Estados Unidos facilitará el envío de un 68% más de gas licuado a Europa este año

Washington también se compromete a duplicar las exportaciones a la UE de cara a 2030 para reducir la dependencia de Rusia

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La presidenta de la Comisión  Europea, Ursula Von der Leyen, con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y con el primer ministro británico, Boris Johnson.

BruselasPutin tiene a Europa entre la espada y la pared por culpa de la elevada dependencia energética del Viejo Continente con Rusia y por eso Europa trabaja a marchas forzadas para deshacerse de este incómodo vínculo. En esta dirección camina el acuerdo que han anunciado este viernes en Bruselas el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, por el que Washington se compromete a facilitar el envío de hasta un 68% más de gas licuado este año a la Unión.

Concretamente, se enviarán 15 bcm (miles de millones de metros cúbicos) de gas licuado más a la Unión Europea. El año pasado Estados Unidos envió 22,2 bcm y, por lo tanto, el objetivo que ha comprometido Biden este viernes elevará la cantidad a 37 bcm en 2023. Según han explicado los dos líderes en una comparecencia conjunta, todo el gas que se suma este año no vendrá de Estados Unidos, sino que lo que hará la Casa Blanca es ayudar a garantizar que llegue esta cantidad, tanto desde Estados Unidos como desde otros países que forman parte de la coalición occidental que está haciendo frente a Putin.

"Estados Unidos se esforzará para garantizar, también gracias a la cooperación con socios internacionales, volúmenes adicionales de gas natural licuado (GNL) para el mercado de la UE de al menos 15 bcm en 2022", dice el comunicado conjunto que ha emitido la Casa Blanca con el ejecutivo comunitario.

La Comisión Europea ya presentó hace unas semanas un plan para reducir hasta dos tercios la dependencia del gas ruso este año, con el objetivo de rebajarla al mínimo de cara a 2030. Por eso, el acuerdo entre Estados Unidos y la UE implica aumentar las exportaciones norteamericanas de gas licuado a la Unión Europea hasta una cantidad de 50 bcm cada año, lo que duplica la cantidad suministrada este 2022. Para poder asumir todos estos envíos de gas licuado (un recurso energético difícil de transportar y que necesita una infraestructura muy específica), los gobiernos europeos tendrán que trabajar para tener justamente todas las instalaciones y medios necesarios, como ha recordado el propio Biden. Además, para evitar futuros problemas de escasez, Bruselas ha propuesto una legislación que obligue a mantener las reservas a un 80% de su capacidad cada octubre.

Un coste necesario

"Sé que eliminar el gas ruso tendrá un coste para Europa, pero no es solo la decisión correcta desde un punto de vista moral, sino que nos situará en una posición estratégica mucho más fuerte", ha dicho Biden. De hecho, los veintisiete líderes de la Unión Europea están reunidos este viernes en Bruselas justamente para debatir sobre la energía, que se ha convertido en el gran problema para Europa de la guerra en Ucrania. Putin ya empezó antes de la guerra a usar el gas como una arma geopolítica para presionar a Europa y ahora el Viejo Continente está sufriendo una escalada de precios de la energía y el combustible que ya está complicando las cosas a muchas empresas y hogares. Cómo limitar el impacto de este encarecimiento es lo que debaten este viernes unos líderes europeos que están divididos.

Países como España, Portugal, Francia y Grecia apuestan por fijar un precio fijo al gas en el mercado mayorista, pero Alemania y los nórdicos ven con muy malos ojos cualquier intervención del mercado europeo. Por eso los presidentes español y portugués luchan ahora por una respuesta específica para la península Ibérica, una isla energética muy poco interconectada con el norte de Europa. Esta será la batalla de este viernes. Fuentes de la Moncloa aseguran que España utilizará "todas sus armas de seducción" para conseguir esto como mínimo y anticipan un debate complicado.

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