UE

El BCE sube de nuevo los tipos y ahoga aún más a los hipotecados

El organismo incrementa 0,25 puntos el precio del dinero, hasta el 4,5%, pero apunta que puede haber tocado techo

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La sede del BCE en Fráncfort.

BruselasLa inflación se va reduciendo y el crecimiento económico de la eurozona se ha estancado, pero el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves volver a subir el precio del dinero y ha incrementado los tipos de interés, por décima vez consecutiva, un cuarto de punto (0,25), hasta alcanzar el 4,5% . De esta forma, el consejo del gobierno del organismo bancario no detiene el abrupto encarecimiento de la deuda que comenzó en julio del 2022 y sigue ahogando cada vez más a los hipotecados.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, no ha avanzado si la entidad bancaria seguirá subiendo el precio del dinero, pero sí ha abierto la puerta a detener los incrementos de los tipos de interés y ha señalado que ya "han alcanzado niveles que, mantenidos durante un período lo suficientemente largo, contribuirán de manera sustancial" a disminuir la inflación. Sin embargo, en ningún caso ha descartado del todo que en la próxima reunión del consejo de gobierno de la entidad bancaria se vuelva a encarecer la deuda o que, tras una potencial tregua, se decida subirla otra vez. "Vamos a seguir aplicando un enfoque en función de los datos", ha insistido la presidenta del BCE en rueda de prensa.

Era la primera vez desde que el BCE empezó a subir de forma agresiva los tipos que existían muchas dudas sobre cuál sería la decisión de la entidad: si continuaría empeñado en el objetivo de reducir cuanto antes la elevada inflación o si, frente a la desaceleración económica y la contracción del crédito, daría un descanso. De hecho, según Lagarde, el consejo de gobierno del organismo bancario ha apostado por subir los tipos por una "mayoría sólida", pero no ha habido unanimidad, tal y como había ocurrido en las anteriores ocasiones.

Sea como sea, la entidad bancaria ha priorizado otra vez la lucha por estabilizar los precios y ha vuelto a utilizar su mejor arma contra la inflación, que es el encarecimiento de la deuda, aunque esto haya contribuido a acercar la zona euro a la recesión y haya puesto en apuros económicos a mucha gente hipotecada (en todo el Estado son cuatro millones). En este sentido, Lagarde ha celebrado que las decisiones de la entidad bancaria hayan hecho mella en las condiciones de financiación, que "han vuelto a endurecerse y están frenando cada vez más la demanda", algo "muy importante" para que la inflación baje.

Actualmente, el porcentaje de incremento de los precios de consumo todavía está por encima del objetivo de la entidad bancaria, que es el del 2%. Según las previsiones del propio BCE, se estima que la inflación acabe siendo en 2023 del 5,1%, en 2024 del 2,9% y en 2025 del 2,2%. Sin embargo, la tendencia es claramente descendente. "La inflación sigue disminuyendo, pero todavía se espera que sea demasiado alta durante demasiado tiempo", ha remarcado Lagarde.

Un banco central y dos Europas

La situación económica entre los distintos países de la moneda única es dispar, según las previsiones económicas de la mayoría de organismos internacionales. Mientras que las estimaciones de la Comisión Europea prevén, por ejemplo, que Alemania registrará un 6,4% de inflación y que su economía caerá un 0,4% en 2023, dicen que España se quedará en el 3,6% de inflación –una de las más bajas de la zona euro– y que el producto interior bruto (PIB) español se incrementará un 2,2%. Así pues, el gobierno alemán defiende la actual política del BCE porque le urge reducir el aumento de precios, aunque sea a costa de empeorar aún más el crecimiento económico del país, mientras que esto perjudica claramente a Madrid, porque tiene la inflación más domesticada y puede ver frenada su buena dinámica.

Normalmente, el banco central de Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed), suele reunirse antes que el organismo europeo y, aunque Lagarde insista en la independencia del BCE, el organismo bancario europeo está parcialmente influenciado por las decisiones de Washington. En cualquier caso, los expertos y el mercado esperan que la Fed, en su encuentro del 20 de septiembre, opte por no subir los tipos y creen que los estadounidenses ya están muy cerca del final de la subida de los tipos de interés. Sin embargo, no se descarta algún incremento más antes de que acabe el año.

Hay que recordar, sin embargo, que Estados Unidos y la eurozona se encuentran en situaciones diferentes. Las tasas de paro estadounidenses son significativamente menores que las de los países de la moneda única, y Washington –que se ha visto menos afectado por la guerra de Ucrania y la consiguiente crisis energética– tiene más controlada la inflación y presenta mejores previsiones de crecimiento económico, dos elementos que apuntan a un frenazo en la escalada de los tipos.

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