Dos años del pulso entre Elon Musk y los sindicatos de Suecia
Empleados y dirección, lejos de llegar a un acuerdo, protagonizan la huelga más larga del país en los últimos 100 años
CopenhagueEn Suecia, existen 65 mecánicos de coches que desde hace dos años siguen en huelga sindical contra la empresa de vehículos eléctricos Tesla, propiedad del hombre más rico del mundo, Elon Musk. El conflicto es ya la huelga más larga que se ha visto en el país nórdico en los últimos 100 años, además de representar la primera y única huelga en el mundo contra una empresa del multimillonario que hace unos meses dejó de ser la mano derecha de Donald Trump en la Casa Blanca.
La raíz del conflicto nació en 2023 ante la negativa de Tesla de firmar un convenio colectivo con sus trabajadores. Desde entonces, catorce sindicatos de cuatro países (Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia) se han sumado a la protesta con acciones de solidaridad para presionar a la empresa.
Pese al pulso de los sindicatos, no han logrado parar la actividad de Tesla en el país nórdico, y la compañía ha respondido con varias acciones judiciales contra la Agencia de Transportes Sueca que han tenido unos costes legales multimillonarios. También se han resentido las ventas de coches de la marca durante 2025, si bien el mercado del vehículo eléctrico se está extendiendo por Suecia.
Desde el sindicato industrial IF Metal piden un aumento de los salarios para los mecánicos y mejores condiciones laborales, pero también admiten que lo que está en juego en esta protesta es el modelo de negociación colectiva del mercado laboral sueco que Musk, notoriamente antisindicalista, se niega a reconocer.
Lejos de resolverse el conflicto, en las últimas semanas las posiciones entre los sindicatos y Tesla están aún más enrocadas. La Oficina Nacional de Mediación de Suecia anunció recientemente que arrojaba la toalla después de más de un año en negociaciones para intentar llegar a un acuerdo entre las partes. "Mi impresión es que tanto IF Metal como la filial de Tesla en Suecia quieren acabar con el conflicto, pero esta es una cuestión que no solo tiene que ver con Suecia, sino también con la identidad de la empresa", afirmó la directora de la Oficina, Irene Wennemo, en el medio Svenska Dagbladet.
Como resultado del final en la mediación, los sindicatos suecos han intentado tensar aún más la cuerda con diez nuevas acciones contra la compañía que se añaden a las que ya se llevaban a cabo. En los últimos 24 meses, los estibadores portuarios se han negado a desembarcar los nuevos coches de Tesla que llegan a Suecia, la basura no se recoge en los concesionarios de la empresa y las nuevas estaciones de carga que se construyen no se conectan a la red eléctrica del país.
El portavoz de IF Metal, Jesper Pettersson, aseguraba que "la voluntad de continuar con la huelga es hoy aún más firme entre los mecánicos", si bien también admitía que "la protesta supone un importante desgaste psicológico para ellos". Desde el sindicato, cuentan con un fondo abundante para huelgas gracias a los más de 300.000 afiliados, lo que ha permitido compensar a los huelguistas con el 130% del salario: "Económicamente, para nosotros no es un problema continuar con la huelga, tenemos los recursos para seguir durante mucho tiempo, tanto como los mecánicos estén dispuestos a hacerlo".
Caída en las ventas este año
El paro de más de la mitad de los mecánicos que Tesla tiene en el país también le está suponiendo una crisis de reputación que afecta al mercado escandinavo, uno de los más importantes para la compañía en Europa. De hecho, este año las ventas de coches Tesla cayeron en Suecia un 65%, y en Dinamarca un 54%, mientras que Noruega fue de los pocos países europeos donde crecieron un 24% respecto al año pasado. Mientras, las ventas de la competencia en vehículos eléctricos, especialmente los fabricados en China, no han dejado de crecer en Suecia, aumentando hasta el 15% desde hace un año, y los vehículos eléctricos ya representan el 60% de las nuevas matriculaciones en turismos.
El investigador del centro Arena Idé, German Bender, cree que "hay muy pocas empresas en el mundo que estén preparadas para aceptar el coste económico, pero también en imagen de marca que está causando la huelga de mecánicos". Sin embargo, el investigador atribuye el bajón de las ventas "más bien a las decisiones políticas que ha tomado Musk acercándose a la ultraderecha y también al aumento de la competencia, y no tanto a los efectos de la huelga".
Desde el inicio del conflicto, las únicas declaraciones que ha hecho Tesla a los medios fueron hace un año, cuando el responsable de la marca en Suecia, Jens Stark, aseguró que a la empresa le convenía más no firmar un convenio colectivo (una fórmula que cubre al 90% de los trabajadores del país nórdico). Lo que los analistas creen es que Tesla puede considerar que si cede en la batalla sindical en Suecia esto podrían utilizarlo los trabajadores de sus plantas de producción en otros países, como en Alemania o EEUU, donde tiene miles de empleados.