Living on a prayer. El Enxaneta, el nanosatélite de la empresa catalana Sateliot, aspira a ser solo el primero de toda una constelación de órbita baja que dé desde el espacio conectividad a sensores esparcidos por el mundo. Sateliot ofrecerá el servicio en régimen mayorista a las operadoras de telecomunicaciones para cubrir las zonas en las que no les salga a cuenta llegar con la red de antenas convencionales. Un modelo de negocio opuesto al de Starlink, que ya ha empezado a vender conexiones genéricas a internet vía satélite a los consumidores finales de regiones mal comunicadas. Mientras Elon Musk, su propietario, lo explicaba este martes desde California por videollamada a los asistentes del MWC, en el estand de TelcoDR en el pabellón 2 ya había cola para entrar a ver la actuación en directo de una celebridad con más solera: Jon Bon Jovi. La elección del artista delata a qué generación pertenecen los que dominan actualmente los recursos de marketing del sector tecnológico.
La gincana de las invitaciones. Dejando de lado si eres fan de Bon Jovi o más bien lo encuentras una vieja gloria, hay que reconocer que la firma con el estand más amplio de esta edición del MWC (los 6.000 metros cuadrados que Ericsson dejó libres cuando se dio de baja) ha aprovechado a fondo la tecnología móvil. Para conseguir una entrada en el recital de pequeño formato del roquero de Nueva Jersey había que facilitar los datos personales e ir acumulando puntos mediante la asistencia durante la jornada a varias demostraciones de producto –interesantes, ya hablaré de ello en otro momento– en el mismo estand. A la vista de la expectación, la aplicación creada por la catalana Social Point ha sido todo un éxito.
Prendas de ropa conectadas. La firma china ZTE, el único expositor habitual que ha mantenido su presencia en el cruce entre pasillos más fotogènica del MWC, en el centro del pabellón 3, expone una camiseta conectada por 5G a una plataforma remota de monitorización de la condición física mediante los sensores fisiológicos (ritmo cardíaco y respiratorio, temperatura corporal, esfuerzo muscular y análisis del sudor) que lleva imprimidos. El centro tecnológico catalán Eurecat también lleva años trabajando en tejidos inteligentes, pero la prenda de ropa que expone en este MWC es un gorro quirúrgico proveído de una cámara que graba en vídeo la intervención, de un láser que indica al cirujano qué zona está encuadrando, y de sensores de proximidad para iniciar y parar sin contacto la grabación, que se archiva en los 32 gigabytes de memoria incorporados.
