¡Eureka!

El secreto de los Calbet, la dinastía que ha llenado Cataluña de electrodomésticos

La cadena familiar de tiendas de electrodomésticos dispone de 35 tiendas y de un centenar de empleados

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Cuando Yolanda Oliver dijo en casa que Calbet Electrodomésticos le había contratado en la tienda de Viladecans hicieron una fiesta. Tenía solo 20 años, pero su familia sabía que trabajar era sinónimo de tener un buen trabajo. El tiempo les ha dado la razón. Más de veinticinco años después, todavía forma parte, en el equipo de atención al cliente. Montse Fusté, cuando tenía 16, también pasaba las tardes despachando neveras y lavadoras en una de las tiendas de la marca. De eso hace ya más de treinta años y todavía trabaja en el departamento comercial de Calbet. "Me considero parte de la familia y, de hecho, siempre me han dicho que es como si fuera", confiesa en un vídeo corporativo.

Este 2024, la cadena catalana especializada en la venta de electrodomésticos está a punto de celebrar setenta y tres años de vida. Las treinta y cinco tiendas físicas en Cataluña y en las Islas Baleares que levantan la persiana cada mañana y los cien trabajadores que lo hacen posible certifican que la empresa familiar ha sabido sobrevivir en un mercado complicado. El sector de los electrodomésticos fue uno de los más castigados por la crisis económica del 2008: si antes en España se vendían más de 11 millones de aparatos, en el 2015 la cifra descendió hasta los 5 millones. En 2022, el indicador se ha recuperado un poco, pero no del todo: se vendieron 9,7 millones de electrodomésticos, según la Federación Española de Comerciantes de Electodomésticos (FECE).

La llegada constante de nuevos productos y de tecnologías innovadoras tampoco rema a favor de las pequeñas cadenas del sector, como Calbet, que deben hacerles sitio en el catálogo. Todo ello, con la mirada puesta en la competencia de grandes multinacionales como MediaMarkt y Fnac. Así pues, ¿cómo lo ha hecho para seguir existiendo?

La familia, un valioso patrimonio

El concepto que ha mantenido vivo el negocio de Calbet ha sido el de su familia. Lo apuntan sus trabajadores, pero también Susana Domingo, directora del máster de marketing de la UPF-Barcelona School of Management (UPF-BSM): "Tener una estructura familiar les ha permitido tomar las decisiones de forma rápida, ágil y coherente". También recuerda que "la cultura empresarial arraigada en valores familiares puede ayudar a fomentar un ambiente de trabajo colaborativo y comprometido". Esto, a su juicio, se traduce en dos cosas muy preciadas en el entorno de los negocios: más productividad y más innovación.

La dinastía de los Calbet se adentró en los negocios en 1951, con una ferretería en Viladecans. Al frente estaba el abuelo de Juan Carlos Calbet, el actual director general. Se levantaba temprano y, a las seis en punto de la mañana, ya despachaba. Era la tienda más madrugadora del pueblo. Diez años después, el hijo expandió el negocio al local de enfrente. Allí, sólo vendían una categoría de productos que estaba creciendo como la espuma: los aparatos eléctricos. Enseguida arraigaron con fuerza en el barrio. Los vecinos aún recuerdan cuándo iban a comprar, incluso cuando no tenían dinero. "Les decíamos que se lo llevaran y que ya encontraríamos la forma de pagarlo más adelante", explica Jaume Calbet, padre del actual director, con motivo del 70 aniversario de la compañía.

En las décadas de 1980 y 1990, la marca comenzó la expansión con la apertura de tiendas fuera de Viladecans. Pero el gran estallido llegó en el 2006. Ese año, la empresa compró y reflotó una veintena de negocios de la marca Red Élite, en bancarrota. Hoy ya tiene presencia en todas las provincias catalanas y tres establecimientos en Mallorca. "Calbet hace gala de los valores compartidos, como la lengua y la cultura de Catalunya, como hace la operadora de telecomunicaciones Hablemos", explica Domingo. Según la experta, esta apuesta la han combinado con una estrategia de proximidad, apostando por integrarse en el tejido comercial de los barrios, que les ha dado buenos resultados: "Conocen a sus clientes y se adaptan a sus necesidades, dándoles una atención que se ha convertido en uno de los grandes alicientes de fidelización". Para Domingo, dado que en el centro de las políticas de la empresa está la clientela y el personal, el negocio se resiente positivamente. "Pueden prever los cambios en las tendencias de consumo y ser una empresa muy receptiva", concluye.

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