Verifactu: cómo funciona el nuevo sistema para realizar facturas para pymes y autónomos
Empresas y trabajadores por cuenta propia tendrán que cambiar los programas informáticos a partir del próximo año
BarcelonaLas empresas y autónomos se preparan para un nuevo cambio a la hora de facturar. A partir del próximo año, los sistemas de facturación que utilicen deberán cumplir unos nuevos estándares para facilitar el control de la Agencia Tributaria y combatir el fraude fiscal. El nuevo reglamento quiere hacer más fácil acreditar que una factura ha podido ser verificada por el organismo y de ahí el nombre como se le conoce: Verifactu.
Este nuevo modelo lo deben aplicar aquellas pymes y autónomos sujetos al impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) o el impuesto de sociedades, que dispongan de un programa informático para expedir facturas. No afectará a las compañías que suministren electrónicamente los registros de facturación a través del sistema SII, pensado para las que facturan más de seis millones de euros. La Agencia Tributaria recuerda que las ayudas del Kit Digital pueden servir para adoptar un software con Verifactu y, para empresarios que generan pocas facturas, el organismo ha puesto a su disposición una aplicación gratuita de facturación.
Verifactu servirá para remitir automáticamente las facturas a la agencia y garantizar que no se pueden modificar. De esta forma, todas las facturas quedarán registradas en Hacienda y no se podrá realizar ninguna alteración posterior. Esto se hace para evitar los softwares de doble uso, que permiten diferir impuestos, en caso de que un proveedor no pueda pagar la factura cuando se emite y pida retrasarla, sin realizar una factura rectificativa. "Dará más transparencia", resume la vicepresidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Celia Ferrero. "También reducirá los errores humanos y simplificará los trámites con Hacienda", apuntan desde Lyreco, multinacional francesa con sede en Cornellà de Llobregat que comercializa software con Verifactu.
Por otro lado, las facturas pasarán a incorporar un código QR, que permitirá comprobar si la Agencia Tributaria las ha recibido y las tiene archivadas en sus registros. Aunque el QR se podrá leer con cualquier aplicación del móvil, desde la agencia recomiendan hacerlo con su propia aplicación, que también sirve para presentar la renta, para garantizar que el código dirección donde toca. "El objetivo es que sea como el borrador de la renta. Hacienda hará un borrador del IVA según las facturas que se hayan emitido y los usuarios sólo tendrán que decir que sí o que no", expone Ferrero.
Para cumplir con el nuevo modelo de facturación, los programas informáticos de facturación han tenido que adaptarse. Las empresas tecnológicas que diseñan estos sistemas tenían tiempo para hacerlo hasta finales de julio. Una vez que los softwares ya se han puesto al día, es el turno que les implementen sus clientes. A partir del 1 de enero tendrán que hacerlo las empresas, mientras que, a partir del 1 de julio, será el turno de los autónomos. En caso de que los usuarios no incorporen estos softwares actualizados, afrontarán sanciones de 50.000 euros por ejercicio. Para los fabricantes de estos sistemas que no lo hayan realizado, la multa será de 150.000 euros.
Pequeño comercio
La inminente entrada en vigor de Verifactu, aprobada a finales de 2023, ha provocado inquietud entre pequeños negocios y autónomos, con patronales como Pimec pidiendo una moratoria de dos años. Este cambio preocupa especialmente en el comercio de proximidad. Según una encuesta realizada por la patronal catalana, sólo el 7% de los establecimientos dispone ya de un sistema de facturación adaptado y el 76% aún no ha iniciado ninguna actuación. "Es necesaria transparencia y control fiscal, pero también más flexibilidad. La digitalización es el camino, pero no se puede correr más", defiende la presidenta de Pimec Comerç, Mònica Gregori, "desde la pandemia, se han superado muchos retos y el sector no se encuentra en su mejor momento, como se ve al cierre de muchos negocios emblemáticos".
Pequeños negocios como las tiendas, las panaderías, las paradas de mercado o las peluquerías también deben adaptarse a este nuevo modelo de facturación. En este caso, la adaptación de Verifactu no sólo implica contratar un software que emita facturas y tiques con QR, sino también disponer de toda la maquinaria necesaria para poder registrarlas correctamente. Esto comporta cambiar las antiguas cajas registradoras o las balanzas por unas que estén digitalizadas, con un coste de unos 1.500 euros y 2.000 euros, respectivamente. "No todos los comercios están digitalizados y es necesaria una implementación flexible y gradual", remarca Gregori. Aparte de una moratoria, la patronal catalana reclama ayudas directas para sufragar el nuevo sistema. "El Estado ha puesto muchos recursos como el Kit Digital, pero no han llegado a las empresas pequeñas", critica Gregori, quien también pide deducciones fiscales para quienes facturen con Verifactu antes de tiempo.