Barcelona pierde pisos de alquiler por primera vez en la historia reciente
Los contratos extinguidos en la capital catalana superan a las altas por primera vez desde que se tienen datos, exceptuando la pandemia
BarcelonaUna fría y otra caliente para el mercado de alquiler. Los precios de las viviendas alquiladas en Barcelona se contuvieron entre los meses de julio y septiembre y ya encadenan, tras la aplicación del tope, dos trimestres consecutivos rompiendo la tendencia al alza de los últimos años. Sin embargo, el número de contratos ha vuelto a reducirse respecto al trimestre anterior y, por primera vez en muchos años –con la excepción de la pandemia–, se ha reducido el parque de alquiler –entendido como el número de contratos vigentes – Porque se han formalizado menos nuevos contratos de los que se han extinguido.
Lo recogen los últimos datos de las fianzas depositadas en el Instituto Catalán del Suelo (Incasòl) de los nuevos alquileres publicadas este miércoles, y que también publica la Cámara de la Propiedad Urbana de Barcelona, en convenio con este organismo autónomo de la Generalidad. Así, el precio medio del alquiler en la capital catalana en el tercer trimestre se situó en 1.133,33 euros, sólo dos euros más que en los tres meses anteriores (+0,14%). En cuanto al número de contratos, registró 7.484 nuevos contratos de alquiler de julio a septiembre, un 5,7% menos que en el trimestre anterior. Sin embargo, el número de contratos extinguidos en este tercer trimestre fue de 7.542, lo que implica que el número de contratos vigentes de Barcelona se redujo en 58. Fuentes del sector apuntan a que esta disminución del parque es histórica y así lo acreditan los datos: en 2021, 2022 y 2023 el parque de alquiler en Barcelona creció en cerca de 25.000 contratos, con una media trimestral de más de 2.100 nuevos contratos de alquiler. Por eso la caída de 58 unidades en este tercer trimestre es tan destacable.
A escala interanual, el precio del alquiler en Barcelona disminuyó un 3,2% en el tercer trimestre, mientras que en las zonas declaradas tensionadas y, por tanto, donde se aplica la contención de rentas –prevé los primeros 140 municipios y no los 131 declarados más tarde, el precio disminuyó un 0,9% interanual. En el conjunto de Cataluña, el valor medio de la vivienda de alquiler descendió un 1,1% respecto al año anterior. El Gobierno, en un comunicado este miércoles, ya advierte que "para poder realizar una valoración más amplia es necesario tener una serie mucho más larga y del conjunto de los 271 municipios declarados como zonas de mercado tensionado".
Los inquilinos cambian menos de piso
Hasta ahora, en la ciudad de Barcelona se reducía el número de nuevos contratos, pero esta cifra era superior a la de contratos extinguidos, que también se iban reduciendo, por lo que el saldo de inquilinos con un contrato vigente crecía ligeramente o se mantenía estable. Un escenario que indica una baja rotación de los inquilinos, lo que les da más estabilidad, pero al mismo tiempo dificulta la entrada de nuevos inquilinos en el mercado.
Ahora esto ha cambiado en Barcelona. "Cuando tenemos más bajas que altas, significa que el parque de alquiler se está reduciendo. ¿De dónde salen las viviendas que se venden, si no se hace obra nueva? Pues de gente que saca viviendas del mercado de alquiler. La reducción de 58 contratos en Barcelona, al menos, es un síntoma de estancamiento", explica al ARA el gerente de la Cámara de la Propiedad Urbana de Barcelona, Òscar Gorgues. "La oferta se iba reduciendo, pero saldo negativo significa que o hay gente que quita la vivienda y no la pone en alquiler o quizá opta por otras fórmulas de alquiler", explica el portavoz de los agentes de la propiedad inmobiliaria (API) de Catalunya, Carles Sala, en este diario.
Sin embargo, en el conjunto de Catalunya este saldo sigue siendo positivo –todavía hay más nuevos contratos (27.098) que extinguidos (25.609)–, por lo que el parque de alquiler no se reduce. Esto se explica, según el Govern, por los cambios que se aprobaron de la LAU en el 2019, que alargaron la temporalidad de los contratos de 3 a 5 o 7 años. "Esto ha ralentizado las rotaciones de los alquileres y ha permitido estabilizar a las familias en las viviendas con contrato vigente", dice la Generalitat.
En cuanto al alquiler de temporada, Catalunya registró en el tercer trimestre 1.629 nuevos contratos más que hace un año –1.289 de ellos en la demarcación de Barcelona–, un incremento que el Govern atribuye a los estudiantes. Sin embargo, la Generalitat no ha dado a conocer el número total de contratos de alquiler de temporada formalizados de julio a septiembre.
Más inseguridad, según el IDRA
Este miércoles también se han conocido nuevos datos sobre la crisis de la vivienda y la inseguridad que supone vivir en alquiler. El 64,8% de los inquilinos en Barcelona, casi dos de cada tres, destina más del 30% de los ingresos al pago de alquiler y suministros, un porcentaje que en el caso de Madrid se eleva hasta el 69,7%. Lo concluye un estudio del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (IDRA), que añade que uno de cada tres hogares –y en torno a la mitad de las personas que viven solas– destina más del 50% de los ingresos al alquiler. Como resultado, según el estudio, la mitad de los inquilinos quedan "en situación de pobreza grave relativa después del pago del alquiler", con menos de 561 euros mensuales por unidad de consumo.
El IDRA, que ha realizado el estudio en Barcelona partiendo de un millar de casos entre octubre y diciembre de 2022 y en Madrid en los mismos meses, pero de 2023, asegura que la situación actual del mercado de alquiler en España se caracteriza por la "inseguridad residencial". Entre otras cosas, por la proliferación de los alquileres de temporada, que hasta mediados de este año han aumentado su oferta un 55%.
El Instituto señala que la situación en España es diferente a la de otros países europeos, como Francia, Alemania y Países Bajos, donde el alquiler indefinido ha sido "la norma desde hace décadas". Por eso reclama poner fin a la temporalidad con la implantación de contratos indefinidos y que la regulación de los precios del alquiler sea "efectiva".