Telecomunicaciones

El cambio de rumbo de Telefónica hace dudar a los inversores

La acción de la compañía se desploma más de un 13% en bolsa tras confirmar un recorte del dividendo

El presidente de Telefónica, Marc Murtra, durante la presentación del plan estratégico.
04/11/2025
4 min

MadridMarc Murtra, presidente de Telefónica, anticipó el pasado mes de febrero un cambio de rumbo. Hacía un mes que había desembarcado en la teleco en sustitución de José María Álvarez-Pallete y defendía que la compañía debía adaptarse a los nuevos tiempos. Nueve meses después, y coincidiendo con la presentación de resultados entre enero y septiembre –Telefónica perdió 1.080 millones de euros–, Murtra ha puesto negro sobre blanco el cambio anunciado. Este martes, y bajo el nombre Transformar y Crecer, Telefónica ha presentado el plan estratégico para los próximos cinco años. "Será una batalla difícil", reconoció el directivo catalán ante analistas e inversores en referencia al plan presentado. Ahora bien, ha defendido la necesidad de lucharla para lograr ser "la operadora [de telecomunicaciones] líder en Europa".

Pero las dificultades, como mínimo de entrada, no han pasado desapercibidas por el mercado. Telefónica ha cerrado la sesión de este martes en bolsa con una caída de un 13,12%, una de las más pronunciadas de la historia, situándose la acción en 3,73 euros.

Uno de los elementos más sensibles de cara a los inversores, y que Telefónica ha dado la vuelta, es la política de remuneración a los accionistas. La compañía mantendrá el dividendo de este 2025 (0,30 céntimos la acción), pero ha anunciado un tijeretazo para 2026 (0,15 céntimos la acción que abonará en efectivo en 2027). La dirección ha explicado que la decisión ha sido avalada unánimemente por el consejo de administración, lo que incluye a accionistas como la SEPI, el brazo inversor del Estado (10%), pero también Criteria (10%), el holding de La Caixa que vive, principalmente, de los dividendos de sus participadas.

Murtra, sin embargo, ha querido sacar hierro de la caída a bolsa. "[En Telefónica] ha habido una aversión a tomar decisiones difíciles, sea recortando el dividendo o asumiendo que hay pérdidas [...] estas decisiones son, a menudo, difíciles de explicar o entender. [...] El mercado, cuando toque, o de la forma que toque, nos seguirá", ha sostenido el directivo catalán en rueda.

Reducir costes para reducir deuda

De hecho, en el marco del plan presentado, la Telefónica de Murtra se ha puesto entre ceja y ceja reducir la deuda actual –a 30 de septiembre se situaba en 28.233 millones de euros– y esto supone, en palabras del propio directivo hace unos meses, aplicar una "disciplina financiera de hierro". Aunque la teleco no ha planteado un objetivo de deuda para 2030, sí prevé una reducción de los costes de hasta 2.300 millones de euros hasta 2028, mientras que se alcanzaría los 3.000 millones en 2030.

Entre las cuestiones que se ciernen sobre esta reducción de costes, Telefónica plantea la ventapor ejemplo, antiguas centrales de cobre–, y no cierra la puerta a aplicar un expediente de regulación de empleo (ERE). "A las oportunidades de ahorro hemos incorporado todas aquellas que prevemos factibles y cuando digo todas, son todas [...] si esto incluye una decisión que tenga que ver con las personas, lo que podemos decir es que lo que tengamos que hacer, lo haremos de la mano con los representantes de los trabajadores", ha indicado Emilio Gayo, consejero delegado de Telefónica, en rueda.

La incertidumbre de una fusión

El objetivo de todo ello es que con los ingresos que se obtienen se invierta en aquellas cuestiones que no sólo permitan hacer crecer a la compañía, sino "transformarla", ha defendido Murtra en reiteradas ocasiones. La teleco, por ejemplo, ha puesto en el punto de mira la simplificación operativa; el papel de la inteligencia artificial en los productos que ofrece a los clientes y evolucionar en lo que respecta a las capacidades tecnológicas. También exploró inversiones en el sector de la defensa, en particular la ciberseguridad.

Pero el otro gran reto que se ha dibujado Telefónica es el de ganar dimensión, es decir, avanzar hacia una consolidación del sector de las telecos en Europa capaz de competir con el mercado chino o estadounidense en el que hay muchos menos operadores.

La gran incógnita sigue siendo ¿quién y cómo? Telefónica no ha incorporado ningún elemento concreto al respecto en el plan estratégico. Sólo a preguntas de los analistas, y tras los medios de comunicación, reconoció que una de las vías para ejecutar una oportunidad de compra, en caso de que se presente, es aprobar una ampliación de capital. Un movimiento que no siempre abrazan a los inversores.

Más allá de eso y de defender la intención de "capturar las oportunidades [de compra] de que se presenten y generen valor para los accionistas", es decir, explorar adquisiciones, la teleco ha evitado dar concreciones de nombres, regiones o calendario, aunque el mercado ha especulado con firmas como Vodafone España. "Discreción", ha defendido Murtra sobre las operaciones que afectan a terceros. Eso sí, el directivo ha reconocido que necesitará la mano tendida de la Comisión Europea, que de momento no ha movido ficha, para facilitar este camino: "Siempre existe la posibilidad de un inmovilismo en la Unión Europea [...] pero creemos que pasará, y cuando ocurra debemos estar bien preparados".

El adiós definitivo en América Latina

Al igual que en el primer semestre del año, el repliegue de Telefónica de América Latina es el que explica las pérdidas registradas entre enero y septiembre de 2025: 1.080 millones de euros, frente a los 954 millones de beneficio que obtuvo durante el mismo período del año pasado. El resultado se explica por las ventas de las filiales en Argentina, Perú, Ecuador y Uruguay y las minusvalías registradas por estas operaciones. En los cuatro países está previsto que pronto se sume Colombia, pero a largo plazo también se añadirán Chile, México y Venezuela. "Saldremos de la América hispanohablante", confirmó Murtra. La salida de territorios como Chile, el primer país en el que aterrizó Telefónica, supondría poner punto y final a un expansionismo iniciado en 1989.

Mientras tanto, Brasil y España siguen siendo los mercados que impulsan el negocio –la intención de la teleco es, precisamente, crecer en Europa–, junto con Alemania y Reino Unido, donde Telefónica quiere centrar sus esfuerzos. Sin el impacto de haberse deshecho de las filiales latinoamericanas, en los nueve primeros meses del año Telefónica habría anotado un beneficio neto de 828 millones de euros por las operaciones continuadas, un 45,9% menos que en el mismo periodo de 2024.

divisas, hasta 26.970 millones de euros. En cuanto al ebitda (beneficio bruto), también descendió hasta los 8.938 millones de euros, un 3,6% respecto a los nueve primeros meses de 2024.

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