TECNOLOGÍA

Cargar el móvil mientras tomas el café

YUP!Charge, que ha convertido baterías para teléfonos en soportes publicitarios para establecimientos comerciales, busca capital para crecer

D.c.s.
2 min
iPhone

En La última década la sociedad ha incluido un nuevo ítem en su largo listado de preocupaciones: tener suficiente batería en el móvil. Branco Calleja lo vio claro hace diez años durante un viaje por Asia, y desde entonces está al frente de YUP!Charge, una compañía que se ha especializado en poner cargadores de teléfono por todas partes. "Era una necesidad y hemos conseguido desarrollar este servicio gratuito como un soporte de publicidad", explica el fundador de la compañía. Es tan fácil que en algunos bares y restaurantes un cliente puede tomar un cargador y llevarlo a la mesa. A partir de ahí el tiempo de carga dependerá de lo que haga durar el café.

La compañía empezó como una simple distribuidora comercial de este tipo de artilugios, pero al final optó por hacérselos ella misma en la nave industrial que tiene en Montcada i Reixac. Además de los que podían servir como soportes publicitarios, alquilaban otros mayores para ferias o actos de todo tipo, además de ofrecer la tecnología que puedan necesitar instituciones públicas como ayuntamientos o supermercados. Ahora su objetivo es desplegar su red a través de locomotoras de servicios: los aeropuertos de Aena, las estaciones de Adif, las oficinas de Correos o grandes supermercados. Por el momento, para los próximos tres años, su objetivo es desembarcar en 75 centros comerciales y en 150 gimnasios de Barcelona y Madrid.

La compañía tiene otra pata, que de momento no da ningún tipo de ingresos: una aplicación para móvil que lanzó hace tres años y que permite saber dónde hay puntos de recarga. La idea de Calleja es que este geolocalizador acabe siendo más práctico: que pueda avisar al teléfono cuando está cerca de un punto de conexión, si es necesario. Esta opción quizás permitiría a YUP!Charge conseguir ingresos gracias a la aplicación para smartphones, que es, de hecho, el objetivo final que tiene la empresa.

A pesar de la década de experiencia que tiene la compañía, Calleja reconoce que el mercado se ha abierto en los últimos tres años, una vez acabada la crisis y se comienza a ver una mejora de la inversión publicitaria. Y para la nueva etapa de la empresa, que factura alrededor de un millón de euros anuales, busca medio millón de euros de capital para impulsar el crecimiento de la compañía, que, además de en España, está presente en 24 países de todo el mundo. En todos ellos con socios locales. ¿Competencia? “Directa no tenemos”, dice Calleja, convencido de que todavía tienen algo de ventaja.

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