Inmobiliario

Se alquila habitación por días: Wallapop, el mercado negro de viviendas turísticas

La plataforma de compraventa de segunda mano se ha convertido en un espacio de anuncio para decenas de establecimientos ilegales en Barcelona

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Un chico mirando habitaciones de alquiler en la plataforma Wallapop

Barcelona"Si el apartamento está libre en las fechas que tú quieres, sería entero para vosotros cuatro". Es la respuesta de un propietario que alquila habitaciones por días en una vivienda junto a la Sagrada Família. Y también el momento exacto en el que el anuncio de un solo cuarto pasa a ser el de un piso turístico.

Sólo ha sido necesario preguntarle a través de un chat virtual si deberían compartirse las estancias comunes para que el anuncio se convirtiera en doblemente fraudulento. El alquiler de habitaciones turísticas por períodos de 31 días o menos está prohibido en Barcelona –solo con la excepción de las que se abren en viviendas de uso turístico que se reconviertan en licencia habitual–; también es ilegal alquilar pisos enteros sin licencia. Pero esto no es todo.

Este anuncio no estaba colgado en una plataforma turística, como Airbnb, que desde hace tiempo está en el punto de mira de las autoridades para que no proliferen los pisos turísticos sin licencia. Tampoco en portales inmobiliarios, como Idealista o Fotocasa, ni en plataformas de alquiler de habitaciones, como Badi o Spotahome. Esta habitación, que se ofrece a 30 euros la noche y que tiene vistas a la Sagrada Família, convive con cientos de anuncios de objetos y utensilios en la interfaz de una plataforma de compraventa de objetos de segunda mano. Y no es lo único.

Un mercado paralelo

Wallapop, que celebró 10 años el pasado año, se ha convertido en un espacio de anuncio para decenas de establecimientos turísticos ilegales en Barcelona, ​​tal y como ha podido comprobar este diario. La práctica totalidad de los anuncios son de habitaciones y existen decenas distribuidas por los diferentes barrios de Barcelona. También se ofrece algún apartamento.

El ARA ha hablado con una decena de anunciantes y todos operan de la misma forma: ofrecen una habitación durante unos días, a menudo equipada con televisión y wifi –a veces sólo para pasar la noche– y con la posibilidad de utilizar zonas comunes. En ningún caso se firma un contrato.

La abogada experta en derecho inmobiliario Helena Gallardo explica al ARA que el alquiler de habitaciones se puede acordar a través de un acuerdo verbal o de un contrato por escrito y el propietario no está obligado a entregar ninguna fianza . "Lo que se hace normalmente es cobrar en negro, pero el propietario está obligado a declararlo como ingresos patrimoniales de rendimiento inmobiliario", añade Gallardo.

"Yo vivo con mi pareja desde hace dos años y eso nació porque nosotros somos de fuera de España y venían muchos amigos de visita. Luego fue el amigo del amigo y entonces ya nos vamos cansar un poco y pusimos un canon para filtrar –explica a ARA Pedro (nombre ficticio), que anuncia una habitación por días en un piso céntrico de Barcelona–. Tengo el anuncio para pasarlo cuando la gente me pregunta. ", explica en una conversación telefónica con este diario.

Una patata caliente

La capital catalana no admite la implantación de este tipo de alojamiento turístico desde agosto del 2020, cuando suspendió las licencias después de que la Generalitat, ese mismo mes, regulara el ejercicio de la actividad de hogares compartidos con un decreto que preveía una modalidad de alquileres de menos de 31 días de estancia con un máximo de cuatro plazas por piso.

Meses después de este decreto, que permitía a Barcelona hacer su propia regulación en el plazo de un año, el consistorio barcelonés decidió aprobar la actualización del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT), que prorrogaba la suspensión de licencias e impedía la implantación de hogares compartidos. Esto fue a principios del 2021, y en diciembre de ese año se ratificó.

El Ayuntamiento lo hizo para evitar "un aumento desorbitado de la oferta de alojamientos turísticos en toda la ciudad, especialmente en las zonas centrales, y mayor presión turística en el vecindario". Según cálculos del consistorio, la aplicación directa del decreto sin ninguna regulación específica implicaría un potencial de 670.000 viviendas que podrían acoger habitaciones turísticas con sólo presentar una declaración responsable. Entonces constaban 7.700 anuncios de habitaciones turísticas y 14.000 plazas en las plataformas de internet, la gran mayoría en el Eixample y Ciutat Vella. A finales del año pasado, el gobierno de Jaume Collboni y el grupo de Junts, liderado por Xavier Trias, volvieron a poner el debate sobre la mesa apostando por regular el alquiler de habitaciones por períodos de menos de 31 días.

Para el abogado experto en derecho inmobiliario Alejandro Fuentes-Lojo antes del decreto de la Generalitat había un vacío legal, y ahora un perjuicio para quienes quieran alquilar habitaciones en Barcelona. "Mucha gente necesita el alquiler para vivir, gente que no especula. Después de haber luchado por conseguir esta figura se han encontrado que en el Ayuntamiento no les ha parecido bien, a pesar de haberse regulado de forma que cumplía con los requisitos del Ayuntamiento, que es evitar la especulación –explica en el ARA–. Hay malestar dentro del sector porque no se entiende que esto se equipare al alquiler turístico", añade.

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