El ICF retoma el objetivo histórico de conseguir la ficha bancaria

La entidad detecta menos peticiones de las previstas para renegociar los créditos concedidos durante la pandemia

El consejero delegado del ICF, Víctor Guardiola.
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El Instituto Catalán de Finanzas ha retomado el objetivo de obtener la ficha bancaria que le permita considerarse un banco con todas las de la ley. La obtención de esta licencia hace años que ha estado sobre la mesa del ICF, pero varios motivos lo han ido aplazando. El último obstáculo que ha tenido que superar el ICF ha sido el coste económico que tiene el cumplimiento de los requisitos necesarios para pedir la ficha, según explica Víctor Guardiola, que en enero fue nombrado consejero delegado del ICF. "Esto lo ha atrasado", dice al ARA Guardiola, que defiende que la obtención de esta licencia permitirá a la institución obtener en los mercados financieros "más recursos y a mejor precio".

En el Govern se da por hecho que es cuestión de meses que se pida formalmente la ficha bancaria, a pesar de que el ICF no quiere ponerle fecha. Una vez se obtenga, la institución tendrá la posibilidad de hacer depósitos. "Otra cosa es que nos interese", explica Guardiola, que desde los años 80 hasta 2014 ocupó varios cargos directivos en La Caixa y que ejerció de consultor en los años previos al ICF.

La Generalitat hace tiempo que tiene interés en conseguir esta licencia y, de hecho, en los acuerdos de Govern que ERC ha firmado tanto con JxCat como con la CUP se incluye explícitamente la obtención de la ficha bancaria como objetivo para esta legislatura, a pesar de que el consejero delegado asegura taxativamente que "no hay injerencias políticas" en la gestión de la institución. Sea como sea, el nuevo conseller de Economía , Jaume Giró, ha recibido el encargo de impulsar la obtención de esta licencia.

El objetivo de tener la ficha bancaria hace al menos una década que se arrastra y siempre ha chocado con obstáculos de todo tipo. También políticos, como explicaba recientemente Guillem López Casasnovas, ex consejero del Banco de España, a este diario. Pero Guardiola lo niega y asegura que "no hay temas políticos" en el hecho de que todavía no se haya logrado este objetivo.

El ICF lleva muchos años con beneficios y, durante el 2020, financió a 3.800 empresas con 1.329 millones de euros. Tanto una cifra como la otra son el doble que las de 2019, debido a la actividad adicional generada para financiar a empresas durante el inicio de la pandemia. Pasado un año, Guardiola asegura que hay menos empresas de las que se pensaban pidiendo finiquitos o reestructuraciones de los créditos que solicitaron para contrarrestar el covid-19. En concreto, alrededor de un 20% de las empresas lo han pedido. "Las empresas han acumulado bastante liquidez" con los diferentes instrumentos que se activaron, dice Guardiola, y esto explica que ahora no tengan tanta necesidad.

Hoy en día, la morosidad del ICF está por encima del 6%, una cifra superior al 4,6% que registra la media del sector. Guardiola lo atribuye al hecho de que ellos asumen "un punto más de riesgo", porque esta es la naturaleza de la institución que dirige: ir algo más allá de donde los bancos privados están dispuestos a llegar.

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