Martorell aterriza (a medias) en el salón del automóvil de Múnich
Cupra copa la presencia, mientras que la marca Seat pasa totalmente desapercibida
La planta de Seat en Martorell tuvo un papel relevante, como nunca, en la presentación del grupo Volkswagen en el IAA Mobility, el salón del automóvil de Múnic. El acto con los máximos representantes del consorcio alemán –entre ellos el primer ejecutivo del consorcio alemán, Oliver Blume– empezó con la presentación mundial de los dos primeros modelos eléctricos que se fabricarán en el Baix Llobregat: el Cupra Raval y el Volkswagen ID Polo. Después se presentaron coches de otras marcas del grupo, como los que se producirán en la planta de Volkswagen en Landaben (Navarra), dos modelos eléctricos también basados en la plataforma urbana compacta del grupo: Volkswagen ID Cross y Skoda Epiq.
Toda una declaración de intenciones del grupo Volkswagen: España producirá los modelos eléctricos más pequeños y asequibles (es un decir, los más baratos costarán unos 25.000 euros) del grupo. Luego aparecieron otros modelos de las marcas del grupo, como Audi o Porsche. Es decir, Seat estuvo presente en el gran evento del grupo, pero como fabricante. Entre los modelos que se mostraron en la prensa y se expusieron en el salón o en los stands repartidos por la ciudad, ningún coche de la marca catalana.
Bien diferente que su insignia deportiva. Cupra estuvo presente en la gran première con el modelo Raval, su próximo lanzamiento, que llegará el primer trimestre del próximo año. También con un enorme y futurista espacio en el centro de la ciudad en el que se mostraron las ediciones Tribe de los modelos actuales y se presentó el prototipo de un nuevo modelo, el Tindaya. Un modelo futurista, de 4,70 metros. Pese a que muchas veces los prototipos nunca terminan en el mercado, en este caso el presidente interino de Seat y Cupra, Markus Haupt, asegura que le veremos en nuestras calles "a principios de la próxima década".
Un apunte. Para bautizar este modelo, los directivos de la compañía han recurrido a un topónimo canario, rompiendo así con la tendencia de nombres catalanes de los últimos lanzamientos de la compañía: Born, Tavascan, Terramar y Raval.
Haupt, en sus encuentros con los periodistas, puso en valor la marca Cupra, la que más crece en Europa, según la patronal europea Acea. No se cansó de decir que al finalizar este año ya se habrán vendido un millón de vehículos de la firma deportiva, creada hace sólo siete años. Un período en el que esta marca ha puesto en el mercado siete modelos diferentes. En cambio, su hermana Seat hizo su último lanzamiento en el 2020, cuando sacó al mercado a la última generación del León, ya corto plazo no tiene previstos nuevos lanzamientos, más allá de las profundas actualizaciones de los modelos Ibiza y Arona en los próximos meses.
Más gama Cupra que Seat
La pregunta está clara. ¿Por qué Cupra está tan activa como marca, mientras Seat no renueva su gama? La respuesta la apuntó Haupt. Cupra es mucho más rentable que Seat, porque vende modelos más caros que dejan mayor margen. Como el coche en Europa se dirige hacia un cambio de tecnología en torno a la electromovilidad, y eso encarece su fabricación, la apuesta es Cupra. Haupt lo dejó claro: "Lanzar un Seat eléctrico hoy en día es inviable", remachó el directivo. Sin embargo, no es un cierre de puerta total. "Un Seat eléctrico es algo que nos gustaría hacer –indicó Haupt–, porque el futuro es eléctrico". Pero por ahora, los números no salen. "Llegará un día que supongo que sí", añadió el máximo directivo de Seat, pese a no aventurarse a decir cuándo.
Ahora, la lucha de Seat es conseguir una segunda plataforma eléctrica para la fábrica de Martorell. "La estrategia de futuro es tener una segunda plataforma en la fábrica", admitió Haupt, quien dejó claro que no es una decisión que dependa de Seat, sino del grupo. "No es una decisión que podamos tomar nosotros", admitió el directivo.
Mientras tanto, parece que el consorcio alemán apuesta por España como centro de fabricación de los coches eléctricos pequeños y más baratos de todas las marcas del grupo. Esto después de realizar una inversión de unos 10.000 millones de euros (junto con sus socios) para fabricar coches eléctricos, con la planta de baterías que se está levantando en Sagunto y la electrificación de las fábricas de Martorell y Pamplona. Pese a la apuesta por el coche eléctrico de Volkswagen, la automovilística sigue pidiendo a la Comisión Europea una legislación clara a largo plazo.
Pero también hay una reclamación al gobierno español. Si España fabrica coches eléctricos, debe facilitarse el acceso a estos modelos, lo que ocurre, según Haupt, por ayudas directas al comprador, no como las actuales del plan MOVES, que tardan en llegar al bolsillo del consumidor.