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El pasado interminable de un negocio muy seguro

La correduría de seguros Jori Armengol tiene más de 125 años de historia y cinco generaciones familiares detrás llenas de anécdotas y aprendizajes

El pasado interminable de un negocio muy seguro
Natàlia Vila
03/12/2017
3 min

“No sabemos exactamente cuándo empezó el negocio familiar, pero tenemos algunas pólizas que datan del año 1892”, explica Ferran Jori mientras muestra un documento antiguo, hecho a mano y amarilleado por el tiempo: “Esta póliza es la número 2.503, por tanto, quiere decir que hay muchas más anteriores”. La correduría de seguros Jori Armengol es un negocio que tiene, pues, 125 años de historia como mínimo. “Empezó el padre de mi bisabuelo y después mi bisabuelo; él tuvo dos hijas pero el negocio continuó en manos de uno de los marido de ellas, mi abuelo; después mi padre y ahora mi hermano y yo”, repasa Jori.

Este verano el negocio se prepara para otro relevo generacional: “Mi hija y mi sobrino entrarán a hacer prácticas, tal y como hicimos yo y mi hermano en su día, pero todavía están estudiando”. Ésta es la primera vez en más de un siglo que el negocio podría acabar liderado, pues, por una mujer.

Durante todos estos años el negocio de los Jori Armengol siempre ha sido lo mismo: la correduría de seguros: “ Zapatero en tus zapatos ; hemos tenido muchas ofertas para dedicarnos a hacer otras cosas, pero nosotros sabemos hacer esto y sabemos hacerlo muy bien”. Esta familia tiene otro secreto: aseguran que el negocio ha sobrevivido gracias a los protocolos establecidos para preservar el negocio por encima de la familia.

“Tener una empresa familiar es complicado. Nosotros estamos en la Asociación Catalana de la Empresa Familiar -de hecho el padre, Amadeu Jori Armengol, es su presidente- y tenemos muy claro que debemos mantenernos en segunda generación: aunque la familia crezca, en la empresa debemos cortar ramas”, admite Jori. En los protocolos tienen establecido que, a lo sumo, sólo puede entrar en la empresa un hijo de cada rama: “La empresa no puede ser un refugio de gente que simplemente viva de la empresa, tiene que entrar quien vale; hacer lo contrario puede matar al negocio”. Otro secreto, para los Jori Armengol, es mantener las acciones siempre en manos de la familia y definir claramente cómo se realizan los traspasos.

“Nos apasiona lo que hacemos; este negocio puede parecer poco sexy, pero estamos allí donde existe cualquier riesgo económico, dando cobertura y además somos muy innovadores, antiguos y modernos a la vez”, argumenta Jori.

En la parte estrictamente de negocio, esta correduría de seguros se ha hecho mayor apostando por la dimensión. "La internacionalización es clave, nosotros llevamos 40 años trabajando también en el extranjero y eso ha sido muy importante para salir adelante a pesar de los malos momentos", explica el actual gerente. De esta forma, una pyme como ellos, de una cincuentena de trabajadores, ha conseguido grandes clientes de nivel, algunos incluso del Ibex35. "Hay de todo, empresas de moda, eólicas, tecnológicas y servimos a empresas que facturan 2.000, 3.000 y hasta 4.000 millones en todo el mundo", admite Jori.

Han sobrevivido a revoluciones, guerras y cambios de ciclo económicos sin precedentes: “Para nuestro sector uno de los cambios más importantes fue cuando desembarcaron en España las grandes aseguradoras en masa”. Según este empresario, en los años 60 y 70 en España “casi nadie tenía nada asegurado”. La entrada de las grandes compañías, sobre todo estadounidenses, trastocó el mercado de los precios. “Los precios cayeron en picado y eso dio la vuelta al sector, porque hasta entonces las tarifas de los accidentes estaban establecidas en unas tablas, reguladas”, recuerda Jori y añade: “Fue en ese momento que mi abuelo y mi padre van decidir internacionalizarse”.

La Guerra Civil Española también afectó de lleno a la familia y al negocio. Cuando empezó el conflicto los miembros tuvieron que irse. Se refugiaron en Suiza, pero el negocio y el despacho siguieron sin captar clientes pero sin cerrar. “No sé exactamente los detalles de esta época, pero sé que en cuanto acabó la guerra mi familia volvió y reanudó el negocio, y hasta ahora”, explica Jori sobre la historia que vivieron su padre y el su abuelo.

Este año la compañía espera cerrar con una facturación de 4,5 millones de euros y crecer vía adquisiciones de otras corredurías más pequeñas. “Buscamos empresas con un ADN similar al nuestro, que piensen en el largo plazo y que cuiden la relación con sus clientes”, explica Ferran Jori.

Hasta ahora la receta les ha funcionado: “Nosotros decimos que cuando cogemos un cliente es para siempre”. Y no es sólo una forma de hablar: esta familia de empresarios tiene clientes con los que ya ha recorrido tres siglos diferentes.

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