Guía para entender los aranceles de Trump: quién los paga y cómo funcionan
La tarifa del 15% impactará el bolsillo de los consumidores estadounidenses y los beneficios de las empresas europeas
BarcelonaA la espera de que Bruselas publique más detalles, de momento se sabe que el acuerdo comercial logrado entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejará finalmente los aranceles a los productos europeos que se vendan en territorio estadounidense al 15%. El hecho de que sea un impuesto de la administración federal de EEUU pero sobre productos fabricados en la Unión Europea, puede provocar dudas sobre quién y cuándo debe pagarlo y sobre quien afecta más directamente.
Estas son algunas de las preguntas más recurrentes sobre la disputa comercial entre Washington y Bruselas:
¿Quién paga un arancel?
Lo primero que hay que tener en cuenta sobre los aranceles del 15% acordados por Trump y Von der Leyen es que no deben pagarlos directamente las empresas europeas, y menos los consumidores europeos. Quien debe abonarlos son las empresas importadoras estadounidenses que compran los productos europeos y los entran en su país.
Aunque cada país tiene un sistema tributario diferente, el pago del arancel siempre se controla en el momento en que los productos llegan a la aduana de la frontera. En este caso, cuando los bienes europeos afectados por los aranceles lleguen a una entrada fronteriza de Estados Unidos, agentes de aduanas estadounidenses controlan la mercancía y le asignan la tarifa correspondiente, en este caso el 15%. "Cuando llega al puerto, se genera una autoliquidación", explica Emili Vizuete, director del master de economía internacional de la Universidad de Barcelona. Este recargo debe pagarlo la empresa estadounidense que compra los productos.
¿Qué significa un 15%?
Es el recargo sobre el precio que paga el importador estadounidense por los bienes europeos que hace entrar en territorio de EE.UU. Por ejemplo, si unos grandes almacenes de Nueva York compran perfumes de una marca de lujo italiana fabricados en Milán por un precio de 10 millones de dólares, cuando el cargamento de perfume llegue a la aduana del puerto de Nueva York los grandes almacenes tendrán que pagar 1,5 millones de dólares (el 15% de los 10 millones) al gobierno federal.
Por tanto, son compañías norteamericanas las que asumen inicialmente el coste directo del arancel, pero, una vez abonado, deben decidir cómo lo repercuten. Es ahí donde tienen varias opciones, todas combinables entre sí.
¿Qué opciones tienen las empresas de EE.UU.?
La primera opción que tiene la empresa estadounidense que ha importado bienes europeos es recortar sus márgenes y, por tanto, sus beneficios empresariales. Ahora bien, Vizuete tiene claro que esta opción es la menos probable: "no lo harán", ya que esto impacta negativamente a los propietarios. En caso de que sí optaran por esta vía, tiene una implicación negativa sobre la economía de EE.UU., ya que los accionistas de las compañías estadounidenses son casi todos residentes en EE.UU. en el caso de empresas pequeñas y medianas y, en menor medida pero también sustancialmente, en el caso de las empresas grandes.
La segunda opción es que, al menos una parte del coste del arancel se incluya en el precio: esto representa encarecer el coste de la vida de los consumidores estadounidenses o, en el caso de la importación de bienes intermedios, los costes de producción de las empresas estadounidenses. Según Vizuete, esta opción es más probable, pero no será la única: "no creo que el consumidor estadounidense acabe soportando todo el 15%", aunque en principio sería "lo normal", ya que se trata de un arancel impuesto por un gobierno votado por los ciudadanos de EEUU en contra de la voluntad de los europeos.
¿Pueden los estadounidenses comprar a otros países con menos aranceles?
Sí. Otra alternativa para los importadores de EE.UU. es dejar de comprar productos europeos e intentar encontrar lo mismo. Esta es la peor opción para las compañías europeas, pero es difícil, porque EEUU está aplicando aranceles muy elevados a la mayoría de competidores directos de la UE, como Japón (que también cerró un acuerdo por el 15%) o Reino Unido, que ha obtenido un gravamen menor, del 10%, pero tiene mucha menos industria que los suyos.
Además, algunos productos europeos no son fáciles de sustituir: "Europa no se diferencia por tener costes bajos, el producto europeo vende calidad", recuerda Vizuete. Esto se hace evidente en la alimentación —el champán, el jamón de Jabugo o el parmesano sólo se hacen en Europa— y en bienes industriales de alto valor añadido (coches de alta gama, electrodomésticos, maquinaria).
¿Las empresas europeas pueden recortar precios para ayudar a sus clientes estadounidenses?
La última opción es que los importadores de EEUU puedan convencer a sus proveedores de la UE para que les hagan rebajas de precios que puedan al menos aligerar parte del arancel. Esta opción también impacta negativamente, pero menos, las cuentas de las compañías europeas, y además tienen la opción de negociar recortes de precio a cambio de incrementos en el volumen de ventas (lo que se conoce en lenguaje empresarial como rappel) que compensen parcialmente la caída de ingresos; es decir, vender más barato, pero en mayor cantidad.
Hay que tener presente, sin embargo, que cada caso depende del "poder que tenga" cada compañía, indica Vizuete. Si una pyme estadounidense intenta que una multinacional europea le haga un descuento, seguramente no saldrá adelante. Pero en caso contrario, una pyme europea puede no tener más remedio que aceptar rebajas de precio para seguir teniendo un cliente mayor en EEUU.
Ante estas opciones, ¿cuál es la más probable?
Ninguna de ellas son excluyentes. Vizuete señala que siempre suele ser "una mezcla" de todas las opciones pero con matices. El profesor de la UB apunta que "la principal" es trasladar buena parte del precio al consumidor estadounidense y, en consecuencia, que el coste de la vida en EEUU se encarezca, algo que el propio Trump avisó de que podría ocurrir a causa de los aranceles.