¿La influencia sólo se consigue pagando dinero?: el caso Montoro esparce el miedo al mundo empresarial
Varios directivos explican en el ARA el temor de las empresas, especialmente las grandes, de ser señaladas
MadridDesde que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se refirió explícitamente a Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, y Ana Botín, presidenta del Banco Santander, en una comparecencia en el Congreso de los Diputados hace tres años, en el mundo empresarial no han dejado de mirar de reojo sus intervenciones. "Si [estos dos directivos] protestan, vayamos en la buena dirección", afirmó Sánchez justo después de anunciar los impuestos extraordinarios a las energéticas y la banca. Desde entonces, la empresa, sobre todo la gran empresa, convive con la sensación de que en cualquier momento puede ser señalada. Ahora, el estallido del caso Montoro volvió a encender las alarmas, asegura un empresario cercano a las grandes patronales españolas y catalanas.
La investigación del juzgado de Tarragona sobre una "red de influencias" que presuntamente traficaba con leyes y que apunta al enriquecimiento ilícito del exministro de Hacienda del PP, Cristóbal Montoro, y al uso de testaferros, ha supuesto un terremoto político. El caso, sin embargo, también salpica a la esfera empresarial, en concreto a varias empresas de gases industriales –hay 14 directivos imputados–, aunque se está viviendo como unos hechos que reputacionalmente duelen más a la esfera política, y no a la económica, según coinciden tres voces de entornos empresariales consultadas por el ARA.
"Quien haya hecho algo [ilícita], que lo pague", indican fuentes empresariales que condenan la presunta corrupción. Las mismas fuentes manifiestan que, en cualquier caso, "se sigue trabajando con normalidad en aquellos temas que preocupan [las empresas], y ya está". En este sentido, una voz cercana a los círculos empresariales de Madrid apunta a que, por el momento, las empresas directamente señaladas por la investigación forman parte de un sector muy concreto: el de los gases industriales. De hecho, las modificaciones fiscales sobre las que planea el núcleo de la investigación afectan, exclusivamente, a esta actividad. "Se ha producido una confusión importante, nada tiene que ver con el sector gasista energético. Hablamos de empresas que fabrican gases para procesos productivos de la industria alimentaria o medicinal", explican al ARA fuentes del sector del gas. De hecho, la propia vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, desvinculó hace unos días a las empresas gasistas de la investigación judicial: "Se habla de gases industriales; más que del sector energético, hablamos del sector industrial", dijo.
La carga de la prueba
En todo caso, casos así "no gustan a nadie, cabrean", añade otra voz, que cree que ese malestar se sumará a la "desafección política" que hace tiempo que se percibe en ciertos entornos empresariales: "El sector empresarial está yendo un poco por su aire. Creo que nadie espera grandes cosas de los partidos porque la percepción es que detrás de todo hay: detrás de todo hay: del contexto".
El empresario del principio reconoce que la preocupación puede ir a más si hay un giro hacia lo que considera un relato "fácil" que sitúa "la carga de la prueba en el dinero, que es lo que corrompe el político, y no en el político que corrompe". Cuando habla de ese cambio de relato mira a las formaciones de izquierda. Podemos, de hecho, no ha dudado en denunciar que "las empresas compran a los políticos del PP y del PSOE como si fueran materias primas para poder desarrollar sus negocios; para ellas son gestos necesarios si quieren ganar mucho más dinero en España y no escatiman ni un euro: saben que estas son las reglas del juego", ha denunciado el secretario de organización de Podem, Pablo Fer.
En el sector empresarial, asegura la misma voz, temen que Sánchez se abone también a ese marco discursivo. De momento, el presidente del gobierno español ha hecho sangre con el PP, vinculando el caso Montoro a su forma de gobernar: "Sin autonomía política, en favor de las élites y en contra de los ciudadanos", ha afirmado esta semana en una comparecencia desde Uruguay, durante su gira por América Latina, en la que le ha acompañado una delegación de BBVA, Sacyr, Indra o Mapfre, junto a la patronal española CEOE, como suele ser habitual en este tipo de viajes.
Evitar la imagen del mercadeo
La imagen que desde el mundo empresarial quiere evitarse es la que denuncia que, para conseguir cosas, las empresas siempre acaban pagando dinero. Es decir, haciendo mercadeo. "En casos así siempre hay que mirar de qué empresas hablamos. Es muy difícil para pequeñas y medianas empresas tener acceso a ciertos niveles [de influencia]", indica otra voz, que asegura que son las "grandes del Ibex 35" las que suelen verse salpicadas en estos casos. En el caso Montoro, también han aparecido nombres como Ferrovial, Solaria o Abengoa, clientas todas ellas del bufete fundado por Montoro, Equipo Económico. En el caso Santos Cerdán, también llamado caso Koldo o Ábalos, y que salpica de lleno al PSOE, las empresas implicadas son constructoras, entre ellas Acciona. "Las pymes no tienen ni poder para llegar a los interlocutores políticos, mientras que en las grandes es el subdirector de turno quien habla directamente", reflexiona una de las personas consultadas.
En el caso Montoro la sensación también es de expectación de cara al recorrido que pueda tener la causa: "¿Dónde termina el lobi del despacho y dónde empieza la prevaricación?, indica una persona, que recuerda que el negocio de las consultoras está muy extendido y que acuden muchos actores económicos diferentes... "Todo el mundo pide asesoría para participar... consultoras", añade.
Con todo, más allá del relato que pueda adoptar Sánchez, queda por ver hacia dónde irá el llamado plan de regeneración que quiere impulsar el próximo curso político. Y si será un plan eminentemente político o también implicará a las empresas. "No me extrañaría", indica una fuente. ~BK_SLT_NA