutivo comunitario mantiene que las únicas instituciones con posibilidades de mitigar el aumento de precios de manera inmediata son los gobiernos.

Lo que sí hace Bruselas es marcar el camino que pueden emprender aquellos gobiernos que quieran o que todavía no lo hayan hecho. La prioridad, dice, es aplicar medidas "focalizadas", que puedan mitigar rápidamente el impacto de un problema que considera temporal. "Las medidas tendrían que ser fácilmente ajustables en la primavera, cuando se espera que la situación se estabilice", dice Bruselas, que insiste en que hay que seguir invirtiendo en energías verdes y limpias porque son la verdadera solución a largo plazo. Según fuentes comunitarias, ya son una veintena los países europeos que han emprendido (o prevén emprender) medidas inmediatas como las que enumera este miércoles el ejecutivo, por eso lo más importante del anuncio es el debate de fondo que incorpora. Todo ello, sin embargo, demuestra pocas ganas en Bruselas de abordar una reforma profunda del mercado eléctrico europeo tal como pide España principalmente porque la UE está convencida de que es un problema temporal que se resolverá cuando desaparezcan los factores "temporales" que lo provocan. En las instituciones, sin embargo, se admite que el precio de la luz el año que viene será por supuesto más caro que en 2020, cuando fue excepcionalmente bajo.

La dependencia del gas

El encarecimiento de los precios de la luz ha puesto de relieve el problema de dependencia energética de Europa, que importa más de un 90% del gas y un 97% del petróleo que necesita para la electricidad que consume, a pesar de que cada vez lo esté reduciendo más en su mix. De aquí que España pueda anotarse una pequeña victoria diplomática al haber sido capaz de introducir la idea de crear una reserva energética de gas, pero una derrota a la hora de reclamar medidas europeas urgentes e inmediatas. Bruselas trabajará y concretará cómo se aplicaría la compra conjunta de gas en la práctica de cara a diciembre, cuando presentará un nuevo paquete de medidas energéticas, pero no hay más concreciones. Los líderes lo discutirán la semana que viene en cumbre.

Pero no solo es este el debate que se ha abierto con esta crisis energética. El precio de la luz está disparado en toda Europa, y por eso gobiernos como el francés han decidido emprender medidas más radicales y tienen demandas todavía más contundentes, como la de desvincular directamente el precio del gas del precio de la luz en el mercado europeo mayorista, que tampoco ha sido escuchada por ahora en Bruselas.. Además, Francia ha recuperado su apuesta por la energía nuclear para rebajar el problema. El papel de la nuclear en la transición hacia la descarbonización de la economía europea es una cuestión espinosa que reabre un debate europeo, porque, por ejemplo, Alemania opta por un enfoque absolutamente diferente.

El mercado de emisiones de carbono

La otra gran cuestión es el mercado de derechos de emisiones de carbono (ETS), un mecanismo europeo que pone un precio a las emisiones de CO₂ que generan, por ejemplo, las eléctricas. Bruselas defiende enconadamente este mecanismo: asegura que ha permitido reducir un 43% las emisiones desde 2005 y por eso prevé todavía ampliar el sistema de cara al 2026 para incluir también las emisiones del transporte y los edificios para ir hacia la neutralidad climática en 2050. España también se ha quejado, sin embargo, del hecho de que estos ETS sean considerados un instrumento inversor y permita especular, cosa que aumenta los precios. Bruselas incluye dentro de la lista de medidas que las autoridades supervisoras nacionales vigilen estos posibles usos especulativos de los ETS, pero insiste en que el sistema funciona y que, de hecho, supone solo un 9% del aumento de la factura final de la luz.

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