Financiación autonómica: ahora es la hora, pero el reloj se ha parado

BarcelonaEl momento de avanzar en el acuerdo por una financiación que permita a Catalunya recaudar todos los impuestos se avecina. Era un elemento esencial para la investidura del presidente Salvador Illa, pero la situación política, con el escándalo de corrupción que afecta al PSOE, lo complica. Y aunque los trabajos para implantar el modelo se encontraban en fase avanzada, el límite del día 30 de junio se aleja, admiten varias fuentes consultadas. El reto ahora es, si aguanta la legislatura, ofrecer la imagen de que continúan los trabajos por el nuevo modelo de financiación. Llega la hora, pero el reloj se ha detenido.

Y, en este contexto, quien fue presidente de la Generalitat y conseller de Economia, Pere Aragonès, ha avisado este viernes sobre la necesidad de aprovechar la correlación de fuerzas políticas existente para dar un salto adelante. "Tenemos una coyuntura política excepcional, con mucho ruido, pero que posibilita dar un paso significativo en la financiación. No sabemos cuándo volveremos a tener una correlación de fuerzas como la que existe actualmente", ha alertado durante su intervención en una mesa de exconsejeros de Economía en el marco de cuarto Congreso de Economía y Empresa de Catalunya que se celebra en Barcelona. Debía clausurarlo el presidente Salvador Illa, pero se ha cancelado porque debía reunirse con el jefe del ejecutivo español, Pedro Sánchez, en la Moncloa.

Según Aragonès, "los que están en primera línea tienen una gran oportunidad y merecen nuestro apoyo" porque Catalunya, ha añadido, requiere "una financiación justa". La propuesta pactada entre el PSC y ERC prevé, además de la recaudación de todos los impuestos, empezando por el IRPF el próximo año, pagar al Estado por los servicios centralizados, como las embajadas y la defensa; y establecer un porcentaje de solidaridad con otros territorios.

En la mesa de exconsejeros, no se les ha preguntado por la cuestión, pero ha surgido directa o indirectamente. Jaume Giró, que ocupó el cargo por Junts en coalición con ERC con Aragonès de president, ha destacado que el modelo de financiación vigente, caducado desde 2014, "detrae recursos que se generan en Catalunya": "Son 22.000 millones que cada año se van y no vuelven". Lo ha comparado con el árbol del eucalipto, que chupa y chupa el agua y lo que tiene a su alrededor: "El modelo de financiación actual no es un bastón en las ruedas, es un tronco". Y ha añadido que era un tema que "no se puede obviar a la hora de hablar de la competitividad de la economía catalana".

Productividad pendiente

En la mesa han participado también quien sustituyó a Giró en el cargo, una vez Junts salió del Govern, Natàlia Mas (ERC), y Antoni Castells (PSC), que se encargó de la cartera durante la etapa del tripartito. Oriol Junqueras, que también fue vicepresidente y conseller de Economia, estaba invitado, pero no ha podido asistir por una indisposición. Les ha precedido a la titular actual de la cartera, Alícia Romero, que se ha limitado a destacar "el buen momento económico" que vive Catalunya, con un crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 3,4% en el primer trimestre del ejercicio actual Sin mencionar el modelo de financiación, ha reconocido que existen asignaturas pendientes como un crecimiento más inclusivo, que requieren impulsar la productividad, aunque es una variable que en los últimos años ha mejorado, según Mas.

Y es éste, el de la productividad, uno de los problemas más destacados durante esta jornada y también para algunos de los que fueron conseller de Economia. Mas insistió en la importancia de apostar por la industria como motor dadas sus externalidades positivas y recordó el pacto por la industria impulsado por el ejecutivo del que formaba parte.

Para Castells, que a pesar de ser miembro del consejo de expertos para la financiación no se ha referido a ello, sufrimos el problema desde una doble perspectiva: la europea, como advierten los informes de Mario Draghi y Enrico Letta, en comparación con EEUU y China; y el propio, porque en Catalunya, que está por encima de la media de España, "entre 1998 y 2018 el PIB per cápita es donde estaba y actualmente nos superan los países bálticos". Giró, por su parte, defendió más la competitividad que la productividad y recordó problemas que afectan a las empresas, como la burocracia, la fiscalidad y el absentismo laboral.

Este cuarto congreso organizado por el Colegio de Economistas de Cataluña se centra en la digitalización y la sostenibilidad. Los anteriores fueron en otros contextos. En el primero, en 1979, España acababa de recuperar su democracia y se vivía una profunda crisis económica. En el segundo, en 1988, recientemente el país se había incorporado a lo que entonces era la Comunidad Económica Europea. Y en el tercero, en el 2018, todavía se arrastraban los efectos de la gran recesión del 2008 en una Catalunya inmersa en el Proceso.