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Compás de espera: el BCE detiene la bajada de tipos y no aclara qué rumbo seguirá

El regulador bancario hace una pausa en la senda de reducción del precio del dinero iniciada el mes pasado y lo deja en el 4,25%

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El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, y la presidenta, Christine Lagarde.

EstrasburgoPausa en la bajada de los tipos de interés. El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves que de momento frena la reducción que inició el pasado mes y mantiene el precio del dinero al 4,25%. La presidenta de la entidad, Christine Lagarde, ha evitado dar señal alguna sobre si prevé reanudar la bajada en septiembre u octubre. "No nos comprometemos por adelantado con ninguna senda concreta de los tipos", ha dicho.

Lagarde insistió en que "las próximas decisiones se basarán en las perspectivas de inflación" y admitió que "la mayoría" de los indicadores del aumento de precios se han mantenido "estables o han bajado en junio". De hecho, este miércoles el instituto de estadística de la Comisión Europea, Eurostat, confirmó la inflación interanual del 2,5%, una décima menos que en mayo.

Ahora bien, aunque la tendencia inflacionista se mantiene a la baja, no disminuye a un ritmo tan rápido como se estimaba en un principio y todavía no ha alcanzado el objetivo que se ha marcado el BCE: el 2 %. Las últimas previsiones económicas de la propia entidad revisaban en un 0,2% las tasas de aumento de precios en el conjuntode 2024, que ahora se calcula que será del 2,5%, y en 2025 del 2,2%.

En esta línea, Lagarde ha remarcado que "las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas" y que "es probable que la inflación general continúe por encima del objetivo hasta bien avanzado el próximo año". Y, por ello, ha vuelto a avisar de que el organismo que preside mantendrá "los tipos de interés oficiales a niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que haga falta para alcanzar ese objetivo".

En cuanto a la inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos frescos por su volatilidad, no se redujo y se mantuvo al 2,9% en junio. El BCE tampoco logra detener el incremento de los sueldos, que en el primer trimestre de este año crecieron un 5%, ni el aumento de precios del sector servicios, que se mantiene especialmente elevado, el 4,1% en mayo.

Los países más reacios a bajar los tipos demasiado rápido, como Alemania, consideran que la inflación es todavía demasiado elevada, si bien se ha alejado de los niveles —más del 10%— que alcanzó poco después del inicio de la guerra de Ucrania y en plena crisis energética. Otros Estados miembros, como Francia y España, siempre se muestran más partidarios de bajar el precio del dinero.

Una subida más rápida que la bajada

Cabe recordar que el aumento de los tipos de interés es una de las principales herramientas de las que dispone el BCE para frenar la inflación. Si el precio del dinero se encarece, los créditos –esto incluye las hipotecas– suben. Esto frena la actividad económica y, por tanto, se consigue el objetivo perseguido: reducir el aumento de precios.

Sin embargo, uno de los efectos secundarios de los tipos de interés elevados es que hacen decaer el crecimiento económico, que hace tiempo que se encuentra en mínimos en la eurozona. El producto interior bruto (PIB) de los países de la zona euro creció un 0,3% en el primer trimestre de este año y en los últimos tres meses de 2023 disminuyó un 0,1%.

De momento, el mercado de trabajo no se resiente de los elevados tipos de interés y el paro sigue estando a mínimos en el conjunto de países de la zona euro, el 6,4% en junio. Esto aleja la posibilidad de una recesión económica y hace que el BCE se vea con corazón de rebajar los tipos a un ritmo más lento de lo que les subió. Por eso, mientras el regulador bancario los incrementó de forma consecutiva diez veces hasta llegar al 4,5%, la pausa en la reducción de este jueves hace prever que no los rebajará a la misma velocidad.

Aunque este jueves ha decidido mantenerlos al 4,25%, el BCE ya se adelantó el mes pasado a su homólogo estadounidense, la Reserva Federal (Fed), a la hora de reducir los tipos de interés en 0,25 puntos. Normalmente, Washington marca el camino y Fráncfort sigue sus pasos, pero en junio la entidad europea se adelantó al organismo estadounidense a la hora de iniciar una senda de reducción del precio del dinero. En todo caso, se prevé que ambas instituciones vuelvan a sincronizarse en septiembre, cuando los mercados apuntan a que la Fed bajará los tipos por primera vez después de más de cuatro años.

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