Fondos europeos: incertidumbres ante una oportunidad histórica

Los expertos exponen al ARA la inquietud por la lentitud de un proyecto que no convence a las pymes

Imagen del debate de este miércoles al Ateneo Barcelonès.

Barcelona¿Serán los fondos europeos la panacea a la crisis económica que vaticinan algunos o, al contrario, llegarán demasiado tarde? ¿Cuántos llegarán a las empresas medianas y pequeñas que forman el grueso del tejido empresarial catalán y cuántos serán para las grandes compañías? En un debate celebrado esta semana en el Ateneu Barcelonès y moderado por Antoni Bassas, el ARA reunió cinco voces expertas en la materia: Joaquim Coello, miembro del Conext CAT-EU –el comité asesor sobre los fondos de la Generalitat–; Ariadna Marín, consejera delegada de la empresa de recubrimientos Coatresa; Jacint Soler, director de relaciones externas de Pimec; Kilian Garcia, director del departamento internacional de Foment del Treball, y Joana Artís, asesora empresarial.

El objetivo era analizar con detalle en qué momento se encuentra la aprobación y reparto de los Next Generation EU y qué tienen que hacer las empresas y administraciones del país para obtenerlos y aprovecharlos.

El diseño de los fondos

22.400 millones en los presupuestos del Estado de 2021

“Gastar este dinero no es nada sencillo”, aseguró Coello, que recordó que España ha incluido 22.400 millones de los aproximadamente 70.000 que tiene que recibir en transferencias directas a los presupuestos del Estado de 2021. “Este dinero irá a dos finalidades. La primera es la reparación de los daños de la crisis, ayudar a empresas, pagar ERTEs, etc. Hay una segunda parte, de 10.500 millones, que irá a crear una nueva economía -y esta yo creo que es la cantidad que nos interesa más-, es decir, a crear un nuevo sistema económico más eficiente", añadió Coello. 

La preocupación, sin embargo, es si serán realmente útiles. “La cantidad de dinero del que dispone la administración pública por licitación es importante, pero sería mucho más importante que este dinero llegara a la economía productiva”, dijo Kilian Garcia. “El proyecto presentado por el gobierno de España está bastante trabajado porque se ha llevado a cabo una discusión previa con la Comisión”, dijo, a pesar de que recordó que todavía puede sufrir cambios, especialmente en el plan de reformas que condiciona la obtención de recursos.

El rol de la Generalitat

La gestión de los fondos estará controlada directamente desde Madrid

Las esperanzas de que el gobierno catalán o los ayuntamientos pudieran tener algún tipo de control sobre la orientación del dinero se desvaneció ya hace unos meses. “El dinero se repartirá desde Madrid, es decir, se dará a las autonomías para cosas predeterminadas, pero no lo determinará la Generalitat”, indicó Coello durante el evento. 

“El nuevo Govern lo más importante que tiene que hacer es definir dentro de este dinero que España recibirá, cuáles son los proyectos que queremos hacer en Catalunya”, añadió. Ahora bien, ¿es esto útil estando el centro de decisión en Madrid? “Si Catalunya no lo expresa, no pasará nada. Si lo expresa y no la escuchan se podrá quejar. Catalunya ha presentado buenos proyectos al gobierno central”, remachó el asesor del Govern. 

Los PERTE, pieza central

El gobierno español dará prioridad a grandes proyectos estratégicos 

“Se ha hecho un decreto ley, de diciembre del año pasado, en el que se establece la manera de agilizar el reparto de estos fondos, de unos proyectos que se llaman PERTE, que son proyectos de gran importancia”, explicó Coello. Es el caso, por ejemplo, del coche eléctrico o las baterías. 

En los PERTE, las empresas más grandes jugarán un papel central, pero Garcia también recordó que “un PERTE tiene que estar presente en más de dos comunidades autónomas, tiene que tener un efecto tractor muy claro, cubrir toda la cadena de valor, más de 40 millones de euros y que un 40% de las empresas tienen que ser pymes”.

Las pymes, olvidadas

Las patronales lamentan los pocos fondos para las compañías pequeñas 

“No nos ha parecido bien el hecho de que el programa dedicado a pymes dentro del plan de recuperación español es relativamente reducido, de 4.800 millones de euros sobre un total de 72.000 millones”, lamentó Jacinto Soler, de Pimec. Ahora bien, se mostró esperanzado de que “las pymes se puedan beneficiar como proveedores de otros programas incluidos en el plan”. 

Sobre la carencia del dinero que acabará llegando directamente a las empresas pequeñas, Soler destacó como ejemplo el programa de digitalización, que “tiene una dotación inferior a la que tiene la digitalización de las administraciones, cuando las pymes tenemos tres veces más trabajadores que la administración pública” en España. En este aspecto coincidió con Garcia: “Vemos con buenos ojos todo lo que es la digitalización de pymes con 3.000 millones de euros, a pesar de que, si divides, al final son 2.000 euros por empresa. ¿Qué proceso de digitalización podrán llevar a cabo? Seguramente bastante reducido”, comentó el directivo de Foment. Los dos representantes de las patronales coincidieron en apuntar que el gobierno español no está priorizando las compañías pequeñas como según ellos sería conveniente. 

“El papel de la pyme tendría que ser todavía más grande dentro del plan de recuperación que ha enviado el gobierno de España a la Comisión Europea. En cuanto a las pymes, todo lo que se pueda hacer es poco y el dinero tiene que llegarles cuanto antes mejor”, aseguró Garcia. “Nos gustaría que se garantizara que las empresas líder contarán con las pymes y que las convocatorias sean realmente transparentes, que al final no todo se acabe decidiendo en el consejo de ministros”, añadió Soler. 

Incertidumbre general

Las empresas no saben ni cómo ni cuándo pedir los fondos

“Hay demasiado incógnitas hoy”, dijo, tajante, Soler. Una opinión que compartieron todos los ponentes. “La pyme normal y corriente, mayoritaria en España y sobre todo en Catalunya, lo que ve es un wait and see [esperar y observar]. Está todo muy abierto, muy disperso”, afirmó Ariadna Marín, que pidió concreción sobre “de qué irá exactamente” el programa español. “¿Sostenibilidad? De acuerdo, pero ¿en qué lo concretaremos? Si quiero poner placas solares, ¿cuándo lo hago?”, añadió. 

“El programa del gobierno español nos dice que tendremos viviendas más ecológicas, coches eléctricos, comunicaciones más rápidas, que la digitalización será mejor, pero no explica cómo se hará, y este es un gran problema, porque un plan tiene que explicar cuáles son las palancas que se tienen que utilizar”, lamentó Coello. Y Artís también coincidió en la elevada incertidumbre: “Estamos un poco esperando cuál es la ventanilla: ¿a qué puerta tengo que llamar?”.

“Una pyme tiene unos recursos limitados, tanto de personal como económicos, y los quiere poner en aquello que le da una certeza más alta que le devolverá un rendimiento”, aseguró. Aún así, cree que habrá margen para aprovechar los fondos. “Nosotros ahora mismo no hemos activado nada, pero tampoco tengo la percepción de que no nos llegará nada, sino que sí que nos llegará para varios sectores”. Artís lo vio igual: “Casi todo el mundo tiene su agujero en el que meterse, quizás no directamente, pero también por la colaboración público-privada que en algunos momentos se podrá hacer”.

Lentitud

El dinero tardará más de un año en llegar a las empresas

 “Yo ahora no tengo un proyecto tan gordo como los de empresas que pueden mover más dinero para dedicar cierto dinero o gente de mi equipo a trabajar en cosas que no sabes cómo acabarán”, indicó Marín.

Según Soler, los fondos arrastran “unos retrasos enormes”. El acuerdo entre los Veintisiete fue en verano de 2020, pero “el Parlamento Europeo no lo aprobó hasta el 16 de diciembre” y hasta el febrero pasado no salieron los reglamentos en el diario oficial de la UE, recordó. Además, “el gobierno español y otros estados presentaron el plan el último día, el 30 de abril, y ahora hay dos meses de margen para comentarlo con la Comisión ”, lo que alargará el proceso hasta verano.

Estos retrasos, además, están modificando los planes de algunas compañías. “Nos estamos encontrando con empresas que están atrasando las inversiones esperando el maná de este dinero europeo”, explicó Soler.

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