De Capellades al mundo: ¿cómo lo ha hecho la catalana Munich para pisar tan fuerte?
La compañía, que llegó a calzar Kubala, produce más de 850.000 pares de zapatos al año y vende a más de 50 países
BarcelonaEn la calle Garbí de Capellades, en el Anoia, reina la tranquilidad. A pesar de estar en medio del pueblo, a ambos lados se alinean recintos ajardinados y casas señoriales. La más imponente, la del número 30. Dos placas flanquean el portal de madera de la finca. En una se lee Bernades SA; en la otra se ve el logotipo de las zapatillas Munich. Éste es el discreto lugar donde el coloso catalán del calzado deportivo tiene enclavadas las sedes sociales de algunas de las empresas que dan vida a la marca de la X. La producción de las zapatillas la tienen cerca, en Vilanova d'Espoia , un pequeño núcleo de la Torre de Claramunt. La calma del territorio contrasta con los ritmos frenéticos de los datáfonos de la compañía: en el 2022 firmó un año de récord, con una facturación de cerca de 75 millones de euros. Munich tiene una treintena de tiendas propias y sus productos se venden a más de 50 países. ¿Cómo lo ha hecho?
"Ha sabido aprovechar las oportunidades del mercado", sintetiza Josep Maria Espinet, profesor del área de comercialización de la Universidad de Girona. Detrás del éxito está el oficio y el olfato en los negocios de tres generaciones de una familia catalana de zapateros: la dinastía de los Berneda. El encargado de empezar la veta fue Luis Berneda, en 1939, en Sant Boi de Llobregat. En medio de la posguerra, se especializó en el trabajo de la piel y se convirtió en suministrador de botas militares en el Estado. "En ese momento de dictadura, muchas empresas no podían fabricar lo que querían", recuerda Espinet. La fabricación de este tipo de calzado le permitió sobrevivir hasta que pudo flirtear con el calzado deportivo. "Se centró en hacer zapatos para jugar al fútbol sala y al rugby", concreta el experto. Sin embargo, el toque definitivo llegó a la década de 1960.
De Berneda a Munich
Cuando el franquismo empezaba a tambalearse, todos los deportistas soñaban con lucir prendas de marcas alemanas como Puma o Adidas. Conscientes de que el país germánico era sinónimo de calidad, la familia catalana decidió dar un paso crucial: cambiar Berneda por Munich. "Esto mejoró mucho su imagen: con el logotipo de la X, la marca pasó a ser muy glamurosa", explica Espinet. La apuesta fue un éxito. Enseguida incorporaron nuevas referencias al catálogo, como sus zapatillas para atletismo. Futbolistas de renombre como el mítico Kubala calzaron. Pero el boom de verdad no llegó hasta principios de los 2000. En 1999, los nietos del fundador convencieron a su padre para que apartara un poco la mirada de las pistas deportivas y empezara a observar las calles. Este gesto se tradujo en la aparición del modelo Goal, que se esparció como un reguero de pólvora. No era para practicar ningún deporte: simplemente un calzado callejero, con una estética casual y moderna.
Hoy sigue siendo uno de los modelos más míticos del catálogo de la marca. Con 400 trabajadores, la empresa catalana llega a producir más de 850.000 pares de zapatos al año. La mayoría para mujeres. "Es una marca conocida por la calidad y la durabilidad de sus productos, pero también por el arraigo en el territorio", explica Espinet. Para él, estos son dos de los elementos clave para entender por qué unos zapatos catalanes centenarios se están vendiendo en todo el mundo. "El consumidor puede elegir entre más de 300 diseños y encargarlo todo a través de la página web", prosigue el experto, que recalca el esfuerzo de la compañía por digitalizarse. Recientemente, también se han sumado al carro de la sostenibilidad con la marca DUUO, a través de la cual vienen pares de zapatos totalmente ecológicos y de producción local.
Este año, la compañía está inmersa en un nuevo frente: pasar del calzado a la ropa. Ya ha presentado una colección con camisetas, polos, pantalones y gorras de hombre con el logo de la compañía. Pronto también probará suerte entre las mujeres y los niños. "A través del rediseño de los zapatos Munich ha sabido introducirse con éxito en el segmento del calzado del día a día", recuerda Espinet. Ahora, con la tercera generación de zapateros a la cabeza, la marca de Capellades busca emular el hallazgo con sus líneas de ropa.
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1939
Luis Berneda comienza a hacer botas de piel para uso militar
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1964
La marca cambia de nombre: pasa a llamarse Munich y aparece la famosa X
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1999
Los nietos del fundador apuestan por mirar el segmento de la moda diaria
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2022
La empresa factura una cifra récord, 74 millones de euros, y abre una fábrica en Elx