La trampa del ahorro de IRPF en los planes de pensiones
Queda poco por acabar el año y si hacemos algo de planificación fiscal es momento de ver cómo podemos ahorrarnos unos euros en la declaración de la renta del 2024 con operaciones hasta el 31 de diciembre.
En primer lugar, cuando hablamos de ahorro en el IRPF encontramos dos conceptos: las reducciones y las deducciones. , es una rebaja directa de la cuota final del impuesto.
La reducción más conocida es la aportación al plan de pensiones privado, todo un lío porque será la menor de entre (a) el 30% de los rendimientos netos del trabajo más las actividades económicas y (b) el siguiente límite financiero. De forma individual, la máxima reducción es de 1.500 euros, aunque la empresa (adicionalmente) puede aumentar esa cantidad hasta los 8.500 euros. Si así fuera, el trabajador podría aportar mayor cantidad de forma conjunta, pero sin superar los 8.500 euros entre los dos ni el que la empresa aporta. Por ejemplo, si la empresa aporta 4.000 euros, el trabajador puede aportar otros 4.000, aparte de los 1.500 euros individuales. Estos límites son variables y desde 2023 se han reducido de forma drástica, un error, en mi opinión, considerando la situación actual y futura de las pensiones públicas.
Ahora bien, mucho cuidado con el ahorro de impuestos por las aportaciones al plan de pensiones. El estado no nos regala el dinero, sino que nos da un aplazamiento. Es decir, nos tocará pagar el IRPF correspondiente (y seguramente más alto) una vez recibamos la cuantía de nuestro plan de pensiones. Podremos hacerlo de forma periódica (un pago mensual) o bien en su cuantía íntegra. Piense que el importe que recibimos se integrará como rendimiento del trabajo en el IRPF y, por tanto, que cada uno decida qué le sale más a cuenta.
