Las empresas rusas en el Mobile: "La gente normal quiere el fin de esta guerra"

BarcelonaEl estand es de un blanco impoluto, con unas rayas rojas y azules que podrían ser una pista. Fijándote bien, también hay unas pegatinas de un color ligeramente diferente al del fondo que tapan algo. Hace solo unos días, debajo ponía "Rusia". La representación en el Mobile World Congress 2022 del país que la semana pasada decidió invadir Ucrania ha quedado reducida a un pequeño pabellón sin ninguna bandera ni referencia a su nombre. Los organizadores del congreso, la GSMA, aseguraron el viernes en un comunicado que Rusia no tendría representación en el evento, como parte de las sanciones impuestas para intentar aislar económicamente el gobierno de Vladímir Putin. Sin embargo, este veto se ha quedado a medias.

Las empresas rusas que ya habían programado su visita a Barcelona esta semana sí han tenido un espacio en la feria, que se ha inaugurado este lunes y durará hasta el jueves. Al menos ocho compañías han ocupado un estand anónimo y sin representación institucional, aunque era el propio gobierno quien las había invitado a participar.

Anton Chuknov repite hasta tres veces durante la conversación con el ARA que su compañía es totalmente independiente de la administración rusa. Soft es un negocio con sede en Moscú que se dedica a desarrollar sistemas de ciberseguridad contra ataques maliciosos de hackers. La empresa está ahora afectada por las sanciones. "Dependemos de esta situación. Espero que [la guerra] acabe lo antes posible, pero no sabemos ni qué va a pasar mañana", lamenta el consejero delegado de la compañía. No tiene claro cómo volverá a Rusia, pero aprovechará para quedarse un par de semanas más en Europa para hacer negocios.

Hace un rato le ha visitado en su mostrador una representante de la GSMA que visita a las compañías rusas que finalmente forman parte del congreso. No quiere dar su cargo y se muestra incómoda al ser preguntada por el comunicado en el que la patronal de las telecos anunciaba que aplicaría sanciones a estos negocios y les pedía que se quedaran en casa.

Para Metakom-Alpha, es la primera vez en una cita tecnológica de estas dimensiones. En una pequeña pantalla muestra vídeos con algunos ejemplos de su software, que utiliza la inteligencia artificial para detectar a sospechosos de terrorismo y a personas armadas en actitud extraña. Sus servicios los utiliza la policía rusa, pero también los bomberos cuando buscan a un gato perdido. Su intención era que la feria les sirviera para internacionalizar el producto, pero ahora ya no confían tanto. "La gente normal quiere que el fin de esta guerra sea lo más rápido posible", admite uno de los propietarios, Sergei Sikov.

La organización del Mobile ha pedido retirar todos los símbolos rusos del pabellón, pero en el mostrador de TrueConf todavía hay un pequeño rastro de ellos en forma de dulces de chocolate y leche condensada de envoltorios en cirílico para recibir a los pocos visitantes que se acercan. "Tenemos trabajadores en una oficina en Ucrania que han tenido que refugiarse y les estamos intentando ayudar", explica un portavoz de esta empresa, que se dedica al software para videoconferencias empresariales. Son una compañía global con operaciones fuera de Rusia y también cuentan con una sede europea en Polonia. "Esperábamos poder conseguir clientes aquí", añade su representante, sin demasiadas esperanzas de que los presagios se cumplan.

Otra empresa, el grupo de seguridad informática Kaspersky, canceló la rueda de prensa que tenía programada para mañana porque sus representantes no pudieron llegar a Barcelona por la interrupción del tráfico aéreo con Rusia. Sin embargo, su expositor sigue abierto a los visitantes.

"Si me encontrara a un ruso, sé que me daría la mano"

A medio pabellón de distancia, Vladimir Lukashak esquiva a congresistas vestido con una camiseta y una sudadera con el nombre y los colores de Ucrania. Hace veinte años que dejó su país y vive en Andorra, donde fundó una pequeña empresa de distribución de electrónica. Su familia, "gracias a Dios", está por ahora a salvo. Al Mobile le acompaña su sobrino adolescente, que arrastra una pequeña maleta de la que saca una bandera ucraniana. Explica que ha venido al congreso a realizar negocios y enseña los mensajes de apoyo que le han enviado algunos de sus proveedores.

También celebra haberse encontrado con una empresa de baterías portátiles para móviles que le quiere ayudar a enviarla a Ucrania para mantener comunicados a sus compatriotas ante los cortes de luz. "Si me encontrara aquí a un ruso, sé que me daría la mano y me pediría perdón en nombre de su país", dice.