Moda

Desigual cerró 20 tiendas en 2021

La empresa dice que la medida se debe a los nuevos hábitos de consumo, que han hecho disparar la venta online

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La sede de Desigual en Barcelona, situada a primera línea de mar, justo junto a la Hotel Vela.

BarcelonaEl impacto de la pandemia, que afectó especialmente al comercio, y el cambio de hábitos de consumo precisamente por el covid y que ha hecho disparar la venta online han provocado el cierre de una veintena de tiendas de la cadena de moda Desigual durante el año pasado, según ha confirmado al ARA la propia compañía. De estos 20 cierres, seis han sido en España -cuatro de los cuales en Catalunya-. Destaca el que se convirtió en el barco insignia de la cadena: la tienda inaugurada en junio de 2019 de Portal de l'Àngel, una de las calles más caras y estratégicas comercialmente del Estado. El local, de un millar de metros cuadrados, se había convertido en la joya de la corona de la compañía de Thomas Meyer y fue de los primeros en implementar la nueva imagen de la cadena, estrenada también en 2019.

Durante el año pasado, además, bajaron la persiana las tiendas de Mataró y Platja d'Aro. La cadena se queda con 408 locales en todo el mundo, de los cuales 285 son propios y 123 están franquiciados. En cuanto a su presencia en Catalunya, se reduce en 16 tiendas, un 20% menos que al inicio de 2021. "Nos estamos centrando en estar presentes en establecimientos de dimensiones adecuadas en las mejores ubicaciones de ciudades estratégicas", argumenta la compañía.

El 2020, cuando estalló la pandemia, fue un año muy malo para el sector de la moda, en parte porque las tiendas estuvieron muchos meses cerradas por las restricciones. Desigual tampoco se escapó: cerró el año con unas ventas de 360 millones de euros, lo que supuso una caída del 39% respecto a 2019, y entró por primera vez en números rojos con unas pérdidas de 83 millones de euros. De hecho, la compañía ya llevaba desde el 2014 con un descenso continuado de la facturación.

Pendientes de los resultados de 2021

Pendientes de que se acaben de terminar los resultados del año pasado, la cadena mantiene que espera haberlo cerrado, tal como preveía, con resultados positivos. "Hemos aprovechado este periodo de transición para acelerar proyectos clave de futuro mientras asegurábamos la solidez financiera de la compañía", insisten los portavoces. Entre estos proyectos está la renovación del producto, el reposicionamiento de la marca y el desarrollo del negocio digital. De hecho, este último punto es uno de los que ha aportado un poco de optimismo desde que estalló la pandemia, puesto que en 2020 las ventas online se dispararon un 48,6%.

En medio de esta bajada continuada de la facturación y de los cierres de tiendas, la compañía impulsó el octubre pasado una medida innovadora pero a la vez controvertida: se convirtió en la primera empresa de moda en trabajar cuatro días a la semana y tener tres de fiesta en sus oficinas centrales ubicadas en Barcelona a cambio de reducir un 6,5% el sueldo de la plantilla, que avaló la iniciativa a través de una votación. A pesar de que la compañía no tiene representación sindical, la UGT cuestionó la medida y llevó el caso a la Inspección de Trabajo argumentando que la modificación de las condiciones contractuales tiene que ir precedida, tal como establece la ley, de un periodo de consultas, cosa que no se había hecho.

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